30 (Final)

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Richard

Había tenido una noche maravillosa con Amaya, mi futura esposa. Estaba tan emocionado de que por fin iba a tener un matrimonio con una mujer a quien amo con todo mi Corazón y ésta me iba a dar un hijo, ahora seré padre de dos criaturitas.

Me despierto muy temprano. Amaya no está a mi lado y me lo encuentro raro. Mi cuerpo se siente adormido, como si estuviera sedado o algo parecido.

Me levanto con dificultad y la voy buscando por todos lados de la casa. El lado derecho de mi cuerpo estaba muerto, por eso se me hacía más difícil movilizar la pierna derecha y la mano estaba bastante tiesa.

Me siento en el sofá. Tomo mi teléfono y llamo a Sebastián.

— Señor Richard— me contesta de inmediato—. ¿Qué se le ofrece señor?

— ¿Sabe usted a dónde está Amaya?— pregunto.

— No he recibo mensaje de la señorita desde ayer señor— siento un frío en mí corazón. Si Sebastián no sabía dónde estaba entonces algo le debió pasar.

— Gracias Sebastián— le agradezco con frialdad—. Si tiene noticias no dude en avisarme.

— Si señor— cuelga.

Me quedo frizado. Voy a la cocina a ver que desayunar, no tengo apetito así que salgo de allí.

Voy de nuevo a subir la habitación pero algo en la mesa me llamó la atención. Giro a ver y había una nota. Voy emocionado a abrirla pensando que era de Amaya diciéndome a dónde iba.

La abro cuidadosamente.

Siento el susto que te he dado, perdón por no haberte avisado con tiempo pero tenemos a Amaya. La he secuestrado mientras dormía. No te diste cuenta porque ya vez que te tuve sedado. Eres encantador Richard, y algo asusto me parece. Te aconsejo no hacer nada o Amaya y tu maldito bebé van a morir.
Cuidate bombón.

Angela S.

Mi corazón está paralizado. La respiración se me empieza a agitar poco a poco, siento que me voy a congestionar.

Subo a la habitación y busco entre las cosas de Amaya y tomo un arma. La observo, no sé si soy capaz de matar a alguien pero esa tal Angela me las va a pagar.

— Yo no soy capaz de matar— me pongo nervioso con el arma en la mano. Mi mano empieza a temblar de sólo hacerme la idea de apretar el gatillo—. Pero tiene a mi mujer y a mí hijo. Yo no soy capaz de matar pero de ahora en adelante mi vida es la de un criminal.

~Fin~

Mi Objetivo |Richard Camacho|Where stories live. Discover now