❝ NO PUEDO PARAR DE SOÑAR
CON UNA VÍBORA DE RUSSELL,
ENROLLANDO SU CUERPO ENTRE
EL DE UNA PITÓN VERDE,
EL SÍMBOLO DE LAS SERPIENTES
DEL SUR ❞
❝No creo que sea una coincidencia...
BUENO, CREO QUE APROBÉ CONTABILIDAD, PORQUE EN MATEMATICA NOS VIOLARON (Igual me entero el miércoles de las notas)
Sin más, las dejo con un lindocapítulo, con una gran revelación.
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La incertidumbre de no saber el resultado de las elecciones es muy grande. Tanto Serpientes como Bulldogs están compartiendo la sala de descanso esperando por el nuevo o nueva presidenta.
Observo un labial en el suelo y frunzo el ceño. ¿Quién sería tan tonto como para perder un labial de MAC? Menos mal que tengo el mío en el bolsillo del panta... carajo, es mi labial.
Me levanto rápidamente para buscarlo, y al agacharme a velocidad caracol debido a mis dolores, escucho la profunda voz de Sweet Pea detrás de mí.
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—Vaya tetas...
—Lo sé —responden Toni, Cheryl y Jughead con la vista fija en mí. Me incorporo indignada y elevo una ceja, algo viniendo a mi mente al guardar mi labial en el bolsillo y sentir un papelito en mi trasero.
Me acerco a Sweets, ocultando mi expresión de travesura y le hablo con una gran sonrisa.
—Nunca tuve la oportunidad de decirte, pero hiciste un gran trabajo en la batalla contra los Ghoulies, Jirafita.
Él hincha el pecho, fingiendo ser un macho orgulloso de sí mismo, así que acorto nuestra distancia, soltando una risita. Jughead enarca una ceja, porque me conoce, sin embargo, no se esperará lo que tengo pensado hacer.
—¡Gracias! —le doy el papel que anteriormente estaba en mi pantalón y se confunde—. Espera, ¿me estás dado un sticker?
—No cualquier sticker —le indico, negando con mi dedo dramáticamente—. Es un sticker de un gatito diciendo ¡mi-wow!
Toni contiene la carcajada que pide salir de su garganta, tapándose la boca y escondiendo su cabeza en el hombro de Cheryl, quien sonríe.
—Cam, no soy un niño de la primaria —me aclara, analizando mi trofeo.
—Si no lo quieres, me lo quedo —Jug hace el ademán de estirarse para tomarlo, pero SP estampa su mano en su esternón, obligándolo a sentarse otra vez.
—¡Hey, aléjate! ¡Me he ganado esto! —con una palmada en mi frente, deposito un beso en la comisura de sus labios y camino hacia mi novio, sentándome en sus piernas, abrazando sus hombros.
—¿Quién tiene el mejor premio? —juguetea el gorrito y no puedo evitar pegarle en la cabeza al ver la expresión fría y dolida de nuestro amigo. ¡Se ha pasado!
