Mañana.

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¡Hola! Son algo así como las 4 y media de la madrugada. Y como sentí la necesidad de escribir, me puse en ello y voilá (creo que se escribe así). El cap no es muy largo, porque es como un puente para cerrar una cuestión y abrir otra. Se nos termina el viaje, gente! Falta poco para volver a casa y... poner las cartas sobre la mesa. Espero disfruten el cap.

Sé que muchos quieren sexo, así que les digo que tengo una copia de las sombras de Grey acá por si lo quieren. Y si están de ánimos más liberales, Filosofía del tocador del Marqués de Sade, sólo me piden xDDDDD

Capítulo XXI: Mañana.

—Saldré yo primero.

No es como si me estuviese dando posibilidades de refutar eso, él ya se encontraba a medio trasero de emerger completamente del agua.

—¡Eres todo un caballero!—Le grité juguetonamente, observando lo deliciosamente bien que le sentaban esos bóxers mojados. Soy una maldita fetichista de culos, lo admito.

—¡Lo sé!—exclamó de regreso, mientras lo perdía casi totalmente de vista—. ¡Ok, venga!

Me presioné el labio entre mi índice y pulgar, pensando en la parte de este plan que no me estaba cuadrando. Yo iba a salir mucho más desnuda que él, mientras me observaba saliendo mojada… sí, ahí estaba la falla. Maldito desgraciado, había sido más rápido de lo que me hubiese esperado.

—¡Bien!—Pero no le daría ningún beneficio con esto—. ¡Voltéate!

—¡¿Me estás jodiendo?!

Pude sentir la risa en su voz y sonreí a nadie en particular, quizá a mí misma. Esto era un tanto irreal, por algún motivo esperaba que él sólo abriera la boca y echara todo a perder como las veces anteriores. Después de todo, Lucas parecía tener un máster en cagar los buenos momentos, por muy poco educado que eso haya sonado.

—¡Voltéate o me quedo aquí!—Él pareció pensárselo detenidamente, pues tras mi pedido sobrevino un profundo silencio.

—¡Bien!—Sonreí ante la reticencia de esa única palabra—. ¡Pero no tomes esto como un acto caballeresco!

Diablos, él podía ser gracioso cuando se lo proponía.

—¡¿Ya te volteaste?!—pregunté comenzando a avanzar hacia la orilla. Repentinamente la brisa de la noche golpeó las distintas partes de piel que abandonaban el agua y casi me echo para atrás regresando a la tentadora tibieza—no tan tibia—del mar.

—Estoy volteado.

No podría asegurarlo desde donde estaba, así que tuve que fiarme de su palabra de no caballero. El aire danzó a través de mis piernas desnudas y mojadas, empujando en mi vientre una inhumana necesidad de orinar. Los dientes comenzaron a castañearme de forma tan notoria, que temí que Lucas pudiera oírme. Me abracé a mí misma, pero mis brazos no tenían el calor suficiente para reconfortarme.

—Hace mucho frío—susurré cuando fui capaz de ver su espalda, él no había mentido después de todo.

—Date la vuelta—pidió haciendo amago de mirar por sobre su hombro, pero decidiendo no hacerlo. Esto era extraño, teniendo en cuenta que su cuerpo había tocado mucho más de lo que estaba exponiendo en ese instante.

—¿Para qué? ¿Quieres ocultar tu pudor?

—Sólo hazlo. —Medio riendo, medio temiendo que alguna extremidad se me cayera de un momento a otro sin yo notarlo, me volví hacia el mar.

Sentí los perezosos pasos de Lucas empujando la arena a mis espaldas y un segundo después el roce de una tela demasiado liviana en mis hombros. Su camisa. Él pasó las manos hacia adelante, instándome a meter mis brazos y le obedecí más guiada por su mano que por propia iniciativa. Estaba un poco entumecida.

Lista de la Novia Perfecta. (Libro 2)Where stories live. Discover now