Momentos.

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¡¡Hola!! ¿Me extrañaron? Yo sin duda extrañé a mis personajes, tanto que la mitad de este capítulo lo escribí en mi celular para tenerlo cuando volviera. Lamento actualizar hasta ahora, pero empecé la Uni de nuevo y bah! Ya saben... ok, no les doy largas, espero les guste el cap. Gracias por pasar, son el mejor el grupo de lectores que pudiera pedir ^_^

Capítulo XV: Momentos.

Guardé el número de Neil en mi bolso no porque pensara llamarlo, sino que mi ecologista interna se negaba a dejarme ignorar aquel trozo de posible contaminador de la tierra. Lo sé, lo sé, yo contaminaba mucho más con el cigarrillo y todo eso, pero me contentaba sabiendo que hacía algo para contrarrestar el daño.  

Y apropósito, ¡¿qué demonios había sido eso?! ¿Qué fue lo que ocurrió durante nuestro supuesto baile? Aún no podía comprenderlo, definitivamente algo de la información se me estaba escapando porque nada de esto tenía sentido para mí. ¿Acaso él…? No, eso era imposible. «Ni siquiera vayas allí, Kei» Por el bien de ambos, no iba a intentar explicarme lo ocurrido y sólo le seguiría la corriente. ¿Qué mal podría hacerme fingir por un día más? No es como si en verdad quisiera saber por qué se había puesto así, o por qué me había arrojado el número de Neil casi y como si estuviese celo… «¡Basta!» Debía de haber muchas otras cosas implicadas para que un sentimiento como tal surgiera, debería importarle algo al menos. Y hasta donde tenía entendido, yo bien podría ser como una roca en su zapato, una roca puntiaguda y particularmente molesta.

Cerré la puerta de la habitación detrás de mí, mientras me sacaba lentamente la chaqueta y preparaba mi mente para el siguiente asalto. Tal vez llegaría para pedirme disculpas por su actitud y luego darme un revés diciendo alguna burrada que me dejara una vez más fuera de juego. ¿Por qué no podía ser constante? ¿Era mucho pedir que fuera grosero todo el tiempo o amable dentro de sus posibilidades? Es que… ¡Jesús! Él casi se había portado como un novio ofendido tras descubrirse engañado. Y vamos a ser honestos, Neil y yo no habíamos llegado tan lejos. ¡Qué va! Necesitaría al menos cinco pisos más para llegar a ese punto… incluso con dos podría…

—¿Qué quieres para cenar?

«¡Demonios!» Brinqué en mi lugar, volviéndome automáticamente hacia la derecha. Lucas estaba de pie junto a la puerta de la habitación, sosteniendo el menú con su expresión inescrutable digna de un buen jugador de póker. 

—¿En serio?—La ironía saltó de mis labios al igual que el veneno de una constrictora—esas son venenosas, ¿verdad?[1]—, logrando que centrara su atención en mí. 

—Sí. 

Me crucé de brazos, molesta, pues él no estaba esperando que todo el asunto de tratarme como una cosa de su posesión se esfumara así como así, ¿cierto? Dios lo salvara si realmente pensaba dejarme con la replica en la garganta. Antes me había tomado por sorpresa, pero dejaría de llamarme Keila si sólo optaba por quedarme callada. 

—Voy a preguntar una vez más—dije con mi mejor imitación de tranquilidad, acercándome sutilmente hacia la puerta del dormitorio—. Porque creo que no nos estamos entendiendo. En serio piensas que vas a decirme lo que me dijiste, a tratarme como me trataste y simplemente...

—Simplemente, ¿que?—Me cortó enderezándose de su lánguida postura, casi como si intentara intimidarme.

—¿Simplemente pensar que te lo permitiré?—continué, haciendo caso omiso de su advertencia muda.

—Y tú crees que yo te permitiré ponerme en ridículo...

—¡Yo no hice nada de eso!—lo interrumpí abruptamente—. ¡Desde que lo acordamos no hice otra cosa que acatar tus estúpidas reglas! Estoy usando un maldito vestido, ¡por Dios! 

Lista de la Novia Perfecta. (Libro 2)Where stories live. Discover now