29

869 92 16
                                    

Hoy cumplo tres meses de embarazo. ¡Cómo pasa el tiempo!

Tenía la oportunidad de sentir vida dentro de mí otra vez, pero sabía que esta vez era algo real, que iba a poder dar a luz sin complicación alguna. Que por fin había encontrado a un hombre que me quisiera y me respetara; que amara la idea de tener un bebé conmigo.

Eran las 3 de la tarde cuando salía de la clínica; hoy tenía cita, el bebé está creciendo saludable y sin ninguna complicación, gracias a Dios.

Recibo un mensaje de texto de Richard. Decía que Sebastián iba a pasarme a buscar y me llevaría a un lugar donde Richard tiene algo preparado para mí.

Sebastián me pasa a buscar casi a las 5, cosa que tuve que esperar dos hora a ese ser vivo, pero todo ese tiempo lo aproveché para comer.

Llegamos a un lago muy hermoso, ansiaba ver a Richard.

— Señora Amaya— Sebastián me saca de mis pensamientos—. Quise hacerle un regalo con lo poco que me paga.

— ¿En serio?— reí—. No tenías que haberte molestado.

— Es algo sencillo, no se apure— me señala hacia un bosque y había una camioneta roja Ford similar a la que tenía anteriormente—. Para usted.

— ¿Tu me la compraste?— me quedo sorprendida.

— Sí señora— se queda cabizbajo—. Le doy las llave más tarde. Ahora mire— me señala al lago.

Y ahí estaba Richard con esa sonrisa pícara, esa sonrisa que me encantaba ver cada día. Venía en una canoa, se veía tan lindo y tan tierno ahí.

 Venía en una canoa, se veía tan lindo y tan tierno ahí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Richard— susurro.

— Ven mi lady— me ofrece una mano y me ayuda a subir cuidadosamente a la canoa—. Tú y yo, vamos a dar un paseo.

— Esto está hermoso, gracias— le beso.

— Hermoso será lo que viene después- me guiña un ojo.

Me siento en la canoa, Richard me ofrece comida y más comida.

Nos tomamos buenas horas andando en ella que ya tenía sueño.

— Amaya— Richard me levanta—. Necesito que hablemos.

— ¿Sí?

— ¿Te gusta como se ve?— se coloca detrás de mí abrazandome por la cintura.

— Me encanta— me volteo para besarlo.

— Dime tú, como hago para captar tu atención, sé muy bien, que en el pasado te han roto el corazón. Abrázame fuerte y no tengas miedo amor, déjame explicarte. Quiero ser el que llena de felicidad cada espacio de soledad, déjame ser tu luz. Tus ojos no mienten, te puedo descifrar que de pronto lo que sientes no lo puedes evitar...— me canta—. Quiero hacerte una pregunta— busca en su bolsillo un cofrecito dorado, se arrodilla frente a mí enseñando un hermoso anillo—. ¿Quieres ser mi esposa?

El corazón empezó a palpitar más que nunca, estaba emocionada. No podía creer nada de esto.

—Sii— salto de alegría—. Acepto ser tu esposa mi amor.

Conocer a Richard ha sido lo mejor que me ha sucedido, por fin había encontrado al amor, alguien que me quisiera, con quien tendré la oportunidad de tener un bebé y que él haya aceptado la idea de ser padre nuevamente conmigo.

— ¿Y si aprovechamos el momento para nuestro luna de miel adelantada?— empieza a hacerme mimos.

— ¿Tu crees?— cruzo mis brazos al rededor de su cuello.

— ¿No le hará daño al bebé, no? No quiero que salga con un hoyo en la cabeza, porque su papá tiene tremenda...— dice señalando su entrepierna.

— ¡Richard cállate!— me río—. No hagas que el bebé se asuste.

— No me cojas miedo chichi— le dice a mi barriga—. ¡Hagamoslo!

***

Mi Objetivo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora