Capítulo 40

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Narrador omnisciente:

—No entiendo por qué no la podemos ver aún si ya está fuera de peligro.—Comentó Hayes nervioso.

—Porque nunca nadie está fuera de peligro si vosotros estáis cerca.

Todos los chicos fulminaron con la mirada a Maider mientras Lox se reía.

Si, como ven ya la situación no es tan tensa como lo era hace unas horas atrás. El doctor les comunicó que todo fue bien y que su cuerpo había aceptado la sangre de Taylor sin problema alguna, pero aún no se ha despertado y está en observación. Aunque aún siguen muy preocupados por Leire, tienen la esperanza de que pronto podrán hablar con ella y bromear de nuevo todos juntos.

¿Pero quién les garantiza que Leire quiera volver con ellos? Ella estaba muy dolida con todos menos con Shawn, Aaron y Lox por todo lo que ocurrido. Ella ya está acostumbrada a que la gente la llame de todo, pero nunca se imaginó que sus amigos pensarían eso de ella y que la tratarían de esa manera.

(.../...)

—¿Ya se despertó?—preguntó Shawn en cuanto vio al doctor.

El doctor sonrió lo que hizo que los ojos de los chicos brillaran.

—Si. Ya despertó.

La felicidad, el alivio, la emoción y un millón de sentimientos se despertaron en la interior de todos los chicos al escuchar esas dos palabras.

Ella es una verdadera luchadora. Siempre lo ha demostrado y lo ha vuelto a hacer. Cualquier otra persona no hubira sido capaz de soportar todas las cosas que tuvo que soportarlas ella. Pero esa chica, como dicen sus amigos, es especial. Es muy especial. Nadie sabe el por qué, pero lo que trasmite esa chica no lo consigue nadie más. Su mirada es capaz de trasnmitir un millón de cosas, dulzura, simpatía, emoción, enfado, decepción, tristeza, alegría, diversión, sufrimiento, picardía... pero nunca odio. Ninguno de los chicos ha visto alguna vez odio en su mirada. No tiene maldad por muy dura que haya sido su vida. Y eso dice mucho de ella.

—¿Podemos verla?—preguntaron todos al unísono.

—Si. Pero no todos a la vez. Además, ha dicho que primero quiere ver a su hermana Maider.

Una lágrima resbaló por la mejilla de la morena. Volvería a ver a su hermana y hablar con ella. Durante las últimas horas le pasó por la cabeza más de una vez que tal vez no volvería a hablar con ella y se le partía el corazón. No se imagina una vida sin ella. La conoce de hace tan solo dos años, pero ellas se consideran hermanas. Ambas se conocen al cien por cien. Incluso saben más una de la otra que sus propias madres.

Maider no dudó ni un sólo segundo y siguió al doctor. Después de caminar unos metros le abrió la puerta y le sonrió.

—Adelante.

—Gracias.—le devolvió la sonrisa antes de adentrarse a la habitación.

Leire's POV.

Cuando me desperté no entendía nada. ¿Por qué estaba conectada a tantas máquinas? ¿Dónde estaba? Hasta que miré a mi muñeca y lo entendí todo...

Había intentado suicidarme. Y al parcer me salió mal. ¿Pero estoy contenta o triste porque me salió mal? Lo que estaba era decepcionada y avergonzada conmigo misma por hacer una tontería. Una tontería que casi me quitó la vida.

Las máquinas comenzaron a pitar en cuestión de segundos una enfermera y un doctor entraron dentro. Se veían alarmados, pero en cuanto me vieron soltaron un suspiro de alivio.

La enfermera calló a la máquina y el doctor se me acercó con una pequeña sonrisa.

—Bueno, veo que has despertado.—asentí—¿Cómo te sientes?

Y nada volvió a ser igual... MAGCONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora