C |35|

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   Me encuentro con Betty justo en la entrada de su casa, por lo cual entramos juntas. 

—¿Mamá? ¿Papá? —pregunta mirando a todos lados.

   No es hasta que vemos a Alice asomarse que no respira tranquila.

—Betty, C... —nos saluda la rubia mayor a medida que caminamos hacia la cocina—. Acabo de glasear unas galletitas de jengibre. Las favoritas de Polly. Por si ocurre un milagro de navidad y vuelve a casa. Por cierto, había un regalo para ti en las escaleras, tu amigo invisible. Y bueno, otro de C, pero ese lo subí por la mañana en tu cuarto. 

   Nos miramos entre las dos, confundidas a medida que subimos a su habitación.

—¿Amigo invisible?

   Se acerca a su mesa de luz y yo le doy con primera instancia el mío, desvelando una pulsera, con su nombre. Se la coloco y ella me da un abrazo en agradecimiento, diciéndome que le ha encantado.

—¿Y este de quién será? —pregunto, pasándoselo.

   Nos sentamos en su cama a medida que comienza a abrirlo. Al desvelar la tapa, lo tira lejos. Yo me tapo la boca, conteniéndome a insultar a medio mundo. Llama rápidamente a Archie y cuando entra en la habitación, se queda pasmado ante el dedo ahora otra vez en su caja. 

   Pues sí, tomé un dedo mutilado y lo puse en una cajita, que asco.

—"El contenido es un dedo que pertenece al pecador Joseph Conway". 

—Habla del Sr. Svenson, le cortó el dedito, Archie, ahora no podrá jugar Xbox —digo yo, como si fuera una catástrofe.

—"Tienes un último pecado que exhumar. Averigua la verdad, muéstrasela a la ciudad y quizás salves su vida" —termina de leer la carta que dejó. 

—Ha secuestrado al Sr. Svenson, Arch, y ahora lo está mutilando —procura seguir, pero su teléfono comienza a vibrar.

   Nos acercamos a ella y lo pone en altavoz.

—Betty, por favor —alguien ruega.

—¿Sr. Svenson, es usted? —pregunta ella.  

—Así es, Betty, pero se llama Joseph Conway —habla el Enmascarado—. Ha perdido mucha sangre, aunque nada comparada con la sangre en las manos de la gente de esta ciudad. Exhuma el pasado, averigua donde se cometió el pecado original y puede que encuentres al pecador Conway con vida. Y, como siempre, no...

   Archie toma el teléfono.

—¿Qué? Maníaco. ¿Qué no se lo diga al Sheriff Keller? 

   Maldita sea, ha cortado.

   Los chicos irán a las Hermanas de la Misericordia, así que salimos juntos. Nada más que yo me dirijo a Southside, avisándoles que me avisen qué ocurre allí.

   Al llegar, Jughead ya está allí, así que me hago lugar en el sofá entre medio de Fangs y Sweet Pea, escuchando lo que tiene para decir mi adorado novio.

—Penny Peabody obliga a mi padre y a C a traficar con drogas —habla, dando vueltas para no darle la espalda a nadie—.  Lo sé, porque me obligó a mí antes. Ahora, además de ellos dos, oficialmente, tiene atados a Tall Boy y a Sweet Pea. 

   Mi amigo, a mi costado, decide hablar, por lo cual escucho atenta.

—Hombre, si estás enojado porque tu novia y tu viejo me eligieran en vez de a ti... —comienza a decir, pero es cortado por Jones.

—No, Sweet Pea, estoy enojado porque no quiero que los Serpientes acaben como los Diablos —se da la vuelta para hablarle a Toni—. Y dudo que alguno de ustedes se convirtiera en Serpiente solo para ser el perrito faldero de la reina de las drogas. 

Daboia Russell |Jughead Jones|Where stories live. Discover now