Sorpresa.

40.1K 2.5K 307
                                    

Bueno, seguro no esperaban otro tan pronto ¿no? La cuestión es que este cap viene incluso haciendo juego con el propio título. Espero les guste y entiendan porque el anterior, tenía que terminar donde terminó. ;)

Capítulo XXXII: Sorpresa.

 

                                                             Lucas.

 

Sostuve el teléfono en mi mano, aún estudiando el último mensaje que me había enviado. En parte era obvio que Keila estaba siguiendo el juego del diálogo de la película, pero qué podía asumir de esa última línea. Yo sabía porque le mandaba las partes que le mandaba, no eran simples elecciones al azar. Pero ¿acaso ella lo sabía? ¿Estaba usando el juego de las películas como yo? ¿O sólo estaba siguiendo a Jerry Maguire sin más?

Oh, diablos, tenía que responderle. No me podía quedar mirando el móvil sin decirle nada, ya sea la primera o la segunda opción, Keila acababa de decirme algo. Viniera o no en código, hubiese o no tenido la intención de que esto pareciera más que un juego, tenía que responderle.

Me pasé una mano por el cabello, escribiendo y borrando mi mensaje un par de veces. ¡Jesús! ¿Qué seguía en ese diálogo? Af… creo que seguía un beso, algo que obviamente no podía escribir o enviar en un texto. Finalmente opté por no darle mayor trascendencia, si en verdad íbamos a basarnos en el juego yo le habría dicho que la amaba al menos unas cinco veces en lo que iba del día. Y ella sólo había respondido con bromas y risas, así que a riego de ser colgado de las bolas tras darle al botón de enviar, escribí:

Dónde estás? Paso por ti.

En los minutos que siguieron a mi arriesgada estrategia, sentí que el pulso se me aceleraba y mis manos comenzaban a hacer eso que hacen cuando no quiero que lo hagan. Soy un terrible idiota al momento de controlar mis nervios, no lo niego, no se fijen.

Keila no respondía, pues seguramente estaría ocupada insultando a mis próximas tres generaciones. ¿Por qué inicié este juego estúpido? Es como querer coger hierro hirviendo y esperar salir ileso.

Kei?

Sí, lo sé, enviar dos mensajes con preguntas que no han sido respondidas es como una clara indicación de que la has cagado. ¿Pero qué otra cosa podía hacer?

De camino a casa, te veo allí.

Al leer eso creo que nunca estuve tan malditamente agradecido con la tecnología. Ella no estaba molesta. Bien, podría trabajar desde allí. Al menos no estábamos retrocediendo a dónde sea que estábamos antes. Y en cuanto a toda la cuestión de “amo al enemigo”, pues cruzaría ese puente cuando me encontrara firmemente sobre él. De momento no iba a asumir nada, esta chica no confiaba en mí lo suficiente como para realmente pensar en esos términos ¿no? Vaya mierda, ni yo confiaba en mí lo suficiente como para pensar en eso. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que quise agradarle a alguien, que ahora ya no estaba seguro si era real o producto de mi imaginación.

Te veo allí.

Respondí escuetamente, aún cuando tenía un sinfín de frases de película para cerrar esa conversación de un modo más romántico. Obviamente esa clase de romanticismo pertenece a las películas, aplicarlo en la vida cotidiana puede prestarse a confusión.

Lista de la Novia Perfecta. (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora