thirteen ;; K.

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‹ POV YOONGI ›

—¿Estás resfriado?—pregunté a Jimin.

—Sí. —asintió— Corrí a las doce de la noche en plena lluvia, luego bebí muchas bebidas heladas, eso creo que...—hizo un mohín— Pero aguanté.

—¿Iniciaste a sentirte mal o ya te venías sintiendo de esta forma antes?

—Desde ayer, creo, no lo sé exactamente.—respondió luego de un suspiro.

—¿Hiciste algo para detener la fiebre? ¿Pusiste un paño húmedo sobre tu frente...?

—Sí, mi hermano lo ha hecho. Y hoy, esta mañana me he dado una ducha fría muy buena, la verdad. 

Ese es un estúpido error que puede cometer una persona cuándo está con la temperatura corporal elevada. Bañarse con agua fría creyendo que de esa manera disminuirá al fiebre, es algo completamente erróneo. Por suerte no tuvo convulsiones. 

—...Pero ahora me siento mucho peor.—subió su cabeza y dirigió su vista hacia mis ojos.

Sus ojos estaban rojos, dejó ver que estaba llorando. 

—¿P-Porqué...? —pregunté— ¿Porqué lloras? 

Para mí no es fácil tratar a personas que estén llorando, siempre tengo que hacer alguna estupidez para que la otra persona se sienta peor.

—Estoy lagrimeando del dolor...—bajó su vista— Odio sentirme así. Dolor del infierno.—apretó sus dientes.

—No debiste ducharte con agua frí—

—¿Cómo está?—el doctor me interrumpió con su pregunta y el fuerte ruido que provocó abriendo la puerta.

—Déjeme a solas con el muchacho.—dije.

—¿Le inyectarás?

—Exacto.—respondí seco.

—¿¡Qué!?—Jimin gritó después de decir eso, rápidamente se movió— No quiero que me inyectes nada, ¿okey? Yo ya estoy bien.—sonrió— No necesito ninguna inyección, en serio se lo digo.

—Bueno, te dejo a solas.—avisó el doctor antes de irse y cerrar la puerta.

Busqué el líquido que le introduciría al organismo y una jeringa descartable.

—No busques nada.—habló.

—¿Acaso quieres morirte, Park?—pregunté casi enojado. Es una estupidez negarse a un pequeño pinchazo, es para poder salvarlo del dolor.

—Puedes decirme Jimin, puedes ser informal, Min.

—No me llames por mi apellido, mejor se informal, Jimin.—le seguí la corriente para poder distraerlo— ¿Puedes acostarte? Por favor.—pedí.

—Ni siquiera los pienses que te obedeceré, Yoongi.—dijo mientras se ponía de pie. 

Maldición...

Entonces tendré que inyectarle de una forma poco habitual. 

Me acerqué a él, sintiendo su calor corporal tocándolo. Acaricié sus mejillas hasta llegar a su frente y sentir que hervía.

—No creo que esta fiebre se deba a lo que tú habías hecho...—hablé cerca de él, casi sosurrándole— Tal vez es somatización...

—¿Qué es eso...?—preguntó mirándome.

—Explicando fácilmente, cuándo los problemas internos son expresados como signos físicos, ¿entiendes?

—Algo así.—respondió.

—¿Tuviste algún problema?

Se está distrayendo, o eso quiero creer.

—Sí, algo así. Muchas cosas que tengo que hacer, y estoy bajo presión —se acercó aún más—... Como ahora.

—¿A qué te refieres?

—Que me pongo bajo presión cuando estoy con alguien tan hermoso, es decir, me estoy obligando a no comerte la boca de un beso.—confesó.

Deje salir a una pequeña risa. Ya ha comenzado a delirar de tanta fiebre.

—¿A sí que quieres besarme, Park Jimin...?—sonreí mirando sus labios.

—Cla—se quedó callado. Le inyecté la jeringa en el trasero, inyecté todo el medicamento de una sola vez y retiré la jeringa.

Distraerlo fue fácil. Por fin me sale algo bien.

—¿Y?—pregunté— ¿Cómo te sientes ahora? ¿Ves que no es nada?—arrojé la jeringa al basurero.

Jimin comenzó a tocarse en dónde inyecté la jeringa.

—Me duele el maldito trasero.—dijo con un hilo de voz.

—Bueno, es normal, Jimin. Ven y acuéstate en la camilla de nuevo.—lo ayudé a acostarse, tenía una expresión tan graciosa. 

—Pensé que me ibas a besar o algo por el estilo...—sobó su ojo— Me engatusaste para inyectarme una jeringa en mi trasero.

—Y si no querías, entonces tuve que tomar otro camino. No querías por las buenas, entonces tuve que hacerlo sino estarías muerto.—dije mientras me retiraba los guantes de latex y los arrojaba a la basura.

—suspiró— Duele el maldito pinchazo, maldición.

—Resiste un poco más, luego ya se irá el dolor del todo. ¿Ahora cómo te sientes?

—Un dos porciento mejor.

Luego de treinta minutos, tomé su temperatura corporal con el termómetro clínico y su temperatura había disminuido.

—Tu fiebre bajó.—dije— ¿Tu dolor en el trasero ha disminuido? 

—Sí, bastante.—se sentó sobre la camilla y luego se puso de pie— Creo que estoy listo para irme.

—No.—ordené— Aún no debes irte. Espera un poco más, yo iré a buscar al doctor para hablar sobre esto, no te muevas.

—¿Debo esperar al otro doctor? —arrugó la nariz— Bueno.

—Quédate aquí, y no te muevas.—caminé hacia la puerta. Sin embargo, Jimin me alcanzó y evitó abrir la puerta y salir— ¿Qué haces?

Agarró mi brazo e hizo que me mueva, de espaldas a la puerta, rápidamente agarró ambos muñecas y rompió la poca distancia que teníamos juntando nuestros labios.

Por más que mueva mis manos intentando apartarlo, él las sostenía un más fuerza, era de esperarse. Es más fuerte que yo.

Abrí mis ojos mientras él estaba totalmente concentrado en el beso, en el beso que me está robando.

Lamió mi labio inferior.

Qué boca del infierno.

física ; jm + ygWhere stories live. Discover now