12

1.2K 110 10
                                    

Capítulo dedicado a: Gozzlie

El autobús nos dejó frente al hotel Marriott's Cypress Harbour Villas. Hice la reserva y nos instalamos rápidamente.

Richard aún se sentía incómodo por lo que habia pasado que no había salido del baño desde que nos quedamos en la suit.

- Richard- susurré-. ¿No piensas salir de allí?

- No estoy de humor- me dice cortante. Ya entiendo que sucede cuando quieres tener sexo y no se te da.

- ¿Quieres que lo hagamos?- le coqueteo y él me mira deseoso y a la vez confundido-. ¿Lo hacemos sí o no?

- No estoy para tus juegos Amaya- dice rodando los ojos.

- Yo te voy a demostrar que no estoy jugando.

Empujé a Richard contra la pared del baño mientras besaba ferozmente sus labios. El moreno apretó mi trasero manoseandolo mientras enredaba mis piernas alrededor de sus caderas con su ayuda, restregando nuestros sexos contra el otro:

- Maldición, Amaya- susurró Richard contra mis labios impaciente, yo sabía como sacarlo de sus cabales con un simple roce.

Lamí su cuello provocando sus jadeos, dejo un camino de besos hasta su oreja:

- Tú, yo, ahora- susurré excitando aún más al moreno.

Richard caminó hasta la bañera y con todo y ropa nos metió al agua. La bañera era pequeña por lo que terminé sentada sobre él, el agua estaba fría provocando que una corriente electrica recorriera nuestros cuerpos:

- Oh, boy- gemí llena de deseo.

Richard arrancó bruscamente mi blusa buscando mis labios, dejando a la vista mis pechos, se quedó observandome:

- Son enormes- leí en sus labios, levanté una ceja coqueta.

Los atrapó con una de sus manos masajeando y metiendo el otro en su boca, lamiendo y mordizqueando, dejando marcas rosadas en toda la piel de mi pecho y cuello.

Quitó el botón de mis pantalones, metió una mano y comenzó a acariciar mi clítoris por encima de mis bragas, lo acompañé con el vaivén de mis caderas intentando sentir más sus dedos y disfrutar, hasta que metió uno de sus dedos en mi entrada:

- ¡Ah!- gemí en su oído cuando introdujo el segundo y luego el tercero.

Mierda, mierda, ¡mierda! Lo quiero ahora dentro de mi.

- Richard- supliqué jadeando.

- ¿Sí, cariño?- sonrió con malicia mientras aumentaba el ritmo en sus entradas y salidas.

- Lo quiero ahora.

- Muy bien- realentizó el ritmo y sacó sus dedos de mi vagina.

Mis piernas estaban temblorosas y sentía mi entrada húmeda; nos miramos con lujuria mientras bajaba sus pantalones junto con sus boxers, liberando su gran erección, me mordí el labio al verlo:

- ¿Qué tanto miras?- dijo con voz profunda y ronca.

Rodé los ojos y me levanté un poco más acercando su pene a mi entrada y lentamente lo introduje de a poco, volviendo loco a Richard.

Me moví de arriba a abajo torturando a mi querido Richard, sus gemidos y expresión me encantaban.

- Es mi turno- dijo.

Me tumbó contra la bañera haciendo que el agua se saliera, una profunda estocada de su parte tocó ese punto dulce que me encantaba, gemí bajo su cuerpo, busqué sus labios mientras daba fuertes y a la vez placenteras embestidas; creía que podría partirme en dos si seguía con ese enloquecedor ritmo.

Nos tomamos de las manos y dando una última y lenta embestida donde nos movimos al compás buscando uno del otro que llegamos al orgasmo al mismo tiempo.

Nos miramos por unos segundos y él sonrió al verme:

- ¿Segunda ronda?- pregunté.

...

Me despierto lentamente. No recuerdo bien que sucedió anoche después que estuve con Richard. Ni como estando en el baño aparecí en la cama.

Me levanto para vestir mi cuerpo descubierto. Me coloco unas sandalias y la camiseta que Richard llevaba puesta.

No encuentro a Richard en toda la suit. Me meto al baño y sigue el mojadero de anoche.

Sentí una presión en el estómago que hizo que me fuera en vómito. Un dolor de cabeza de apoderó de mí, mis piernas empezaron a temblar y el estómago me daba más presiones que la otra vez.

- ¡Amaya!- escucho la voz de Richard desde la habitación.

- ¡Ya voy!- le doy a la palanca del retrete para que no quede ninguna evidencia de mi malestar.

- ¿Dónde estás metida?- me busca preocupado.

- ¡Aquí estoy!- salgo con la adrenalina a 1,000 del baño.

- ¡¿Cómo amaneciste preciosa?!- me besa en la frente.

- ¿Salimos a dar una vuelta?- le pregunto emocionada.

- Claro preciosa- me carga como saco en su hombro-. Vamos a gozar- me da unas nalgadas.

Baja conmigo como si fuera mercancía. Yo me quedo tranquila, sin hacer nada. Llegamos al área de piscina y me lanza de cabeza.

- ¡RICHARD! ¡¿Eres idiota?!- se burla de mí y se lanza a la piscina empapandome.

- Mi amor- me abraza-. Eso no es nada.

- Estoy desnuda y lo único que me cubre es tu camiseta. Eso no se hace.

- Nadie puede mirarte- dice mirando mis pechos-. O me vuelvo un criminal.

Unos disparo nos sorprendieron. Le disparaban a un hombre en la cabeza, quien estaba al lado de nosotros en la piscina. Todos salimos de la piscina rápidamente hasta escuchar otros dos disparos más.

- ¡Richard!, ¡Amaya!- vuelven a disparar al aire, Richard y yo nos detenemos. Estaba ahí el padre de Victoria, ha venido a cobrarse lo que le hice a su hija-. Vine a matarlos.

Mi Objetivo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora