C |12|

3.7K 206 62
                                    

   Al aparcar en la orilla del acantilado, nos bajamos y propongo taparle los ojos con un pañuelo rosado. Cosa que se ríe y niega. La noche está hermosa y en el cielo no se encuentra ni una hermosa nube, por lo cual las estrellas brillan más desde aquí arriba.

—Preferiría no hacer locuras mientras estás bajo los efectos de las drogas —explica haciendo una media sonrisa levantando las cejas que me hace carcajear y dar una vueltita como si fuese una bailarina—. ¿A dónde vamos, mi hermosa princesa?


—Vamos a tirarnos por el acantilado, profesándonos amor eterno, así nuestras almas viven libres y bien salvajes para siempre —me burlo, provocando que se lo crea y se clave en su lugar, sin querer avanzar más. Le doy una mirada de, ¿de veras, Jug?—. No, tonto, es una broma. Ya lo verás.

   Seguimos caminando hasta que llegamos a mi lugar preferido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

   Seguimos caminando hasta que llegamos a mi lugar preferido. Es un pequeño descampado rodeado de árboles en un radio de treinta metros en donde, en el medio, se encuentra una manta y unas ramas posicionadas. Lo tomo del brazo, dando saltitos y nos acerco con la caja de cupcakes en la mano. Lo obligo a sentarse en la manta de picnic y agradezco que no haga frío. Saco una botella de alcohol etílico del bolso, vertiéndolo en mi intento de fogata. Él deja salir un gran suspiro liberando toda la tensión contenida al pensar que me convertiría en una antorcha humana y dice algo como que soy una pirómana. Con el fuego iluminándonos, me siento a su lado apoyando mi cabeza en su regazo, dejando que acaricie mi rostro, analizándome con una mirada cargada de ternura a la que no puedo evitar sacar mi cámara instantánea de mi bolso.

—¿Qué haces? —murmura sonriendo al ver que el ruido de la película saliendo de la cámara se hace presente. Agito el papel hasta que la imagen aparece y no puedo sentirme más satisfecha. Él, mirando justo al lente, como quería que saliera, sus ojos tan trasparentes son iluminados por la luz de la fogata, con su sonrisa de costado que me dan ganas de llorar y oh, está sin su gorro. No me había percatado de eso. La imagen más perfecta que he hecho—. Yo también quiero sacarte algunas.

—Ya, tenemos mucho tiempo para hacerlo, son solo la una de la mañana —me levanto de sus piernas y él rechista, pero le digo que ahora volveré y se calma. Tomo mi teléfono y pongo algo de música, tranquila y suave, tal y como le gusta. Tomo la caja con mi creación y se la entrego—. Que emoción, vamos, ábrela. ¡Me he esmerado tanto!

 ¡Me he esmerado tanto!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Daboia Russell |Jughead Jones|Where stories live. Discover now