Y nada volvió a ser igual... MAGCON

Capítulo 43

Maratón 1/2

Ya habían pasado dos semanas desde que me dieron la alta. Esos quince días estuve en San Sebastián con papá y Maider. Shawn también estuvo aqui una semana, en casa de Maider para que conociera a sus padres. Los padres de mi amiga ya lo conocían a él, ya que desde hace años es una fangirl total de Magcon, en especial de ahora su novio de antes su crush. No sé si me explico, pero me da igual. Yo por otra parte, he pasado mucho más tiempo con papá y hemos hablado mucho. Él ha insistido en que me quede con él, pero quiero volver a Los Ángeles a estar con la otra parte de la familia. Mis idiotas y Mahogany, más conocida como la loca.

Los chicos no han parado de enviarme mensajes diciéndome que vuelva con ellos y hasta han montado una campaña en twitter para que vuelva a Estados Unidos. Algo muy normal. Cabe decir que durante estas dos semanas no he usado las redes sociales, sólo whatsapp. Como ya les comuniqué a los fans necesitaba un tiempo para mí. Porque desde que entré a Magcon, no he tenido tiempo para mí, y creo que es bueno a veces estar sola. No sentirse sola, pero si estar sola.

(.../...)

Pagué al taxi cuando llegamos a la casa- mansión- de Nate y Sammy. Los chicos han estado aquí estas dos semanas y cancelaron los shows que quedaban después de lo que ocurrió conmigo y tomaron unas vacaciones ellos también. Muchas veces la gente piensa que ellos o nosotros no trabajamos, que es sólo un pasatiempos pero se agota mucho estando de tour y conociendo a tantas fans. Nos encanta, pero eso no quita que sea agotador.

Me sorprendí al no escuchar ningún grito ni nada. Después miré mi reloj y entendí todo. Eran las ocho de la mañana y seguramente ayer montaron una fiesta -como casi todos los días- y están dormidos.

Sonreí malignamente y dejando las maletas a un lado corrí a un árbol que daba a una habitación. Trepé el árbol a la primera. No mentira, eso era lo que yo creía, pero sólo ocurre en las pelis y en los libros. Después de intentar más de diez veces, ya estaba a punto de tirar la toalla cuando ¡aleluya! No sé cómo conseguí treparlo y tampoco sé cómo logré abrir la ventana. Entré y me quedé mirando como dormian los Jacks. Estaban haciendo la cucharita, o como se diga, Gilinsky le abrazaba por la cintura y Johnson estaba chupándose el pulgar como si fuera un bebé. No me pude resistir a sacar una foto. Aqui las pruebas de que están saliendo y Madison es sólo una tapadura. Si es que yo lo sabía...

Salí de la habitación y baje a la primera planta donde se encontraba el salón, la cocina y lo más importante. La alarma de los incendios. Con una sonrisa traviesa pulsé el botón y enseguida comenzó la alarma, era el ruido más desagradable que había escuchado en mucho tiempo.

Los gritos no tardaron en llegar al igual que los chicos.

—¡AAAAAAH!

—¡¿QUÉ MIERDA?!

—¡FUEGO, FUEGO, FUEGO! ¡AAAAH!

—¡SOY DEMASIADO GUAPO PARA MORIR!

Lloriqueaban todos mientras veía cómo corrian todos en la planta superior con los brazos en el aire.

Crios... mucho gym y tontería, pero son unos miedicas.

Me aclaré la garganta con las intenciones de llamar la atención de todos, pero con el escándalo que había no me escucharon obviamente. Así que opté por sentarme en el sofá y esperar hasta que se calmaran y se dieran cuenta de mi presencia.

Los estúpidos tardaron un mínimo de cinco minutos en darse cuenta, hasta que Matt dejo de correr y se me quedó mirando fijamente embobado. Como si estuviera soñando o algo, hasta se pellizcó el brazo. Ladeé la cabeza con una sonriss y sacudí la mano lentamente en forma de saludo.

—¡AAAAAH! ¡MI ALMA GEMELA HA VUELTO!—Gritó el dinosaurio antes de que corriera escaleras abajo y se tirara encima de mí.

—Hola dinosaurio—le correspondí el abrazo gustosamente.

—Me alegro que hayas vuelto enana—volvió a abrazarme.

Reí.

—Yo también, pero parece que eres el único. Ni siquiera se han enterado de que estoy aquí—señalé arriba. Los idiotas aún seguían gritando como los locos y cobardes que son.

Matt rodó los ojos.

—Chicos.—Nadie les hizo caso.—¡Chicos!—nada. Suspiró—Ya verás cómo si escucharan ahora.—sonrió y se llevó las manos a cada lado de la boca para que el grito se hiciera más fuerte—¡LEIRE HA VUELTO!

Espinosa tenía razón... todos dejaron de chillar como niñas y me miraron sin expresión alguna, hasta que hice lo mismo que le hice a Matt y de nuevo comenzaron a chillar y bajaron las escaleras corriendo y empujando unos a los otros, para ver quién llegaba primero.

—¡Mi chica ha vuelto!—Fue Aaron quien llegó primero y me abrazó con tanta fuerza que me alzó del suelo y comenzó a dar vueltas conmigo en los brazos. No podía dejar de sonreír, incluso había escuchado el ruido de la cámara pero me importó una mierda.

—Te he hechado de menos idiota—le susurré sin dejar de abrazarle.

Ambos separamos un poco los rostros para poder mirarnos a los ojos y después nos besamos. No me importaba los gritos y los silvidos de los chicos en esos momentos, ni siquiera que me estuvieran grabando o tomando fotos. Lo único que quería era besar a mi novio. El mejor novio del mundo.

—Venga, tío. Dejános a los demás también—se quejó Cameron.

Reí y nos separaron a ambos para después comenzar a tirarme al aire entre todos como si fuera una bolsa de patatas.

—¡Ya basta!—dije entre risas después de un rato.

Me dejaron en el suelo con cuidado y nos unimos en un abrazo grupal. O un abrazo familiar, según cómo lo veas. Dios, cómo había echado de menos a estos chicos. Aunque falta Lox, porque está de vacaciones con Carlos, pero bueno, cuando vuelva ya la abrazaré.

—Así que has sido tú eh el que ha puesto la maldita alarma—Sammy me miró con los ojos entrecerrados e intentando parecer serio, pero por dentro se estaba riendo.

—Teníais que haber visto el circo que habéis montado allí arriba.—Reí en sus caras, y ahora todos me miraban como Sammy, bueno, menos Carter, pero eso ya es caso aparte.

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¡Muchas gracias a todxs por leer, espero que os haya gustado! ♡☆

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