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La noche había pasado rápido y ambos chicos terminaron durmiendo en el sofá como a las cuatro o cinco de la mañana. Se la habían pasado jugueteando y bromeando mientras veían las películas. Ya era pasado el mediodía y Jungkook se encontraba recostado cómodamente entre los brazos de Jackson.

No vayan a malinterpretar aquello, ellos sólo se querían mucho, y es que eran tan unidos que es como si fueran hermanos.

El menor abrió los ojos y agarró su teléfono celular para mirar la hora. Dejó el mismo a un lado y se puso de pie.

—¿Qué hora es? —preguntó Jackson, con su voz algo ronca al estar recién despertando.

—Son las 14:15 pm. —respondió Jungkook para luego soltar un bostezo.

Jackson se quitó las mantas de encima para sentarse y luego estirar sus brazos y espalda.

—Debo irme, tengo que hacer unos pendientes —dijo mientras se ponía los zapatos—. ¿Irás a la fiesta de hoy? —preguntó, poniéndose de pie.

—Por supuesto —el menor sonrió.

Jackson, ya teniendo su cosas recogidas, se dirigió a la puerta junto a su primo quien abrió esta.

—Nos vemos allí.

Se despidieron con un cálido abrazo y Jungkook cerró la puerta tras la salida de su primo. El que él viniera le había servido para des estresarse y lo agradecía mucho.

El resto de la tarde del sábado Jungkook se la pasó flojeando viendo programas de tv y durmiendo entre ratos. Todo estaba bastante tranquilo.

Cuando ya eran las diez de la noche el menor decidió que ya era hora de arreglarse para la fiesta. De repente recordó las palabras de Taehyung, sobre que no debía volver a hablar con Jimin, pero demonios, Jimin era su amigo y no debía faltar a la fiesta siendo que le había prometido que iría. Además, no había visto a Taehyung en todo el día, tal vez ni se entere de que salió de casa.

Se dio una merecida ducha y tras ello se vistió con unos jeans ajustados negros, una polera blanca junto a una chaqueta de mezclilla, y por último sus botines de cuero. No le dio más vueltas al asunto y agarró su celular junto a sus llaves para salir de su casa una vez que llegó el taxi que había pedido.

Cuando llegó al lugar se sorprendió al ver lo grande que era y cuánta gente había allí. Se encaminó hacia adentro, pasando entre las alborotadas personas, y mientras lo hacía, vio en uno de los sillones a Bambam atragantándose en la boca de otro chico. Este se percató de su presencia, pero sólo le regaló una mirada juguetona y siguió con lo suyo. Suspiró y pidió al cielo no tener que encontrárselo en lo que quedaba de la noche.

Siguió caminando hasta llegar a lo que al parecer era la cocina, en donde había varios contenedores de cerveza, y claro, bastante gente. Sacó una lata de estas y la abrió al instante para darle un gran trago.

—JungKookie, ¡viniste! —exclamó feliz Jimin, envolviéndolo en un cálido abrazo—. Ven por aquí, la estamos pasando bien —dijo, tomando la mano del menor haciendo que lo siguiera.

Subieron al segundo piso, llevando a JungKook hasta una sala donde se encontraban por lo menos unas doce personas, algunas sentadas en los sofás y otras en el suelo o sobre cojines, todos rodeando una pequeña mesa con una botella encima. Tomaronasiento en uno de los sofás.

—Jimin, es tu turno —dijo una de las chicas señalando la botella.

Jimin asintió y la hizo girar, esta se detuvo frente a la misma chica de antes. La castaña sonrió coqueta y se acercó a Jimin, tomándolo del cuello de su polera, besándolo necesitadamente. Jimin correspondió y se apartó luego de unos segundos.

—Bien, te toca a ti, JungKook —dijo JiMin, sonriendo.

El nombrado asintió, y antes de que girara la botella un chico apareció de la nada, sentándose a su lado. Su sonrisa desapareció al ver que era Bambam.

—¿Tú que haces aquí? —preguntó claramente molesto Jimin al ver al pelirrojo.

¿Ellos ya se conocían?

—Sólo vine a divertirme, no me digas que eres capaz de echarme, Jiminie —dijo con una sonrisa ladina Bambam. JiMin soltó un gruñido, frustrado—. Vamos Jungkook, gira la botella.

El menor puso los ojos en blanco y giró la botella. Maldijo cuando esta paró señalando a Bambam quien le miraba divertido.

—Uhm, no quiero besar a un chico, la volveré a girar —dijo, dirigiendo su mano de nuevo a la botella, pero Bambam la agarró y la tiró hacia a él para quedar más cerca de Jungkook.

—No seas idiota, las reglas del juego son claras, tú giraste la botella y esta me apuntó a mí, no seas llorón —dicho aquello, Bambam se subió sobre Jungkook acorralándolo contra el respaldo del sofá.

Antes de que el menor reaccionara Bambam agarró sus manos e invadió su boca besándolo fogosamente.

Call Me Daddy ➳TaekookWhere stories live. Discover now