❝ NO PUEDO PARAR DE SOÑAR
CON UNA VÍBORA DE RUSSELL,
ENROLLANDO SU CUERPO ENTRE
EL DE UNA PITÓN VERDE,
EL SÍMBOLO DE LAS SERPIENTES
DEL SUR ❞
❝No creo que sea una coincidencia...
Primer día de clases y no he dormido en toda la noche debido a la ansiedad que me carcomía. ¡Qué bien, C!
Era obvio que todas las miradas iban a estar sobre mí, cuchicheos, gente alejándose de mi presencia, aunque esa es la minoría. La mayoría se acerca para darme ánimos, les alegra mucho que haya sido inocente, que sabían que no sería capaz de algo así. Nada más que sí lo fui, solo que no me encerraron de por vida. ¿Qué se hubiera dicho de mí si hubiera sido culpable?
Estoy tomando las cosas de mi casillero con esos pensamientos revoloteando en mi cabeza cuando el director Weatherbee me habla.
—Buenos días, señorita Russell —saluda cordialmente y le correspondo con media sonrisa. Podré haber dormido treinta minutos, pero me siento más despierta que cuando duermo ocho horas—. Quiero que sepa que para lo que sea que me necesite, estaré en mi despacho. Para lo que sea.
—Gracias, director, lo tendré en cuenta, téngalo por sabido —él me da un leve asentimiento y desaparece. Hago mi paseo por los pasillos cuando una persona me toma de la muñeca, secuestrándome y metiéndome en la sala de arte—. Wow, no sabía que querías engañar a Betty y tener sexo salvaje conmigo a medida que rompemos sin querer los proyectos de arte de los alumnos del año pasado, Jughead.
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Puedo notar un leve sonrojo en sus mejillas y le golpeo el brazo, indicándole que solo bromeo. En realidad no lo hacía, pero ahora tiene novia y se supone que no puedo hacer esos comentarios.
Suelto un gran bostezo, estirando mis brazos hacia atrás de mi espalda, haciéndola sonar. Tengo las vértebras de una señora de ochenta años.
—¿Has dormido bien? —niego, levantando una rana de origami, jugando con ella, haciéndola saltar—. Quise llamarte, para pasar la noche jugando videojuegos o algo, pero, no lo sentí correcto, ya sabes, por Betty.
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Se rasca la nuca en la vergüenza, y yo me encojo de hombros. Hubiera sido extraño. A fin de cuentas, estoy haciendo lo posible para no tirarme encima de él. Tenerlo en mi cuarto por la noche, hubiera sacado mi peor parte. Aunque, estaría feliz teniendo en cuenta que Betty sabría que su novio está en mi casa, metiéndole los cuernos. Quizás debería dejar de ser tan vengativa.
