Y nada volvió a ser igual... MAGCON

Capítulo 37

Narrador omnisciente:

@Magconboysnews: Para las fans de @leeiree tengo malas noticias... ¿ya vieron su último vídeo? Parece una despedida... ¿no es así?

@Magconboysnews: Por otra parte, los chicos han cancelado todos los shows. Si no fuera algo grave no creo que harían eso...

@Magconboysnews: Como ya saben, nunca me cayó muy bien esa chica, pero tengo que admitir que al final la he cogido cariño y creo que ha demostrado que es una buena tía y no una zorra... no me gustaría que se suicidara. #LeireStayStrong. 💪

@Leeireemylove: ¡Nooooo! ¡Por favor no! @leeiree no cometas ninguna tontería! Todos te amamos! Estoy llorando... #LeireStayStrong. 💪

@Leeiree4ever: Dios no!! @leeiree no hagas ninguna estupidez!! ¿Qué pasa con tus personitas?! Estoy llorando como si no hubiera mañana! #LeireStayStrong. 💪

@LeeireeHater: Tanta drama... si sólo quiere llamar la atención. Apuesto lo que sea que no se muere... @leeiree

@Elisabethfromaustralia: Puto @taylorcaniff y @carterreynolds ! estáis contentos ahora, cierto?! Que os jodan! #LeireStayStrong 💪

@Lily263893: @leeiree noo... eres mi ídola! tú me ayudas día a día a sonreír... por favor, te necesitamos... #LeireStayStrong 💪💕

@Taylor628love: @leeiree acabo de ver tu vídeo y no paro de llorar... me siento como la mierda por haberte llamado de todo... #LeireStayStrong 💪

@Leeireefan: @leeiree ¡Noo! ¡¿qué mierdas?! Yo te amo! Eres la mejor joder, no te vayas...😢 entre todos te ayudaremos y saldremos de esta! Tus fans damos la vida por ti! #LeireStayStrong. 💪❤

@Shawnismine: @leeiree todos estamos contigo! 💕 y un poquito de respeto, @LeeireHater ¿o no sabes lo que es? #LeireStayStrong 💪

Había miles de tuits dando apoyo a Leire, hasta #LeireStayStrong se hizo trending topic, y no era para menos, los medios de comunicación no paraban de hablar de ella y magcon. Algunos la tachaban de dramática y sólo querer llamar la atención, otros culpaban a los chicos, hasta algunas fans de magcon se molestaron muchísimo con los chicos, especialmente con Carter y Taylor. Muchas se sintieron decepcionadas con sus ídolos. También algunas fans de Leire se hicieron cortes en los brazos.

Ninguno de los chicos habló públicamente, llevaban horas sin entrar en las redes sociales. En estos momentos la única preocupación de todos era el bienestar de su amiga. Todos estaban hecho polvo. Con tan sólo imaginar que pudieran perder a Leire les entraba ansiedad. Aunque ella había aclarado más de una vez que no era culpa de nadie y mucho menos de ellos, era imposible no sentirse culpables después de que se comportaran de esa forma con ella.

Maider por fin llegó a la casa de su amiga, pero nadie le habría la puerta, así que subió a un árbol que daba a la ventana de su amiga y como lo esperaba estaba abierta. Siempre suele tener la ventana abierta y no es la primera vez que hace ese recorrido para entrar a su casa.

—¡Leire!—la llamó nada más entrar a casa, pero al no obtener respuesta volvió a llamarla—¡Leire! ¿Dónde estás?—la buscaba por toda la casa pero no había rastro de ella.

La chica ya estaba perdiendo los nervios y sus nervios aumentaron cuando intentó abrir la puerta del baño y se dio cuenta de que estaba cerrada.

—Mierda... ¡Leire!—golpeó la puerta—¿Estás ahí? ¡Abre por favor! ¡LEIRE!—Pataleó la puerta pero todo seguía igual, así que corrió hasta el balcón y de un armario sacó la caja de herramientas y de ahí cogió un martillo y corrió de nueva al baño.

Golpeó la puerta varias veces con todas sus ganas, la rabia que sentia en su interior no era normal. Después de unos segundos hizo un agujero en la puerta y aprovechó ese hueco para meter la mano y darle al pestillo por dentro logrando que se abriera la puerta.

Ahogó un grito y soltó el martillo para llevarse las manos a la boca. Lágrimas y más lágrimas salían de sus claros ojos.

—¡¡NOOO!!—Gritó con todas sus fuerzas, sacando todo el odio y la impotencia que sentía en estos momentos.—¡Leire!—sollozó y corrió hasta ella. Se arrodilló y con sus manos temblando colocó su cabeza sobre su regazo mientras le acariciaba el cabello.—Por qué...—susurró.—¡¿Por qué Leire?!—sus sollozos se hacían más fuertes cada vez.

El dolor que sentía en su interior jamás la había experimentado. Verla ahí tirada a su mejor amiga con las muñecas cortadas y el piso lleno de sangre. De sangre de su amiga. Verla más pálida de lo normal y más fría. Se sorbió la nariz y colocó su mano en el cuello de su amiga, con la esperanza de encontrar el pulso, pero estaba tan nerviosa que sus manos no dejaban de temblar y era imposible sacar ninguna conclusión.

—No... tú no te puedes ir...—negó sollozando—Tienes que venirte a la boda. Me prometiste que asistirías a la boda de Shawn y yo. ¿Lo recuerdas? Claro que lo recuerdas, tú nunca te olvidas de las promesas.—se sorbió la nariz de nuevo y las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.

—¿Qué pasa? ¿Por qué hay una ambulancia? ¿Qué hacen en mi casa?

Maider apretó los dientes al escuchar la voz de Carlos, el padre de Leire, a sus espaldas.

—Por favor apartese señor—le dijo un enfermero a Carlos, éste último frunció el ceño sin comprender, hasta que llegó donde se encontraban Maider y Leire. Abrió la boca y dejó caer el maletín que traía en sus manos.

—Leire...—tragó saliva y se acercó hasta su hija.—¿Qué ha pasado? ¡¿Por qué hija?!

—Por favor, necesitamos llevarla inmdiatamente. Haganse a un lado—dijo esta vez una enfermera.

Carlos se encontarba en shock, viendo como la llevaban a su única hija. El vacío que sentía en su interior era el mismo que el de cualquier padre al ver a su hija desangrada en el suelo. Si, es cierto, no fue el mejor padre del mundo, casi nunca estuvo para su hija cuando la necesitaba, ni siquiera se preocupó cómo estaría en Ámerica. Le daba tanta importancia a su maldito trabajo que dejo de preocuparse por su hija. Él siempre supo que su hija era muy responsable y madura, pero lo que no supo fue que le necesitaba mucho a su padre por más madura y responsable que fuera. Al fin y al cabo sólo tiene 16 años, y es una niña. Aún necesita de sus padres. En estos momentos Carlos no paraba de echarse la culpa a sí mismo. Todo era su culpa. Si él hubiera estado cerca de su hija y se hubiera preocupado más por ella, nada de esto hubiera pasado.

Pero ya es tarde...

—Ey, vámos—Maider chasqueó los dedos delante del rostro de Carlos.

—Eh, si, si. Vámos.—asintió y junto a Maider entró a la ambulancia.

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