CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]

Capítulo XVIII. [III]

―Sí, Aurán.

―Vamos te llevaré a casa.

Caminaron por el sendero para que Eileen recogiera sus cosas que dejó en la sala de juntas y fue ella quien rompió el silencio.

―Oye Aurán ¿No extrañas a Eril? Hace ya casi tres semanas que ni Azula ni él han estado en Cyelity.

―Por supuesto ―admitió sonrojada―. Ha estado muy ocupado atendiendo unas guerrillas en el reino Aqua y bueno su ausencia ha sido difícil para mí, hemos estado hablando telepáticamente, pero no es lo mismo...

―Es grato saber que me has extraño... Yo también no he podido dejar de pensar en ti ―dijo el guardián con una gran sonrisa en su rostro.

Estaba recargado en una pared con varias cortadas en todo su cuerpo. Manchas de sangre en sus pantalones y capa; y un moretón en su mejilla derecha.

― ¿Qué te sucedió? ―preguntó asustada corriendo a asistirlo.

―Una pelea con unas treinta bestias... ―exageró en su relato.

―Solo fueron seis ―dijo Azula―. Solo que salió herido porque una de las quimeras estaba atacando a una familia. Así que se entretuvo rescatando a los padres y sus tres niños mientras la quimera se le echaba encima...

―Bueno, no podía dejar que matara a la familia ―dijo rascándose la nuca.

―Déjame te curo ―dijo preocupada.

―Estoy bien ―dijo tratando de tranquilizarla.

―Ven Eileen, dejemos a estos chicos solos... hace rato que no se ven.

―Si ―corrió hacia Azula y se retiraron del lugar.

―Siéntate ―lo obligó y ambos descansaron en una de las bancas del jardín―. Son superficiales, menos mal ―dijo aliviada mientras los símbolos aparecían y su poder de curación hacia efecto―. Debes tener más cuidado.

―Lo sé ―dijo con ternura.

Pasaba sus manos con cuidado en las heridas y estas se fueron cerrando causando un poco de dolor en el guardián. La diosa se disculpó y él negó con cabeza dando a entender que no importaba. Esperó paciente y disfrutaba de su compañía. Fue difícil estar separada de ella, no hubo día en que no pensara en sus ojos esmerada o aquel cabello blanco que le sentaba muy bien.