30.- "Un encuentro inadvertido"

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Los días le parecían eternos a Garreth, usualmente los jóvenes disfrutan de los días feriados, más aún si son vacaciones navideñas. Para él no era así, no quería quedarse todo el día en casa pensando en lo mismo, extrañaba demasiado a Duke. Decidió buscar un trabajo para así despejar su mente, además de ganar algo de dinero.

Consiguió un empleo temporal como ayudante general en un almacén, en el cual cargaba y descargaba paquetes pesados, así como acomodarlos, debido a su fuerza era un trabajo idóneo. Esos días se levantaba temprano para ir a trabajar y terminaba su labor por las tardes. Con ello mantenía su cabeza ocupada en algo que no fuera lo sucedido con su amigo.

Trataba de regresar lo más tarde posible a su casa, y por las noches ejercitaba su cuerpo para alejar esos pensamientos desagradables. Un día mientras descargaba cajas de un camión escuchó una aguda y familiar voz.

— ¡Garreth! – era una chica.

— Eres tú – mencionó con tono uniforme al ver su rostro.

— Que malo, no soy "tú", mi nombre es Karen – replicó la chica.

— Disculpa, Karen – expresó cohibido.

— No te preocupes – sonrió – ¿Trabajas aquí? – preguntó

— Sí, empecé hace poco – respondió.

La chica intentaba mantener una pequeña conversación con él, pero para Garreth el hablar con una chica todavía era algo nuevo, a lo que no estaba acostumbrado. Su timidez relucía al estar frente a ella. La joven también se sentía nerviosa junto a él, pero a diferencia de Garreth, ella no se cohibía.

Después de ese día, Karen esperaba todas las tardes en su hora de salida a Garreth y hacía que éste la acompañara hasta su casa. Ella se daba cuenta perfectamente de lo dócil que era el chico y tomaba ventaja de ello.

Cada día, la chica, sentía que se acercaba un poco más a Garreth, pero él no se sentía de la misma forma. Aunque la joven le agradaba, no podía evitar compararla, inconscientemente, con Duke. Ambos eran abiertos y simpáticos, imaginó que la diferencia radicaba en que eran chico y chica. Si eso fuera así, ¿por qué el sentimiento que Duke le provocaba era más intensó siendo un chico?, esa respuesta la obtendría mucho después y sería la misma chica quien se la daría.

Una tarde, Karen se encontraba esperándolo en la puerta trasera del negocio, como lo había estado haciendo en esos días. Al verlo, suspiró y sonrió amigablemente, el chico no respondió de igual manera. Eso no desanimaba a la joven, ya que en el poco tiempo que tenía de conocerlo, sabía lo poco expresivo que era y eso a ella le gustaba mucho.

— Después de hoy no podré verte como hasta ahora, porque pasaremos navidad con la familia de mi madre – expresó decaída.

Garreth permaneció en silencio, no sabía cómo responder ante eso, echaría de menos su compañía, pero no era algo que afectara su vida cotidiana.

— Quiero que vayamos a algún sitio a comer – la joven lo tomó del brazo.

No puso objeción alguna, él accedía fácilmente a sus peticiones. La joven caminaba tomada de su brazo, su rostro expresaba una inmensa felicidad. El chico se sentía ligeramente nervioso, nunca una chica lo había tomado del brazo ni había estado tan cerca como lo estaba Karen. Esa sensación era débil comparada con lo que había experimentado anteriormente con el pelirrojo, solo Duke podía hacer que el corazón de Garreth latiera con esa intensidad.

Había demasiada gente caminando en la acera, por lo que Garreth no logró distinguir al par de jóvenes que caminaban al otro lado de la calle. El joven de cabello castaño se detuvo.

— «Ese chico se parece a...No, ¿Garreth con una chica?, imposible» – pensó Ari al ver al chico alto de cabello negro del otro lado de la calle.

— ¿Por qué te detuviste Ari? – cuestionó el pelirrojo.

— Por nada – siguió caminando.

Caminaron en direcciones opuestas, sin advertir la presencia uno del otro. El chico y la chica entraron a un restaurante, en el lugar, Karen notaba las insistentes miradas de las chicas cercanas a su mesa, sabía que se debían al chico que tenía por compañía y eso la complacía mucho.

— Me dijiste que no tenías novia, pero no puedo creer que tampoco tengas amigas – mencionó Karen.

— Es verdad, eres la primera chica que me habla – la chica sonrió.

— Entonces eso me convierte en tu primera amiga – Garreth no respondió.

Eso le hizo recordar que, aunque aparecieran otras personas en su vida, Duke siempre sería su primer amigo, alguien irremplazable en su memoria, e inconscientemente en su corazón. Al mismo tiempo, el joven pelirrojo junto con su primo y dos chicos más, se encontraban en otro restaurante.

— Oye, cambia esa cara, me deprimes con solo verte – rechistó Ari.

— Me obligaste a venir, pero no puedo cambiar mi cara – refirió el pelirrojo poco animado.

— ¿Qué pasa Duke?, ¿tanto te deprime cumplir años? – preguntó uno de los chicos.

— No es eso – respondió con voz monótona.

— ¡Ya sé!, ¿te dejó la novia? – cuestionó el otro.

— Algo así...

Sus cristalinos ojos azules mostraban una evidente mirada afligida, el intento de su primo por festejar su cumpleaños número dieciséis, no logró elevar su ánimo ni un poco. Para Duke, solo había una persona a la que sus ojos desean ver con desesperación y a la que su cuerpo anhelaba tener cerca. Pero esa persona simplemente desapareció, sin forma alguna de contactarla.

Había oscurecido, después de esa desanimada reunión, los cuatros jóvenes caminaban de regreso por la bulliciosa calle. El ambiente era frío, el pelirrojo cubría su cabeza con un gorro y su boca con una bufanda, caminaba lento y con la mirada baja. Chocó con alguien, esa persona también iba distraída, pero el excesivo tránsito de personas no les dio tiempo de detenerse para disculparse.

— «Este olor es de...» – giró su cabeza hacia atrás sin poder detener su paso – «No era él, habría visto su cabello» – tropezó con el joven castaño.

— Ten más cuidado – Ari mencionó preocupado.

— ¿Tú no lo viste? – preguntó Duke.

— ¿A quién?

— A nadie – respondió el pelirrojo.

En dirección opuesta, también se encontraba un joven distraído.

— Cuidado – dijo Karen al evitar que su acompañante tropezara con alguien – ¿Qué es lo que miras para atrás? – cuestionó.

— Creí ver..., no es nada – contestó Garreth.

Para ambos, la navidad pasó como cualquier otro día, no ocurrió algo que la hiciera especial. Uno de ellos había planeado que esa sería la mejor de todas, pero no fue así. Los días pasaron, llegó el siguiente año y las vacaciones estaban por terminar.


¡Espero que hayan disfrutado este capítulo!

Esta semana Recuérdame estuvo en el puesto #901 en Novela juvenil y eso fue agracias a ustedes <3 

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Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora