Narrador Omnisciente.
Jimin quería más información.
Más información sobre Yoongi, quería saber cómo era él, su vida, su rutina, sus relaciones con los demás, si era así con su novio o con más cariño. Conocerlo. Pero ni drogado se acercaría a él más de lo que ya se acercó ya que Yoongi es distante con él, y además tiene pareja. Pero este último no es tan relevante, con o sin pareja es lo mismo.
Se autodefinía como un maldito stalker, pero lo argumentaba con que así es el amor a primera vista.
—Hola, viejo. —Jimin dijo por teléfono— Quiero hacerte una pregunta rápida.
—Hazla, no tengo tanto tiempo. —contestó de la otra línea.
—Ah, okey. Entonces corto la llamada y no te hago perder tu preciado tiempo. —respondió casi enojado. Odiaba cuando la gente decía eso.
—No, bueno. Entonces dime lo que tienes que decir. Olvida lo que dije. —suspiró.
—No, déjalo, viejo. No servís ni mierda. —cortó la llamada.
Jungkook que estaba en frente suyo, sentado sobre el sofá, lo miró confundido.
—¿Qué sucede, Jimin? —preguntó su hermano.
—Nada, eso sucede. —respondió casi tranquilo y volvió a su celular para observar sus redes.
—¿Hablabas con papá? —dijo y el contrario asintió— ¿Para qué mierda se pelean todos los santos días? ¿Con qué necesidad? Viste que ambos son tal para cual, unos pelotudos barbaros.
—Cállate y vete a dormir, mocoso. Que ya es hora, ¡a la cama, Jungkook!
—Em...—hizo silencio— Eso sonó mal, Jimin.
—Qué turbio. —tembló— Bueno, si tú no vas a la cama te quedarás sólo, porque yo ya dormiré temprano.
Nunca tuvo tantas ganas de ir a su entrenamiento, sólo para ver a Yoongi.
—Nunca duermes temprano para ir a la academia. —levantó sus cejas— ¿Acaso encontraste un motivo para que te vayas temprano a la academia?
—¿Y eso a ti te debería importar? No. —contestó Jimin y se levantó de su asiento— Antes de que duermas acuérdate de trancar la puerta, ¿me oíste?
—Sí, sí, viejo. Vete a dormir.
× × ×
Como lo decidió, Jimin pro primera vez llegó temprano a la academia para seguir entrenando. Su llegada temprana valió la pena. Al entrar al sitio en dónde estaban miles de casilleros, cuando fue para guardar sus cosas y cambiarse para entrenar, se encontró con unos de sus compañeros, y también a Yoongi sentado sobre el suelo buscando algo en su bolso en dónde traía cosas para trabajar.
Luego de guardar todas sus cosas en su casillero y cambiarse a ropa deportiva, caminó lentamente hacia Yoongi. Lo saludó cálidamente, aún que no esperaba lo mismo del opuesto.
—Buenos días, Yoongi. —saludó con una sonrisa sin mostrar los dientes.
—Buenas...—dirigió su vista hacia Jimin rápidamente y luego volvió a buscar desesperado algo en su bolso.
—¿Buscas algo? —preguntó curioso.
Qué pregunta.
—Sí...—respondió— Es un anillo de oro, al parecer se me cayó aquí o tal vez en la calle.—suspiró pesado— Maldición... —murmuró.
Jimin observó alrededor de Yoongi, y al lado del pie del contrario estaba algo pequeño, que brillaba por la luz del sitio en el que estaban.
—¿Lo que está al lado de tu pie no es lo que buscas?—habló.
Yoongi miró su zapatilla, la que estaba al lado de la cosa que buscaba. Como si fuese automático, al encontrar aquello esbozó una sonrisa, lo agarró y lo guardó en un pequeño bolsillo de su mochila.
Nunca lo vio sonreír, y maldita sea que aquella sonrisa era la más bonita que había visto en su maldita vida. Allí fue en dónde Jimin sacó la conclusión de que ese anillo debería tener un significado muy especial para Yoongi.
—Por fin lo encuentro.—cerró su mochila y se puso de pie— Oh, gracias por hacer que vea que el anillo estaba al lado de mi maldito pie.
Justo allí quería llegar.
—De nada.—sonrió— ¿No quieres tomar algo conmigo después de trabajar?—invitó, aprovechando el tiempo.
—Emm... —Yoongi miró a Jimin un tanto confundido— Lo siento, pero saldré con alguien después del trabajo, por eso...
¡Lo había olvidado!
Se había olvidado de que él tenía pareja.
—Uh...—no sabía qué responder. Esto ya se tornó incómodo.— Entonces otro día.—dijo.
Otro día. Cuándo te separes.
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