❝ NO PUEDO PARAR DE SOÑAR
CON UNA VÍBORA DE RUSSELL,
ENROLLANDO SU CUERPO ENTRE
EL DE UNA PITÓN VERDE,
EL SÍMBOLO DE LAS SERPIENTES
DEL SUR ❞
❝No creo que sea una coincidencia...
Resulta que mi gorrito y yo logramos arreglar nuestras diferencias y las cosas comienzan a estar a la normalidad. Es más, soy yo quien da la idea para crear un club para las Serpientes.
—Bienvenidos a la reunión inaugural del club Espadas y Serpientes —hablo animadamente yo, luego de terminar de dibujar en el pizarrón.
Junto mis dos manos, alegre a lo que observo a Toni preguntar.
—¿Y qué es exactamente? —está sentada sobre un taburete, así que yo me siento sobre el escritorio del profesor, copiándome de ella. Jug está a mi lado, sólo apoyando su trasero en este.
Si tan solo pudiera explicarles lo lindo y redondito que se ve su trasero en los pantalones del uniforme. Me dan ganas de sacarle muchas fotos y crear un álbum top secret sólo para mí. Lo llamaría "Jughead's ass".
No puedo creer que tengo un novio tan bonito, hay veces que tengo que pellizcarme a mí misma para ver si no estoy soñando y cuando despierte él seguirá siendo mi mejor amigo. Quizás todo esto es un sueño, se me hace difícil creer que alguien tan inútil como yo es Princesa de una banda. O sea, soy la típica nerd comelibros. Al menos, no soy un cliché, los odio.
Dejo de babear sobre Jug y vuelvo a la realidad, escuchando su respuesta para Toni.
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—Como le dije a Fogarty para convencerlo a que vuelva al Riverdale, somos un club de juegos.
—Autorizado por el mismísimo Director Weatherbee —observo yo, abriendo los ojos y elevando mis cejas arriba y abajo, como si fuera super importante.
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—En el que estudiantes compatibles pueden conocerse y crear mundos nuevos y escenarios para juegos de rol, donde habitan héroes fantásticos y hay criaturas mitológicas por doquier —explica mi preciado novio.
Toni está por abrir la boca, cuando prosigo hablando, llegando al punto verdadero.
—Es un club, para nosotros. Un refugio seguro donde podemos ser Serpientes en horarios de clase y bajo las narices de todo el mundo —me reclino en mi asiento, sonando segura.
