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Ahora JungKook se encontraba encerrado en uno de los cubículos del baño. ¿Qué hacía allí? Tan sólo quería escapar de todo siquiera un rato, y pues, el baño era el lugar en que sentía siquiera algo de privacidad. Con rabia volvió a pasar su mano por su mejilla para limpiarse de la saliva ajena por enésima vez.

-¿Y qué es lo que planeas hacer ahora? -se escuchó a un chico hablar desde lo que JungKook percibía con facilidad que eran los lavabos-. ¿Qué sucederá si nos atrapan? -expresó aquella persona con inseguridad y preocupación-. Creo que sería mejor si tan sólo dejáramos el asunto.

-¿Y dónde se supone que está la diversión en eso? Vamos, Yugyeom, no seas aburrido -habló ahora otro chico. JungKook casi dejando caer su teléfono celular al reconocer que la voz del nuevo chico era la del pelirrojo-. Sé que al igual que yo deseas ver su linda carita manchada de semen -rio con diversión-, y podrás hacerlo. Realmente se está volviendo muy sumiso ante el cuidado de TaeHyung.

El menor, desde su lugar sentado dentro de uno de los cubículos de aquel baño, hizo una mueca de disgusto procurando no hacer ruido alguno.

-¿Y si TaeHyung se entera de lo que estás haciendo? -preguntó aún preocupado el acompañante de Bambam.

-Sabes que soy perfectamente capaz de revertir la suerte a mi favor, así que si se llegara a enterar, lo persuadiría con facilidad -dijo, demostrando una completa seguridad-. Además, no tenemos algo muy serio. Si no fuera por esa gran polla que tiene no me mantendría a su lado, y él lo sabe.

Una gran carcajada se dejó escuchar en los baños.

-Eres un idiota -dijo el chico que anteriormente se encontraba preocupado, entre risas-. Está bien, sólo quiero ver pagar a Jeon JungKook, se lo merece.

El nombrado frunció su ceño ante las declaraciones del chico. Ya tenía más que claro que era el que acompañaba al pelirrojo cuando lo sometieron en esos mismos baños, pero la confusión que carcomía su cabeza era pensar en la razón del por qué creían que él se merecía tal cosa. Jeon JungKook podría ser un flojo, desconsiderado, irresponsable y hasta inmaduro adolescente, pero aún así no era de los que buscaban pelea en vano ni afectaban a otros, tan sólo vivía en su burbuja de ver las cosas de manera desinteresada y desperdiciaba su vida por sí mismo.

-¿Ves? Todo irá bien, no tienes de qué preocuparte -el pelirrojo sonrió y palmeó la espalda de su acompañante-. Ahora vamos a clase de una vez -dijo por último, tras ello retirándose del lugar junto a Yugyeom.

En aquellos momentos JungKook pensaba en que estaría bien mudarse de ciudad, o mejor aún, del país. Soltó un suspiro frustrado ante sus imposibles intentos de soluciones, y con un terrible dolor de cabeza salió de una vez de los baños para dirigirse a su siguiente clase, en la cual evitó a toda costa chocar miradas con la del pelinegro, puesto que la vergüenza seguía gracias a lo que le había hecho hacer TaeHyung frente a JiMin. A penas tocó el timbre, agarró todas sus cosas para guardarlas en el interior de su mochila rápidamente para poder irse de una vez, pero, para su mala suerte, justo cuando iba a salir por la puerta del salón JiMin se puso frente a él, negándole el paso. JungKook tan sólo bajó su mirada hacia el suelo mientras se mantenía en silencio.

JiMin posó sus manos en los hombros del apenado castaño.

-No te sientas incómodo conmigo, JungKookie. Sé cómo es Tae, y sea lo que sea que te esté haciendo, no es tu culpa -suspiró y masajeó levemente sus hombros-. Soy tu amigo, puedes confiar en mí, te ayudaré en lo que necesites -JiMin miraba con cariño y calidez al menor.

JungKook pudo levantar su mirada y sonrió leve. JiMin le otorgaba aquel sentimiento de confianza, y él mismo lo abrazó, rodeándolo con la misma calidez a la que JungKook correspondió sin problemas. El menor tal vez si quería llorar, liberar en forma de lágrimas las emociones y sentimientos confusos que sentía ante todo lo extraño sucedido en esos últimos días, sintiéndose frustrado por todo aquello. Pero aún así, se negaba a dejar salir una sola lágrima de sus ojos.

-Todo estará bien, te lo prometo -dijo el pelinegro, dejando un corto beso en la cabeza del menor, el cual se incomodó un poco. Sin embargo, el abrazo continuó-. ¿Irás a mi fiesta de mañana? -preguntó antes de que el menor desenredara sus brazos de su espalda con suavidad.

El menor miró vacilante el suelo.

-No sé si sea una buena idea...

-Vamos, será agradable. También podrías quedarte a dormir en mi casa si lo deseas -sugirió JiMin con una amplia sonrisa decorando su rostro-. Claro, para que no te sea tan peligroso volver a casa tan tarde.

JungKook rio suavemente y palmeó el hombro del pelinegro.

-De acuerdo, iré -suspiró y JiMin tan sólo asintió con alegría-. Ya deberíamos de irnos a casa, te veré mañana, Jiminie.

-Oh, ¡Espera! -dijo el pelinegro, agarrando el teléfono celular de JungKook y marcando su número en él. Marcó, y colgó antes de devolverle el móvil a JungKook-. Ahora tienes mi número y yo el tuyo, háblame si necesitas algo.

Ambos sonrieron para luego despedirse apropiadamente. Y tras el trayecto de la escuela al hogar del castaño, JungKook se encontraba ya ingresando a su casa, bastante cansado debido al desgaste emocional de aquel día. Lamentablemente supo que no podría descansar adecuadamente al ver a su vecino sentado en su sofá mientras que leía un libro con tranquilidad. Este al verlo llegar, dejó el libro a un lado y miró fijamente al menor.

-Tienes prohibido volver a faltarme el respeto tanto a solas como en frente de otras personas -habló de pronto TaeHyung, notablemente molesto-. También tienes prohibido volver a hablar con JiMin.

Y JungKook miró con frustración y total desacuerdo a su mayor.

--¡Pero! ¡¿Por qué?! -cuestionó exaltado-. JiMin en mi amigo -suspiró, nuevamente frustrado ante la situación-. ¿Cómo es que yo no puedo tener amigos siendo que no soy nada tuyo, pero tú tienes novio el cual te permite hacerme ese tipo de cosas? -alegó con rabia.

El mayor lo miró de mala manera, provocando que JungKook decidiera calmarse y bajar la mirada.

-Él no es mi novio, y da igual la mierda que yo decida hacer. Tú tienes prohibido hablar con JiMin y punto -dijo en su usual tono de voz autoritario e imponente.

-Pero-

-Sigue contestándome y no te permitiré hablar con nadie -el menor tragó en seco ante la nueva amenaza del mayor y asintió con resignación-. Muy bien, ahora ven aquí. Daddy quiere jugar un poco -dijo el mayor, relamiendo sus labios antes de comenzar a desabrochar sus pantalones.

Call Me Daddy ➳TaekookWhere stories live. Discover now