Un paso a la vez...

43.7K 2.5K 297
                                    

¡Es increíble lo que causa una palabra! Creo que nunca había leído tantos comentarios variados sobre una misma cuestión. Pero en fin, es hora de ver cómo sigue... intenté no tardar mucho pero es que Lucas estaba un poco difícil estos días. xDD Saludos 

Capítulo XXVIII: Un paso a la vez…

Lo siguiente fue un momentáneo lapsus de estupor, mientras alguna parte de mí se esforzaba por encajar esa palabra, digerirla y comprenderla. Lucas se detuvo junto a la ventana abierta, mirando hacia la calle por lo que pudo ser un interminable minuto.

«¿Nada?» Bueno, ciertamente esa no era la actitud de alguien a quien no le ocurriese nada. Pero, ¿qué? ¿Cómo y cuándo? La nebulosa del momento después finalmente comenzó a aclararse y mis ojos viajaron inexorablemente al hombre de pie junto a la ventana; una mano sobre el marco, la otra tocando el vidrio a un son que sólo él oía, su cuerpo aún enfundado en los pantalones de jean… Me detuve allí. Lucas aún seguía vestido de cintura para abajo, y no estuve segura del porqué de ese repentino sabor amargo que inundó mi boca.

Me incorporé sobre los codos a tiempo que lo veía cerrar las cortinas, para sumirnos en una penumbra levemente atenuada por la lámpara en la mesa de luz.

—¿Qué pasa contigo?—mi voz rompió el silencio, ganándome su atención al instante.

—No pasa nada. —Ahí estaba otra vez esa palabra: nada. ¡Nada! Qué me llevara el mismísimo diablo si no le pasaba nada, ¿acaso me creía idiota?

No era muy dada al romanticismo, incluso yo recelaba un poco al momento de acurrucarme con alguien, pero eso era prácticamente una regla. Una regla que él estaba quebrantando, a decir verdad, él estaba marcando una distancia que no debería estar allí y ¿por qué?

—Lo que sea…—mascullé desbordada con mis propios pensamientos. Si no le pasaba nada, pues bien, a mí tampoco me pasaba nada.

Salí de la cama, notando mi falda echa un desastre alrededor de mi cintura. Con tirones fuertes la bajé, aun sabiendo que no tenía ropa interior debajo y que la rajadura en la tela sería bastante difícil de disimular. Lucas no se movió de su lugar, aunque en todo momento sentí su mirada atenta sobre mí. Me puse el sostén y afortunadamente encontré mi blusa tirada a los pies de la cama; metódicamente fui creando mi propia barrera. Dado que él lo quería de ese modo, yo no iba a desalentarlo. Lo había intentando, Dios sabía que lo había intentado, pero si esta era la respuesta que obtenía tras nuestro primer encuentro íntimo, no había más vueltas que darle. Este era el lugar en donde Lucas me había puesto.

Di unos pasos hasta detenerme frente a él y extendí una mano.

—Dame mi ropa interior.

El primer indicio de duda destelló en sus ojos verdes, pero fue casi ínfimo.

—¿Qué?

—Dame mi ropa interior—repetí sin ánimos de entrar en una discusión sin sentido.

—Más tarde—respondió como si nada, tomando mi mano extendida y jalándome de ella hacia él.

Lo empujé. Claro, ¿ahora quería abrazarme? Pues, ¡qué lo jodan!

—Suéltame, Lucas.

—¿Qué te pasa?

—¿Yo tengo que responder a eso?—Lo increpé incrédula. ¿Es que acaso no notaba la ironía de su propia pregunta?—. Lucas…—Sólo necesitaba un mínimo estimulo para estallar, pero me contuve. No le veía sentido a gritarle algunas verdades, sentía que algo estaba mal, que su actitud estaba mal, que debía reclamarle aunque no estuviese segura de porqué.

Lista de la Novia Perfecta. (Libro 2)Where stories live. Discover now