55.- ¿Cómo lo hacen dos chicos? (Pov Garreth)

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Era de mañana, me preparaba para ir a la escuela, hacía la misma rutina de siempre. Me puse el uniforme, peiné mi cabello, aunque nunca me obedecía y quedara para todos lados, preparé y comí el desayuno, cepillé mis dientes y colgué la mochila de mi hombro. Al bajar las escaleras, mi madre se encontraba ahí, frente a mí, no era común toparnos por la mañana, siempre se iba antes que yo. Me miraba en silencio, con semblante tranquilo se acercó a mí, extendió su mano y tocó mi cabello, creí que me regañaría como siempre lo hacía, pero no lo hizo, bajó su mano y acarició mi rostro.

—Así está mejor —me dijo.

No le respondí, no tuve oportunidad de hacerlo, tardé en reaccionar y para cuando lo hice ella se había ido. No era usual que mi madre me dijera algo amable, que me mirara como lo hizo en ese momento y acariciara mi rostro de esa forma. Me sentía feliz, pero algo en su acción me hizo recordar a aquella noche en que llegó ebria y la empujé, esa noche que había olvidado hasta ese momento.

Negué con mi cabeza y salí de mi casa, no quise darle muchas vueltas a lo mismo, pensé que quizás yo estaba mal y no ella, me convencí de que era así. Últimamente no me sentía como yo mismo, mi corazón latía mucho, mis pensamientos eran un desastre y mis emociones lo eran todavía más, sobre todo con Duke.

Hacía mucho calor o era yo el que lo sentía así, durante el camino hacia el colegio desarreglé mi uniforme, tiraba de mi camisa constantemente para que el aire me refrescara. Era bueno poder entrar sin miedo alguno a ser detenido en la puerta, nadie me miraba raro por el color de mi cabello, era bueno pasar desapercibido. Aunque era agradable ser "normal", le prometí a Duke que al crecer mi cabello lo teñiría de nuevo, verlo feliz era más importante que llevar una vida tranquila de estudiante normal.

Llegué primero que Duke, ocupe mi lugar y comencé a revisar el interior de mi mochila, estaba en ello cuando una compañera me pidió prestado un sacapuntas, afortunadamente tenía uno y se lo presté sin problemas. Las chicas se mi grupo no me hablaban, me sentí bien con algo tan pequeño, además ella parecía muy contenta, no creí que sacarle punta a un lápiz fuera tan divertido. Después se me acercó otra compañera más y me pidió prestada una pluma, tenía dos así que le presté una. Esa mañana seguía siendo extraña, primero mi madre y luego esas chicas.

Finalmente Duke llegó, me saludó y ocupó el lugar frente a mí, quise decirle algo más, pero las chicas se aproximaron para regresarme lo que les había prestado. Me agradecieron y se alejaron de inmediato, Duke volteó hacia mí y jaló un mechón de mi cabello.

—¿Cuánto más va a tardar en crecer? —me preguntó.

—No lo sé —le dije. En verdad no lo sabía.

—Debería crecer pronto —bufó y bajó la mirada —. ¿Qué es eso?

Volteé hacia la misma dirección que él, en la paleta de mi pupitre estaban la pluma y el sacapuntas, ambos contenían pequeños pedazos de papel. Tomé uno y Duke el otro. ¿Tienes novia?, era lo que estaba escrito en mi trozo de papel.

—¿Qué es esto? —señaló Duke. El trozo que tomó tenía escrito lo mismo.

—No sé por qué ellas dejaron esas notas en mis cosas.

—Te dejo solo un momento y mira lo que pasa. ¿Qué les responderás? —podía ver que estaba muy molesto conmigo.

No le pude responder, el maestro había entrado al aula. Estuve pensando en la pregunta de Duke, no sabía cuál era la respuesta correcta. No tenía una novia, así que la respuesta era un no, pero si tenía un novio, aunque eso no me preguntaron. Era confuso, mi mente se vio invadida por extrañas interrogantes.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Where stories live. Discover now