58.- "De lo dulce a lo amargo"

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Duke le relató a Garreth poco a poco ese recuerdo que había confundido con un sueño, aquel donde su padre era el causante de su condición. Conforme le contaba lo sucedido, Duke omitió el haber sido golpeado ferozmente por su padre, tenía muy presentes las ocasiones en que Garreth se había comportado de forma agresiva. Temía que al contarle toda la verdad, la ira de Garreth se saliera de control. Su temor no era equívoco, Garreth tenía un temperamento tranquilo, con un punto de ebullición tan elevado que casi nunca se enfadaba, pero al tratarse de su preciado pelirrojo sus emociones se volvían inestables fácilmente.

Evitaba todo contacto visual con Garreth, Duke no quería que su mirada revelara esas terribles imágenes que ocultaba en su interior. Permaneció cabizbajo, en silencio, Garreth lo observaba fijamente, pensaba que la tristeza de Duke era debido al rechazo de sus padres al saber que le gustaba un chico. Se sentía culpable por poner a Duke en esa incómoda situación, pero era aún más fuerte el sentimiento de querer confortarlo, de hacerle entender que todo estaría bien. Así que lo tomó de la barbilla y elevó el rostro del pelirrojo para mirarlo de frente.

—Algún día seremos adultos y podremos estar juntos todo el tiempo. Hasta entonces no les diremos nada, a tus papás ni a mi mamá —expresó Garreth muy seguro.

Los ojos de Duke se agrandaron, Garreth no se consideraba bueno con las palabras, y aunque fueron sencillas, le dieron esa firmeza que su alma necesitaba. Era una solución obvia visto desde afuera, pero para Duke, que su mundo se había tornado oscuro y sin una salida visible, fue algo esperanzador.

—¿Cómo es que logras animarme tan fácilmente? —cuestionó el pelirrojo —. Tienes razón.

Duke rodeó con sus brazos el cuello de Garreth e imprimió fuerza al estrecharlo. Entrelazó sus dedos en el cabello negro del chico, bajó lentamente las manos para acariciar su amplia espalda y hombros, el vigor de esas caricias no pasó inadvertido para Garreth.

—Me gustas mucho —murmuró Duke al oído.

Garreth experimentó un intenso hormigueo, un temblor que recorrió toda su espina dorsal. Su temperatura se elevó, Duke lo tocaba constantemente, pero esa vez las caricias las percibió distintas, con mayor efusividad. La respiración de Duke en su cuello le erizaba la piel, Garreth mantenía sus ojos cerrados, concentrando sus sentidos en las sensaciones que el pelirrojo le provocaba con tan solo un roce. Duke se apartó un poco, ese pequeño movimiento hizo que Garreth abriera lentamente sus ojos, teniendo frente a él esos hermosos ojos azules que reflejaban su timidez.

Duke colocó la mano en el cuello de Garreth, inclinó un poco su rostro hacia un lado logrando con esto que sus labios se encontraran en el punto justo, fundiéndose en un beso. Probó la superficie suave para luego entreabrir la boca, tocando con la lengua la suya, sin excederse. Fue como si todo lo que había a su alrededor no existiera, una fuerte sensación de placer les animaba a continuar, logrando con ello que ese beso durara más que los anteriores. Ambos se separaron en contra de sus deseos, la falta de aliento fue lo que interrumpió ese contacto.

—¿Quieres hacer algo más que besarnos? —preguntó Duke con las mejillas enrojecidas.

—¿Algo como qué? –jadeó Garreth.

—Contigo son imposibles las indirectas —sonrió —. Pero, está bien —besó su frente —. Puedo esperar hasta que seamos adultos.

No comprendía el significado de las palabras del pelirrojo, pero observar el animado rostro de Duke e imaginar muchos años juntos, lo hicieron muy feliz. Garreth estaba agitado, alegre y al mismo tiempo confundido sobre el comportamiento del pelirrojo, de pronto una duda asaltó su cabeza.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora