10

1.3K 125 26
                                    

— No-no— tartamudeo, no sé qué decir no sé qué responder—. No me casaré contigo, ni loca. Un matrimonio no es un relajo.

— No estoy relajando— Richard se queja—. Quiero que te cases conmigo en serio.

— Richard, yo no te amo. Tú tampoco me amas, entonces ¿de qué sirve un matrimonio?

– Tu si me amas— Richard sonríe y hace que me sonroje—. Mira como se te pusieron los cachetes.

— Richard, no te amo, ¿entiendes?,  si te dije eso, fue para que despertaras— le miento, aunque no sé qué me ha estado pasando con Richard.

— Supongamos que te creo— Richard me dice algo molesto—. Lo del matrimonio también era relajo.

— Oh, no sabía— le digo y él se acomoda de espaldas hacia mí.

— ¿Por qué le dijiste que no?— Christopher me susurra.

— No estoy preparada para otro matrimonio— le digo cortante.

– ¿Ya estuviste casada?— se sorprende.

— Sí— le sonrío—. Con un perro; y no quiero volver a tener una vida de mierda con un esposo que respete mis decisiones.

— Amaya, Richard puede hacerte sentir cosas que nadie jamás te ha hecho sentir. Él te amará como a nadie, te lo aseguro— Christopher busca la manera de convencerme pero ya estaba convencida de lo quería.

— Lo siento mucho Christopher— poso una mano en su hombro.

— Chicos— nos llama el doctor—. El paciente Richard Camacho ha presentado bastante mejoría, lo mas justo seria que vuelva a casa cuanto antes.

— ¿En serio ya puede venir con nosotros? Hay que acomodarlo bien allá en casa— Christopher salta emocionado.

— Está bien doctor, lo estaremos esperando y lo acomodaremos hasta que se termine de mejorar— le digo al doctor y se va a firmar el alta.- Christopher, no quiero que te vayas a ofender o algo.

— ¿Qué pasa?— pregunta rascándose la cabeza.

— No quiero que Richard se vaya con ustedes, lo necesito conmigo. Por eso lo llevaremos a mi casa.

— Amaya es un error— se queja—. Richard tiene que estar con nosotros, ya ha sido suficiente que lo hayas secuestrado.

— Richard se va a quedar conmigo, les guste o no— le tomo por el cuello alzándolo bruscamente sobre sus pies.

— Está bien Amaya— dice con la respiración forzada tratando zafarse de mi agarre.

— En eso quedamos— le suelto haciendo que quede congestionado—. Y ahora llévame a casa.

Ya dada la de alta de Richard, Christopher nos lleva a mi casa. El médico nos había dado una lista de requisitos para cuidado de Richard, cosa que no cumpliré, él estará bien en mis manos. Christopher nos deja en casa y sigue su camino.

Lo acomodo en mí habitación. Le preparo algo de comer a Richard. Subo a la habitación.

— Richard— le susurro al oído—. Ya despierta, te traje algo de comer

– Ummm, gracias— se sienta en la cama—. Esto huele delicioso— dice tomando la bandeja

— Espero que te aproveche— le sonrío y lo miro como come tan tierno.

— Oye, aún no comprendo como no quieres casarte con este moreno que te trae loca— dice echando una cucharada de la sopa a la boca.

— No sé, será porque no me traes loca, moreno— le coqueteo.

— Me gusta que me digas asi— me guiña el ojo— Es más, me estás gustando mas que antes.

— ¿En serio? No te creo— salto a carcajadas.

— Oye, estoy hablando en serio– ríe—. Quiero tener algo contigo, algo serio.

— Richard, no puedo confiar en ti, lo siento— le digo apenada.

— Bueno— pone la bandeja a un lado y se levanta de la cama y baja las escaleras a toda velocidad.

— ¿A dónde vas?— le sigo—. Oye, detente.

— Ven acá– me tumba al mueble y se sube encima de mí—. Quiero que este momento sea especial— besa mi cuello.

— Richard, sueltame— intento salir de sus brazos pero me dejo llevar y lo beso—. Hazme tuya, ahora.

— Como digas preciosa— me quita la blusa y me besa mis pechos—. Oye...

— No te detengas— lo atraigo hacia mi pero él se echa para atrás—. ¿Qué sucede?

— Quiero que estemos juntos, de verdad— me besa—. Ya que no quieres casarte conmigo, ¿aceptarías ser mi novia?

— Ya estás loco Richard— me levanto del sofá y me visto.

— Escuchame— me susurra al oído sujetándome de las cintura—. Te hablo en serio.

— Ya que insistes— ruedo los ojos—. Está bien, acepto.

—¡Eso!— me levanta y me da vueltas en el aire—. Te demostraré que quiero estar contigo de verdad.

— Está bien— río. Escucho el timbre de la casa y voy a atenderlos—. Hola chicos— saludo a Christopher, Erick, Joel y Zabdiel.

— Hola, ¡mucho gusto!- me saluda Zabdiel con mucho entusiasmo.

— Wow, que simpático, pasen— los acomodo en la sala.

— ¡Chicos!— Richard se abalanza sobre ellos—. No saben la falta que me hicieron.

— Ya nos estábamos preocupando por ti— dice Joel.

— Primero tú y luego yo— dice Erick—. No es normal Richard.

— Bueno, yo ya tengo quien me cuide— sonríe—. ¿Saben? Amaya y yo nos acabamos de poner de novios.

— ¿En serio? Felicidades— festeja Christopher.

— ¿Quieren algo de tomar chicos?— ellos asienten con la cabeza. Voy a la cocina para atenderlos. Siento un dolor de cabeza, el cuerpo lo siento frío, veía nublado, mi cuerpo cayó al suelo, quise levantarme nuevamente pero mi vista se nubló.

Mi Objetivo |Richard Camacho|Onde histórias criam vida. Descubra agora