Narrador Omnisciente.
El camino que debe seguir un motociclista para llegar a la gran máxima categoría mundial del motociclismo no para nada fácil. Para antes de llegar a esa victoria, debe haber muchas derrotas en dónde estudiar sus errores y no volverlos a cometer. Mucha práctica, más errores del cual aprender.
Y en esta ocasión sería en dónde este joven motociclista coreano, llamado Park Ji Min, cometería unos de sus tantos errores durante un entrenamiento.
Entró en una superficie con gravas y excedió su velocidad arriesgándose para ejecutar un ''Porti Air'', pero no fue su mejor decisión que digamos.
—¡Imbécil! —gritó su entrenador al ver que él perdía el control y se caía sobre el piso.
El entrenador al ver que Jimin no se levantaba de su caída, ni se reía, se alertó y corrió hacia su alumno; observó que no se cayó sobre el suelo, como lo había visto de lejos, sino cayó sobre su motocicleta. No pudo suponer cómo podía haber caído sobre este.
Pidió ayuda a los demás motociclistas que estaban practicando en el mismo sitio para poder levantarlo, ya que este señor intenta levantar a Jimin su columna de anciano 'inútil' no resistirá.
Lo ayudó a levantarlo para llevarlo debajo el techo en dónde había un catre, lo pusieron sobre esta e intentaron hacer que 'despierte'.
—¿Llamo a una ambulancia? —preguntó uno de los que ayudaba— Parece que su nuca no está muy bien que digamos...
—Llámalos. —ordenó el entrenador.
...
Jimin abrió sus ojos de golpe al sentir un fuerte dolor en su cabeza, encontrándose en un típico cuarto de hospital, blanco y con un hombre que definía como doctor frente a su camilla mirando unos rayos x.
—¡Oh! —el doctor que estaba frente suyo dirigió su mirada hacia su paciente— Despertaste, ¿se encuentra bien? ¿Siente algún dolor que lo moleste?
—Más o menos...—se un poco acomodó en aquella camilla— La cabeza duele, un poco. —respondió, tampoco le iba a decir que le dolía mucho, tenía que conservar un poco su orgullo como ''hombre''.
—¿Seguro que un ''poco''? —cuestionó de nuevo— De acuerdo. Entonces diré a un enfermero que te acerque un antiinflamatorio y que trate—casi continuó pero fue interrumpido por el ruido de la puerta siendo golpeada dos veces seguidas.
El médico supuso que eran los familiares de su paciente y abrió la puerta. Estaba en lo cierto, detrás de aquella puerta estaba el padre del paciente, y una joven mujer al lado.
Su padre pasó al cuarto, y lo primero que hizo fue saludar a su hijo, mientras el doctor los dejaba solos.
—¿Qué te sucedió de nuevo, Jimin? —preguntó su padre con un tono de regaño— Es que cuando te digo las cosas te entra por un oído y te sale por el trasero.
—rió— Sólo fue una pequeña caída, viejo. No sucedió nada para qué preocuparse. —respondió.
—¿''Sólo una pequeña caída''? ¿Una caída en dónde te quedaste inconsciente y tuviste que venir hasta el hospital para que te analicen por si no te desnucaste? —suspiró— Dios santo, Jimin...
—Tú padre tiene razón, Jimin. —habló la joven que estaba al lado del padre del nombrado— Podía suceder cualquier cosa, por eso no debes entrenar en campos abiertos...
Jimin hizo un mohín, achicó sus ojos y la miró.
—¿Qué dices, Hang? —chasqueó su lengua— ¿Para qué trajiste a tu hembra acá, papá? De nada sirve, mira ni sabe lo que dice. ''No debes entrenar en campos abiertos'' Ah no, y claro, gilipollas, que entrenaré en campos abiertos porque competiré en un enduro, idiota. No sabes un pedo, querida, cállate si no sabes, un gran consejo. —puso su mano derecha sobre su frente y suspiró dramático— Sácame de acá a este mamarracho.
