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Richard se espanta y sale corriendo, el sonido de un disparo hizo que me alarmara y saliera tras él. Encuentro a Richard herido en el brazo, corro hacia él, hasta sentir que a mí también me acababan de pegar un disparo en el hombro. No le di importancia a mi herida y fue a ayudar a Richard.

— ¿Creyeron que se iban a escapar de mí?— aquella chica se ríe, juro que cuando salga de ésta la mato.

— Esto no se va a acabar hasta que te mate— le grito furiosa.

— ¿No sabes que ahora yo tengo el control sobre ti?— ríe maliciosamente.

— Ya veremos— agarro a unos de sus guardias, lo golpeo bien fuerte y le quito el arma, le apunto a ella—. Ahora tengo la oportunidad de acabar contigo, también.

— No te conviene matarme— sonríe—. ¿Sabias que soy hija de Matt? Y si me matas, él te buscará y te matará.

— ¿Vicky?— me quedo asombrada, no podía creer que ésta chica a quien apuntaba con un arma era mi mejor amiga de infancia—. Haz cambiado, tu no eras así.

— En cambio tú, siempre fuiste la más diabólica— ríe—. Te decían la hija del diablo, siempre fuiste mala, a la que todos querían por cierto.

— La que le caía mejor a todos.

— No entiendo como a todos le caía bien la más mala, la que más maldades hacía, sin embargo, la más buena, la más tierna, era la todos ignoraban.

— ¿Será porque a ninguno le caías bien? Nunca supiste tratar con los demás, eras la más insoportable.

— Yo no era así—le salen lágrimas de sus ojos—. Yo intentaba ser como tú pero no podía, eras mucho mejor que yo.

— Y ahora, ¿no soy mejor que tú?— intento ser fuerte, pero ya me estaba desangrando más de la cuenta.

— Por eso quiero acabar contigo, para ser yo ahora, la que sea mejor— me vuelve a disparar en el mismo sitio, ella sale huyendo en su camioneta. Los paramédicos nos llevan a mi y a Richard a emergencias.

**

Pasado unas horas, salgo con mi hombro vendado, ando buscando a Richard por toda la clínica, pasillo tras pasillo. Me siento mareada, pero no iba a soportar estar tirada en esa cama todo el día.

El sonido de unas risas carcajadas hicieron que me detuviera a pensar. Giro hacia mi derecha y veo a Richard todo vendado sobre una camilla y sus amigos acompañándolo.

— Hola— entro tímida a la habitación—. ¿Cómo estás Richard?

— Hola— me brinda una cálida sonrisa.

— ¿Y quién es la afortunada si se puede saber?— Zabdiel se ríe a todo pulmón.

—Una desconocida, que no sé si hacerme su amigo o qué— Richard le da su opinión.

— ¿Qué pasa con ella?— cuestiona Erick.

— No le tengo mucha confianza— Richard me mira fijo, sentí como su mirada estaba llena de odio, pero a la vez, había un poco de compasión.

— No digas eso, ella se nota que es un amor— Zabdiel vuelve a reír.

— No, tiene razón, no merezco su confianza, y está bien, yo solo quiero que él esté bien— le digo fríamente.

— Gracias— me sonríe y me dirijo a salir de allí.

— Espera, no te vayas— Erick me toma de la mano—. ¿Cómo te llamas?

— Llámame siete— le respondo.

— ¿Siete?— ambos se quedan sorprendido.

— Sí, siete.

— Que raro...— Christopher llega junto a Joel y llaman a los chicos.

— Chicos, ya nos tenemos que ir— le dice Christopher apenado—. Richard, te venimos a ver mañana.

— Gracias chicos— le sonríe amablemente.

— Deja que Siete te cuide— Zabdiel sale alarmado de la habitación.

Me dirijo hacia la puerta y lo pego con seguro. Me siento al lado de Richard, el pobre se asustó.

—Richard— le susurro.

— ¿Qué me quieres hacer?— pregunta asustado.

— Hablar— le sonrío.

— Pensé que les había pasado algo a mis amigos— se entristece.

— Fue una trampa, pero de igual forma, deberían cuidarse.

— ¿Qué es lo que quieren de mí? Tu, ellos, ¿qué pasa?

— Eres especial— le miro fijamente.

— Bueno gracias, pero eso no responde a mi pregunta.

— Necesitamos salir de aquí, escapar cuando antes, escondernos no sé a dónde pero vámonos.

— ¡No me pienso ir de aquí, y menos contigo!— me grita—. Si quieres sigue tú, yo me quedo acá, acá estoy más protegido que allá fuera.

— ¿Es lo que piensas?

— Si, siete; si es que te llamas así en realidad.

— Amaya— le digo—. Me voy.

Me voy lo más rápido que puedo a mi casa, no me importa nada, aún sigo pensando en el cabeza dura de Richard. Es cierto que desde un principio fui quien inició todo, pero ahora mi objetivo es cuidarlo, sin importar que me suceda, estoy dispuesta a lo que venga.

Me subo en la guagua y arranco acelerada. Los ojos lagrimosos no me dejaban ver el camino. Pero pude distinguir las siluetas de una sombra que casi atropello, acelerando de un golpe.

— ¿Qué haces tarado?— le grito bajandome del auto.

— Vine por ti— esa voz me susurra, limpio mis lágrimas y al ver a Richard allí en medio de la calle, a punto de chocarlo se me vino el mundo abajo, pero ya tenía entendido que venía por mí.

— ¿Por qué escapaste sin mí?

— Después me di cuenta de todo, ahora quiero que tú único objetivo, sea cuidarme...

Mi Objetivo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora