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El castaño despertó con un fuerte dolor que recorría toda su espina dorsal, pero nada comparado con el dolor que sintió al sentarse. Reprimió un pequeño chillido, y finalmente se levantó de la cama. Agarró su teléfono celular y vio que eran las seis de la mañana. Tiritó un poco debido al frío que había, en especial porque se encontraba desnudo. Buscó entre medio de las sabanas su bóxer con cuidado de no despertar a Taehyung, y tras lograr su cometido se lo puso rápidamente. Tomó del perchero de su habitación una bata y salió de esta.

Cojeando bajó las escaleras y fue directamente por un vaso de agua, ya con este en sus manos tomó asiento en una de las butacas de la cocina, agradeciendo que estas eran acolchadas.

Narra Jungkook

Joder, ¿entonces ya había superado la peor parte?

Mordí el interior de mi mejilla y mi vista bajó hacia mis muñecas que seguían bastante coloradas, pues el bastardo me la había dejado puestas las esposas durante todo el acto sexual.

Sería perfecto destrozarle el culo para que supiera lo que se siente —susurré mientras fantaseaba con lo dicho.

Negué rápidamente al darme cuenta de mis pensamientos indebidos, ¿en qué mierda estaba pensando?

De un trago acabé el agua y dejé el vaso a un lado sobre el mesón. Llevé mis manos a mi cabeza y agaché esta, me sentía realmente avergonzado por lo ocurrido dentro de esa habitación. Los días pasaban y veía mi venganza cada vez más lejana.

—Esto es una puta mierda —me quejé molesto.

La pantalla de mi celular que se encontraba sobre el mesón se iluminó a la vez que este timbraba. Era una llamada de Jimin, ¿Qué hacia llamando a estas horas?

—¿Aló? ¿Pasó algo, Jiminnie? —cuestioné una vez contesté.

—Oh, siento llamar tan temprano, Jungkookie —se disculpó. —pero te necesito aquí en la plaza que hay frente a la escuela en menos de 20 minutos, es urgente. Te espero, no tardes, por favor.

No tuve tiempo de preguntar nada debido a que Jimin había colgado la llamada antes de que pudiera si quiera hablar.

Me cuestionaba sobre qué tipo de urgencia era la que se refería JiMin. De repente pensé: ¿Y si le había pasado algo?

No tardé en correr a mi habitación y vestirme de la manera más rápida que pude, poniéndome solo un polerón negro y unos pantalones de jeans rasgados. Una vez listo con mi mochila en mano salí de mi casa y me encaminé hacia la plaza que quedaba frente a la escuela, a la cual no tardé más de 10 minutos en llegar.

Me adentré un poco más a aquella plaza en busca de JiMin y mis ojos no tardaron en encontrarlo, sentado sobre un mantel de cuadros rojos junto a una canasta.

Fruncí el ceño confundido.

—¡Jungkookie! —exclamó feliz JiMin mientras se ponía de pie para acercarse a mí y abrazarme. —Ven aquí, he preparado esta pequeña sorpresa para ti. —dijo risueño, guiándome a sentarme sobre aquel amplio mantel.

—Espera un poco —dije deteniéndome frente al mantel, dándome la vuelta para encarar a JiMin—Tú, ¿Me has mentido? ¿No hay ninguna emergencia? —cuestioné serio mientras le miraba fijamente.

JiMin sin dar respuesta solo sonrió sin arrepentimiento alguno, para luego tomarme de los hombros y agacharme para que me sentara sobre el mantel que se encontraba sobre el pasto. Tras lograrlo rápidamente se sentó frente a mi.

—¡Tú! ¡Mendigo idiota! —golpeé su hombro —Me mentiste, creí que te había pasado algo —. Suspiré con pesadez. —Además, son las seis y media de la mañana, ¡¿Por qué me haces salir a esta hora de mi casa?!

—No te mentí, te dije que te necesitaba urgente en menos de 20 minutos, y es que los panqueques que preparé para ti se iban a enfriar si tardabas más —. Tomó una de mis manos acariciándola —Lamento hacerte madrugar, pero en verdad quería desayunar contigo el día de hoy, después de todo es mi cumpleaños y quería empezar bien el día —dijo con una de sus características sonrisas tan lindas y llenas de brillo, que hacían que sus ojos se volvieran dos finas líneas.

Por mi parte me sentí bastante mal por no haberlo recordado, aunque en mi defensa ya habían pasado varios años desde que habíamos perdido contacto.

—Wow ¿Hoy ya es tu cumpleaños? —exclamé sorprendido —¡Felicidades, Jiminnie! —. Me incliné hacia adelante para abrazarle —Lamento tanto no haberte traído un regalo o algo así —le seguía abrazando mientras acariciaba su espalda, pues sentía que el día que una persona se merecía recibir más cariño que nunca era el de su cumpleaños.

JiMin rio levemente mientras correspondía mi abrazo y acariciaba mi cabeza.

—El regalo es lo de menos —besó mi cabeza antes de separarnos del abrazo volviendo cada uno a su lugar —, lo que quiero ahora es que pasemos un momento agradable, ¿De acuerdo? —cuestionó mientras comenzaba a sacar frutas, sándwiches meticulosamente en vueltos en plástico, los panqueques que se encontraban en un táper grande, jugo, entre variadas cosas en la canasta.

Asentí con una cálida sonrisa, realmente JiMin era demasiado atento.

Call Me Daddy ➳TaekookWhere stories live. Discover now