5 .- "Su extraño comportamiento" (Pov Garreth )

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Recuerdo cuando me encontraba solo en aquel parque que consideraba mi lugar especial. Estaba tranquilo y bastante relajado, muy contrario a los primeros días que empecé a asistir a ese lugar con frecuencia. La primavera estaba en su etapa final, así que me quedé de pie observando la belleza de las plantas, el color del cielo y de las actividades que realizaban las personas que transitaban por allí.

Escuché mi nombre, esa voz era inconfundible para mis oídos, no me dio tiempo a reaccionar cuando sentí unos finos brazos rodeando mi cintura, él siempre me sujetaba con fuerza, la calidez de su abrazo era propio de él.

—¿Qué se supone que haces? —le pregunté.

—¿Acaso no es obvio?, ya deberías haberte acostumbrado —respondió Duke con una sonrisa.

Esa era su manera de saludar y despedirse, sabía que así demostraba su afecto, aun así no me acostumbraba por completo a su comportamiento. No me molestaba, Duke era mi amigo y así se suponía que los amigos se expresaban aprecio, eso me explicó Duke. Su amable manera de tratarme era algo nuevo para mí, sus acciones y sus palabras me ponían muy nervioso, todo en él era diferente.

Duke era muy distinto a mí, era relajado, alegre y muy expresivo, se me dificultaba mantener la calma cada vez que se me acercaba tanto. A pesar de que me hacía sentir extrañamente inquieto, no me incomoda, por el contrario siempre deseaba pasar más tiempo con Duke. Creía que golpear e insultar a las personas era mucho más fácil que decirles cuanto las aprecias, todavía más lo era demostrarlo. Así que nunca le expresé lo mucho que él significaba para mí.

Llegué a pensar que lo que Duke hacía era para poder ver mis reacciones y divertirse a mi costa, ya que siempre sonreía. Esa idea se fue desvaneciendo, la sonrisa de Duke era diferente a la de mis compañeros, no percibía burla en ella. Él me quitaba la tranquilidad con un solo gesto, con una sola palabra, él me hacía muchas y diversas preguntas, le respondía sincero y breve a cada una de ellas. Imaginaba que probablemente lo aburría al hablar poco, en varias ocasiones mis cortas respuestas lo dejaban en silencio y lo notaba pensativo, esas fueron las únicas veces que lo vi con un rostro serio.

Su seriedad duraba poco y de inmediato regresaba a ser él mismo. Duke no hablaba mucho de sí mismo o de su familia, fue más lo que me preguntaba o hablábamos de temas sin gran importancia. Esperé a que se sintiera con la suficiente confianza para contarme más acerca de él, pero al final lo que sabía de su vida era muy poco y no le pregunté por temor a incomodarlo.

Aunque desconociera gran parte de su vida, estaba bien mientras él estuviera a mi lado, platicando, riendo e incluso siendo víctima de sus constantes bromas. Su sonrisa, sus ojos, todo en él me hacía olvidar por completo lo demás.

Una tarde, sentados en una de las bancas cercanas a las canchas deportivas del parque, mirábamos algunos chicos jugando baloncesto, yo me encontraba concentrado en ese partido, el baloncesto ha sido mi deporte favorito desde siempre.

—Veo que te gusta mucho —dijo Duke.

—Sí, me encanta. ¿A ti no te gusta lo que ves?

, creo que si me gusta mucho.

No podría describir el tono de su voz en ese instante, lo que si me di cuenta fue que al responder mi pregunta no veía el partido sino a mí. Supuse que solo había sido amable conmigo y que en realidad no le gustaba ese deporte ya que en la mayoría del tiempo su mirada estaba puesta en mí.

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—Es solo que, me sigue pareciendo genial el piercing en tu ceja —tocó la pieza de metal suavemente con sus finos dedos —. A mí no me permitirían hacerme uno.

—¿Por qué no?

Alejó su mano de mi rostro y bajó su mirada, con eso comprendí que no debía insistir. Duke no hablaba acerca de sus padres, ni el bullicio del parque pudo evitar ese incomodo silencio entre ambos. No sabía cómo continuar con la conversación, arreglar ese mal momento, me sentí torpe al darme cuenta de mis pocas habilidades para relacionarme con los demás, las cuales siempre resaltaban en situaciones como esa. Él debió notar la frustración en mi cara ya que levantó su rostro para mirarme.

—Creo que te quedaría bien uno aquí —Señaló con su índice mi labio inferior.

El repentino contacto que hizo aceleró los latidos de mi corazón, en un instante me robó la tranquilidad dejando en su lugar una excitación pasajera. Duke se rio, debí hacer una expresión graciosa para causarle esa risa que para mí contenía algo de burla.

—Siempre te estas burlando de mi —le dije apenado.

—No lo hago, de verdad creo que te quedaría muy bien —Duke mantenía su sonrisa.

—Mi aspecto aleja a las chicas, si me hago otra perforación... jamás tendré una novia.

—Si es por eso, entonces no hay problema.

—¿Qué?, claro que lo es —me quejé.

—La persona que te quiera lo hará por quién eres realmente, así que deja de preocuparte —Duke sonó muy convencido.

—«Para ti es muy fácil decirlo porque de seguro eres popular y has tenido varias novias» —pensé.

A pesar de que estaba en contra de hacerme una perforación en mis labios porque sabía las consecuencias que me traería, lo hice. Duke tenía el don de hacer conmigo lo que él quisiera, su opinión, sus consejos era de un inmenso valor para mí. No sabía si él estaba consciente del poder que ejercía sobre mí, lo más probable era que sí, podía apreciarlo en su sonrisa y en la claridad de sus ojos.

Quería que Duke notara el piercing en mi labio, que había tomado en cuenta su sugerencia y quizá que sintiera lo mucho que me importaban sus palabras. Con esa pequeña acción quería transmitirle todos esos sentimientos, pero a la vez estaba muy avergonzado. Lo esperé durante horas, pero Duke no aparecía, no tenía su número de teléfono para contactarlo, tampoco conocía la dirección de su casa o escuela. Fue entonces que me di cuenta de lo poco que sabía acerca de él.

Esa tarde, cuando iniciaban las primeras vacaciones de verano en secundaria, observaba como el sol se ocultaba en la misma dirección a la vez que mí alrededor se oscurecía. El paisaje parecía ser el mismo que el de todos los días pero revestido por una delgada tela de nostalgia, intenté imaginar que al día siguiente Duke estaría ahí, iluminando mi vida con su presencia. Sin embargo un agudo e inexplicable temor de no volver a verlo me invadió por completo.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora