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   Cuando abro los ojos, todavía siento el calor de los dos chicos quienes duermen plácidamente a mis costados. Entre todo el desorden de cuerpos, consigo mi teléfono y miro la hora. Son las ocho de la mañana, se supone que en una hora debo estar en Pop's para trabajar. Como puedo, me separo de los dos grandes brazos que apresan mi vientre y me siento satisfecha y feliz al notar que no los he despertado.

   Conecto el bluetooth de mi teléfono a la cámara y elijo una de las fotos para descargarla.

   Con la poca luz que entra desde mis cortinas, elijo leggins y una camiseta suelta. Tomo ropa interior de mis cajones y con dolor camino hacia el baño del piso de abajo. Si tan sólo supieran lo que sufrí al bajar las escaleras. Luego de bañarme y secarme rápidamente el cabello, me quedo sin habla al verme al espejo en ropa interior. Las marcas que los dos idiotas me dejaron, ¡Tardaré medio año en cubrirlas! A regañadientes, me dedico a ir otra vez a mi habitación y tomar la camiseta que más cubra los chupetones en mi cuello. El que tengo en el mentón, cerca de mi oreja, deberé usar kilos de corrector para cubrirlo, ese fue Jughead. Luego, las marcas de sus manos de en mi trasero pronto se irán, al igual que las que tengo en mis caderas y piernas, obra de Jug. Pero parecería como que me atacó un vampiro, o si tuviera algún tipo de extraña alergia, ya que tengo redondeles violetas de los senos para arriba.

   Me dirijo a mi baño y sin importarme, me visto allí dentro y aprovecho que tengo mis maquillajes aquí. Después de cubrir como una profesional las manchas que mi camiseta no tapaba, me coloco mis botas de cuero, sufro otra vez al bajar las escaleras y cocino pancakes lo más rápido que puedo a medida que preparo dos batidos de vainilla y uno de chocolate.

  Mientras pongo la mesa, me acabo mi desayuno, les dejo la comida servida y hago que Zoey salga al patio, Jug luego la hará entrar.

   Tomo las llaves del auto y desaparezco hacia mi trabajo al lado de las vías del tren.

   Llego diez minutos temprano, sin más FP ya está aquí y me observa sin decir nada, y espero que siga así. Desbloqueo mi teléfono y admiro la imagen elegida durante un minuto. Estamos de cintura para arriba, mis pechos están siendo tapados por el torso de Sweet Pea, quien besa libremente mi mentón, es ahora cuando me doy cuenta que el culpable del chupetón que tengo ahí no era Jug, sino él.

   Bueno, prosigamos, yo estoy besando a Jughead a medida que acaricio su cara de espaldas. Debo admitir que es una obra de arte. Con un escalofrío, aprieto el botón de enviar y ya no hay vuelta atrás, los serpientes la recibirán en tan sólo segundos. Así que sin más, apago mi teléfono y lo dejo en los vestidores. Sólo espero que esa foto no llegue a manos de mis padres, moriría de la vergüenza. De tan sólo pensar en lo que hicimos anoche siento mis mejillas arder, y no suelo sonrojarme.

—Oye, Pop, ¿me dejas la cocina a mí hoy? —le pregunto queriendo rehuir de mi suegro, quien está chequeando su teléfono con la barbilla por el suelo—

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—Oye, Pop, ¿me dejas la cocina a mí hoy? —le pregunto queriendo rehuir de mi suegro, quien está chequeando su teléfono con la barbilla por el suelo—. Ando un poco adolorida como para ponerme los patines y servir.

Daboia Russell |Jughead Jones|Where stories live. Discover now