47.- "Mi otro yo"

810 117 86
                                    

Todo ese temor que sentía se había transformado en una inmensa felicidad, los sentimientos de Duke habían sido correspondidos, había hecho realidad su deseo de besarlo, pero cuando probó esos labios que tanto anhelaba tuvo la sensación de que ya lo había hecho antes. En ese momento llegó a su memoria el encuentro tan extraño que había tenido con la chica, suceso que olvidó debido a la emoción del momento. Buscó el teléfono móvil en el bolsillo de su pantalón para hacer una llamada.

—Ari, necesito hablar contigo... —recordó que la chica había mencionado a su primo.

Duke le pidió a Ari que fuera a su casa, había salido sin permiso de su madre, sabía que le esperaría una reprimenda al volver. Su madre exageraba su preocupación hacia él en cuanto a salidas se tratase, y si quería evitar el largo sermón debía aparecer con Ari. Duke esperó a su primo cerca de su casa, cuando llegó, ambos se dispusieron a entrar en la vivienda, tal y como esperaba, su madre estaba dentro angustiada. Al verlo se aproximó rápidamente a él para cuestionarle sobre su ausencia cuando ella llegó.

Ambos le mintieron diciendo que habían salido por un momento, pero que demoraron más de lo que pensaban. Duke siempre le recordaba a su madre que no era un niño, que podía cuidarse solo, pero ella no lo veía de ese modo. Como no podía convencerla de lo contrario, Duke simplemente se disculpó con ella acortando así la extensa charla.

—Está bien, solo prométeme que te alejaras de los jóvenes problemáticos con pinta de delincuentes —le solicitó su mamá.

—Que si mamá, te lo prometo —expresó Duke con ese tono que usan los adolescentes para que dejen de molestarlos.

El joven pelirrojo no sentía que le estaba mintiendo a su mamá, ya que no consideraba a Garreth como un chico problemático o una mala influencia. Tanto él como Ari fueron directo hacia su habitación.

—No entiendo por qué mi mamá siempre me dice eso, tengo dieciséis años. Puedo cuidarme solo —replicó.

—«Creo que ella debería preocuparse más por lo que tú podrías hacer» —pensó Ari —. Así son las mamás, siempre nos verán como niños pequeños. Por cierto ¿qué me querías decir?

—Es verdad, casi olvido para que te llamé —recordó el motivo de esa reunión —. Me encontré con una chica de cabello castaño y muy ruidosa, parecía conocerme. Me habló como si fuéramos amigos o compañeros de clase.

—«Oh no, habrá sido...» —Ari imaginaba hacia donde se dirigía la conversación.

—Ella te mencionó, ¿la conoces? —preguntó Duke.

—¿Castaña y ruidosa?, conozco muchas chicas, no sabría decirte quién es —su rostro delataba su mentira.

—¿Seguro que no sabes quién es? —intentó presionarlo —. Bueno, entonces le preguntaré a Garreth, porque vi que él tenía una foto de ella —tomó su teléfono móvil.

—Espera, creo que sé quién es —respondió Ari —. Duke, necesito que te sientes y me prestes mucha atención, esto que te diré no es nada fácil —suspiró profundo para encontrar las palabras adecuadas.

Duke estaba sorprendido por la seriedad en las palabras de Ari, tomó asiento, esperando que el alto y castaño joven le aclarara esa incertidumbre. Ari frotaba su cabeza tratando de encontrar la mejor manera de explicarle la situación a su primo, empezó haciéndole preguntas sobre su vida escolar, que hacía por las mañanas o si recordaba algo de ciertas fechas que le mencionaba. Duke hizo un esfuerzo por responder las preguntas de Ari, comprendió que no tenía información para responder a ello, si recordaba ir a la escuela, aprender cosas, pero no rostros o nombres de las personas que veía en ese lapso. Duke se sintió confundido, no se había percatado de esos espacios vacíos en su memoria, solo recordaba los momentos que había pasado con Garreth.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora