‹ POV JIMIN ›
—¡Dale, tú puedes, pepi!
MI amigo, Taehyung, gritaba con el objetivo de ''alentarme'' mientras yo levantaba ambas ruedas de mi moto.
—¿Piensas que alentándome mi fuerza aumentará? —pregunté mirándole.
—Qué mal humor, pepi.—sonrió.
—No me llames ''pepi'', Tae.—respondí mal humorado.
Antes, cuando era pequeño, no sabía pronunciar bien las palabras, y en vez de pronunciar mi nombre, decía ''Pepi'', ya que quería copiarle a Taehyung al decir ''Jimi''
—¿A ti no te dieron anoche?
—Yo soy el que da, querido hermano.—respondí y ladeé mi cabeza.
—Bueh, qué perturbador ver a tu amigo teniendo sexo.—imitó la voz de Dross.
El celular de Taehyung comenzó a vibrar sobre la mesa en la que estaba situado, él rápidamente agarró este y lo miró, con una sonrisa.
—¿Te levantaste a una nueva? —pregunté casi con un tono de burla.
Amo molestarlo.
—sonrió—Jejejj.... Sí, claro.—respondió con un tono sarcástico mientras no dejaba de ver la pantalla de su celular.
—Esa risa, amigo.—dejé sobre el suelo las cosas que estaba alzando con mis manos para acercarme a él, para ver con quién hablaba.
Miré su conversación, luego la fotografía del contacto y reconocí un poco, más bien, se me hizo familiar su rostro.
—¡Jimin!—gritó y apagó su celular rápidamente para ponerlo en su bolsillo de atrás.
—¿Qué sucede? ¿Acaso es ilegal ver con quién estás charlando?
—Sí, pero no quiero que lo veas, ¿sabes?
—Encima celoso.—hice un mohín. A toda velocidad, extendí mi brazo hasta su bolsillo del trasero y tomé su celular. Sin darle tiempo a que reaccione, prendí este para observar detalladamente con quién estaba charlando este idiota.
—¡Pero la recalcada...—apretó sus dientes y luego suspiró, sin terminar su oración— Si yo estuviera mirando porno, ¿me sacarías el celular para chismosear?
—Más vale.—respondí rápido— Oye...—dije mientras miraba aquella fotografía que observé antes— ¿Este no es el chico que estaba con el enfermero...?
—Se llama Hoseok, ¿sabes? No se llama ''chico que estaba con el enfermero''. Y ni siquiera es enfermero, es pasante, gil.
—Yoongi, se llama Yoongi, ¿escuchaste?
—Yingi, si llimi Yingi, ¿iscuchasti?—imitó mi voz en forma burlona— No te puedes comer a Yoongi, tiene pareja, pobre.
—No te puedes comer a Hoseok, tiene pareja, pobre.—reí.
—Sí me lo puedo comer... Y no sabes cómo me lo comería, queridazo.—respondió con una sonrisa. Aquella sonrisa parece sacada de las típicas películas misteriosas en dónde el villano es un sádico psicópata.
—Ah, buehh...—rodé mis ojos— No lo sé, Taehyung, lo que tú dices parece falso...
—Qué parezca lo que quiera, pero este chico me calienta demasiado.—confesó.
Solté una carcajada, que creería que se habría oído desde la calle.
—Cuántas veces me decís eso tú, Taehyung, y siempre terminas en la misma. Dejate de hacer mala sangre.
—No me hago mala sangre, tengo la sangre caliente, y no yo precisamente la estoy provocando...—contestó, directo.
—¿Hace cuánto no tienes sexo, Taehyung? —cuestioné— Deberíamos irnos a un antro, beber y bailar con mujeres hermosas hasta que amanezcamos en otra casa...
—Desde ayer. Cogí con una americana, muy linda la verdad.
—Oh, ¿de la que me habías contado aquella vez?
—No, esta no te la conté. De la que te había hablado era una europea.
—Ah, cierto. ¿Pero te la follaste?
—En un colectivo.—contestó.
Ah no...
—Qué sutilidad.
—Y tu pregunta ni hablemos.—rió— Oye, Jimin, el próximo jueves se hará una carrera en lo de Namjoon y p—
—¡Namjoon!—lo interrumpí con mi grito, y a parte provoqué un respingo por él— Ay, perdón. Namjoon... Hace mucho no lo veo al negro.—sonreí al recordarlo, un gran amigo, del corazón, mal— Obvio que iré, de una.
Namjoon es un chico que conocí en el la época en dónde recién iniciaba mi carrera de motociclista, él no era motociclista, sino corredor de automóviles, lo había visto varias veces en la televisión pero nunca en persona, desde el momento que habló conmigo, nos llevamos muy bien. Y a parte, Namjoon es primo de Taehyung, solo que luego me enteré de eso.
Por eso siempre fui el último estúpido en enterarse tarde.
—¡Bue!—parpadeó rápido— Ni siquiera terminé con lo que te estaba diciendo y ya saltaste al escuchar el nombre de tu amigo.
—Es que extraño ir a las discotecas con él, entonces fue como un momento de nostalgia inmediata.
—Pero si tú vas conmigo a las antros nocturnas, bobeta.
—Pero él me traía a las promotoras más buenas del país.
—¿Acaso él es un proxeneta o qué?
—Ni idea.
—Entonces quedamos así. Yo me voy para mi casita, tú sigue entrenando y más vale que asistas a la carrera, ¿oíste, maldito mochi?
—Obvio, de una.
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no me juzguen por el ''pepi'' bc es en conmemoración a una dama;)
