8.- "Un inesperado encuentro"

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Como era lo usual, Garreth se encontraba solo en casa. Todos los días al llegar de la escuela era recibido por el silencio de un hogar vacío, sin el persistente ruido de los hermanos o el recibimiento de alguna mascota, y su madre llegaba por la noche. Aunque estaba acostumbrado a que todos los días fueran de esa manera, había ocasiones en las que era consiente de esa soledad.

Se dispuso a realizar sus deberes en casa, desde pequeño su madre le dio la responsabilidad de mantener ordenada la vivienda y subsistir por él mismo. No tenía tarea que realizar ese día y se percató de que disponía de tiempo libre, cuando eso sucedía empleaba ese tiempo para hacer ejercicio físico, pero esa tarde no deseaba quedarse en casa, el ambiente le pesaba y necesitaba respirar aire fresco. Decidió hacer ejercicio afuera, así que tomó su balón de color naranja y salió de su casa.

En el camino decidió ir hacia el parque que solía visitar cuando asistía a la secundaria, ese lugar que hacía mucho no se atrevía acudir debido a todos los recuerdos que contenía. Garreth sentía la fortaleza necesaria para estar en ese lugar sin derrumbarse, había aceptado el pasado y sus memorias ya no dolían.

Al estar ahí, no pudo evitar recorrer los lugares que frecuentaba, la nostalgia se hizo presente, era inevitable el sentimiento, pero sabía que en algún momento debía regresar a ese lugar y estaba seguro de que no cedería ante la melancolía, aquella que consideraba su compañera.

Se dirigió hacia las canchas deportivas, quería jugar baloncesto por su cuenta y no solo en la escuela. El cielo estaba iluminado de hermosos colores, las nubes teñidas de tonos cálidos, las personas a su alrededor disfrutaban de la refrescante brisa de una tarde agradable.

Cuando Garreth estaba por llegar a las canchas que tenían canastas especialmente para ese deporte, su atención se desvió hacia el ruido proveniente del espacio destinado para practicar con patines o patinetas. Al aproximarse encontró que había una persona haciendo excelentes movimientos con una patineta. Se acercó lo más posible a la valla para observar mejor la práctica de esa audaz persona.

El balón que Garreth sostenía se deslizó de su brazo al piso, creía que sus ojos lo engañaban, que le estaban causando ilusiones, y al sentirse inseguro de su realidad sujetó con sus manos la valla metálica. La persona que estaba frente a él era un joven, quién al darse cuenta de que tenía un espectador detuvo su práctica y acortó la distancia entre ambos.

El joven se aproximó a la valla que los separaba, portaba una gorra de color verde, color que resaltaba el cabello rojizo que estaba debajo.

—«No puede ser...» —La expresión en el rostro de Garreth era como si hubiera visto un fantasma.

Al estar demasiado cerca de él, Garreth miró unos cautivantes ojos azules, unos donde su silueta se vio reflejada desde el momento en que el joven detuvo su práctica. Sus miradas se encontraron, el joven se aproximó a Garreth y lo examinó detenidamente, fue entonces que en su rostro se dibujó una sonrisa y dejó caer al suelo el monopatín.

—¿Garreth? —cuestionó el joven.

Sin dar oportunidad de que Garreth respondiera, el chico cruzó al otro lado de la reja y lo abrazó con fuerza. La calidez que sintió con ese abrazado fue la misma que había experimentado en el pasado, Garreth no movió un musculo debido a al desconcierto, no creía lo que sucedía, le parecía un sueño más.

Al percatarse de que su abrazo no era correspondido, el joven se apartó un poco para mirar el rostro de Garreth.

—Eres tú, ¿no me recuerdas?, soy Duke —expresó el pelirrojo con una sonrisa.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora