CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]

Capítulo XX. [I].

Aparecieron los ayudantes de la diosa Selene para cerciorarse que todo estuviera en perfecto orden. Dieron alimentos típicos del reino de Selyn y sugirieron que lo aprovecharan, pues una vez comenzada la segunda etapa no recibirían ese tipo de ayuda y la comida la tenían que conseguir con sus propios medios. No iba resultar nada fácil, Eileen no sabía cazar. Aixa promedió darle una mano después de todo eran un equipo.

Varias miradas se dirigían a la futura diosa. Se sintió intimidada, especialmente por los Fihen.

―Tranquila, solo están examinado a su enemiga.

― ¿Enemiga? ―preguntó preocupada.

―Aquí todos los grupos por ende se consideran enemigos y como saben que tu vienes de Cyelity tienen especial atención en ti. Jamás se había hecho algo como esto, una guerrera elegida por el cielo entrenando entre nosotros...

>>Aloysia terminó de contarme que, desde la guerra de hace diez años ninguno de los guerreros de Nurtonal ha pisado Cyelity. Solo pueden hacerlo los dioses. Antes podías estar en la torre de entrenamiento. Imagino que la conoces ¿No?

―Sí ―dijo Eileen.

―Te envido, espero algún día poder entrar ahí.

La diosa Selene apareció con los otros dioses de Nurtonal. Aurán se quedó observando desde el palco todo lo que acontecía.

―Quiero felicitar a todos por su esfuerzo y valentía ―comenzó con su discurso―. Me da gusto que jóvenes como ustedes hayan superado esta primera etapa pese a las dificultades que tuvieron algunos. De esto de trata todo eso. Ver de que son capaces ante las adversidades.

Todos dejaron de comer prestando atención.

―La segunda etapa dará inicio en una hora, les recomiendo que descansen todo lo que puedan y habrá personas que les entregarán un pergamino especial. En el están las características del objetivo y algunas rutas para llegar a su destino... Toda ruta tiene su dificultad para ser atravesada y recuerden que solo tienen tres días para encontrar el objeto sino serán automáticamente descalificados. Buenas tardes y buena suerte ―dijo marchándose con los otros dioses.