Narrador Omnisciente.
Es sábado, Jimin tendría que asistir a dos eventos este día; a una carrera muy importante, la semi final, y a la fiesta que Jungkook lo había invitado.
—¿Estás nervioso, Jimin?—preguntó su entrenador.
—Ansioso, mejor dicho.—respondió el nombrado— Ansioso por terminar todo esto e irme a un local de comida para arrasar con toda la comida que encuentre. Tengo más hambre que Alfonsín.
—carcajeó— ¿Tienes hambre a esta hora?
—Para el hambre no hay horario.
—¡Amigooooo!—Taehyung apareció gritando desde lejos, con una botella de Coca-Cola en la mano, corrió hacia Jimin para poder hablarle— Están dando bebidas gratis, ¿quieres una, Mochi?—lo llamó por su apodo.
—Gracias, Tae. Pero en cualquier momento saldré a la carrera...
—Oh, cierto.—miró al entrenador— ¿Y usted qué hace acá, viejo cascarrabias? Usted ya tiene que estar jubilado y cuidando a toda su bola de nietos. —bromeó con el entrenador.
—Cállate, mocoso insolente.—dijo antes de irse a sentar, sus caderas ya no daban para más.
—Dejalo al pobre viejo, Taehyung.—dijo Jimin luego de reírse— Algún día llegaremos a esa edad.
—Pero si estoy bromeando, como él hace conmigo.—sonrió— Bueno, te tengo que contar algo.—se acercó a la oreja— Yoongi está aquí...
—¿Y? —lo miró con indiferencia— Es obvio que él estuviera aquí, si es miembro del equipo médico.
—Ya lo sé, no soy tan burro. Pero está solo....—movió sus cejas— ¿Harás algo?
—No haré nada, Yoongi me quiere a kilómetros de distancia.—se puso su casco de motociclista.
—Pero, ¿qué? ¿Se molestó contigo?
—Y vaya que se molestó Yoongi. Mejor lo dejo de molestar, luego veo que haré para acercarme más a él sin tener que molestarlo en su trabajo.—hizo tronar su cuello— Por ahora sólo me concentraré en la velocidad.—dijo con seguridad.
—Bueno. Espero que ganes, Jimin. Y no cometas el mismo error del otro año.—dijo serio.
—No a cometer el mismo error, Taehyung... —suspiró— Ya no vuelvo a hacerlo nunca más.
—Más te vale, amigo.—golpeó su hombro— Buena suerte, Mochi 16.
...
Las lágrimas salían de sus ojos cuándo fue consciente del momento, por suerte su casco lo ocultaba, sollozó y cerró sus ojos para detener su emoción.
Ganó.
Por primera vez en una semi final, por fin saldría a la final, por fin superó el pasado.
—¡Ganaste, hijo de puta!—Taehyung lo abrazó, mientras los demás tiraban confeti.
—Me asusté demasiado, hija de tu vieja.—abrazó a su amigo— No me la creo.
Los espectadores se sorprendieron que él ganara, no apostaban a él, ya que todos lo veía como un motociclista nacional que sólo sabía correr en pistas de su pueblo, y menos ganar en esa semi final, ya que en el otra sucedió lo peor.
Sus compañeros festejaron con él, y también su profesor.
Él era el coreano que llegó a la final de la una carrera internacional, él lo era ahora.
