Parte 5

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Era tanta la insistencia de esa chica... que hasta llegué a pensar que yo le atraía de una manera muy retorcida. Muy retorcida.

-¿Qué quieres de mí?-

O tal vez ella sabía que yo perdí su libro y buscaba recuperarlo o restregármelo para recompensarlo, no lo sé, me inquietaba que ella me buscara tanto. Estaba loca. La forma en que me ofrecía esas porquerías llenas de azúcar... no lo sé.

¿Y qué era lo peor de todo? Que yo no podía ser del todo cruel con ella. Hiciera lo que hiciera no podía alejarla de mí.

Pero tal vez su amigo Park sí podría, eso supuse. El enano pelinegro que siempre estaba con ella.

-¿Perdiste el sentido ahora, no?-

Nunca me agradó ese chico.

-Cuidado con lo que dices, Park.-

-Vete a la mierda, Min.-

En fin, por allí supongo que surgió algo de rivalidad, pero me daba igual, si él podía quitarme a la enana de encima entonces podría darle ese privilegio sin inmutarme.

Pero no pensé que ella fuera tan apegada en joderme la poca existencia que me quedaba.

-Min Yoon Gi. ¿Te molesta si te acompaño?-

"Como no tienes idea".

Fuera de clase, dentro de clase, la clase de deportes, y eso apenas iba comenzando.

A mitad del semestre fui obligado a cumplir con la asistencia de esa clase debido a las amenazas de no graduarme. Creo que no tuve otra opción, pero debido a mi "discapacidad" sentencié que no pensaba moverme para nada. Ni siquiera sabía si la amnesia era una especie de discapacidad para librarme del ejercicio físico, y al parecer el entrenador tampoco porque no tuvo réplica alguna.

-¿Soy yo o es la primera vez que te veo en esta clase, eh?- esta chica, ni ignorándola era posible. –Siempre fumas a esta hora tras las gradas.-

-No tengo cigarrillos.- bueno, eso fue cierto.

-¿En serio? Pero fumar es malo, Min Yoon Gi, tus pulmones...-

-Cierra la boca, ¿quieres?-

¿Se preocupaba por mí? Patético.

-¿Te gustan las golosinas?-

Maldita sea. Ni tres jodidos segundos podía tener la boca cerrada.
Volteé a verla después de esa estúpida pregunta, sus ojos sonrientes se dirigían hacia mí, la leve curva en sus labios mostraba sus pequeños dientes de leche con encanto. Sí, para mí eran como dientes de leche. Sus mejillas rosadas a juego con su piel pálida, ¿qué clase de prescolar era ese lugar? ¿No se supone que tenía unos... 16 años? ¿17 tal vez? Su cuerpo era tan subdesarrollado a comparación de las otras chicas. Era tan linda como una pre adolescente de 12 años. Eso, o era una loli que no sabía que lo era.
Tenía un cuerpo pequeño y al parecer muy frágil. Nada por delante, me refiero a nada de pechos, y nada por detrás, un diminuto trasero... pero con ese cambio deportivo más pequeño que ella podía darme cuenta de la figura que escondía bajo el uniforme.

No pude creer que me haya fijado en ella de esa manera en ese momento. Recobré el sentido cuando la vi caer en la pista, raspándose las rodillas y riéndose como tonta debido a eso.

¿Por qué la miraba tanto?

Y de verdad, ¿por qué ella me buscaba así? Si fuese por su libro ya me lo fuese dicho, ¿no?

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-¡Min Yoon Gi!-

Encontrar un sitio tranquilo en ese infame lugar no era muy difícil para mí. A cualquier lugar que yo iba los demás se largaban a otro, era como tener una especie de enfermedad contagiosa. No lo vi tan malo ya que nadie me molestaba. Solo ella.
El alféizar de la ventana del corredor al patio era uno de mis lugares favoritos para tirar flojera y con una vista que me agradaba. Eso hasta que ella lo arruinó.

-Es hora del almuerzo.- dijo ese día.

-¿Y qué quieres de mí?-

-¿Podrías almorzar conmigo?- linda, adorable, irritante. –Por favor, no me gusta no tener compañía, ¿sí? Solo esta vez.-

Tal petición me hizo gracia pero no lo mostré como se supone lo debía. Mi única idea fue ignorarla, pero incluso... se atrevió a tocarme. La única estudiante que no me temía, la única persona que no me evitaba, ¿qué rayos pasaba con ella?

-¿Te gusta la ensalada de surimi? Compartiré contigo, solo vamos, ¿sí?-

Bien, debo admitir que sentía un poco de curiosidad por ver hacia dónde iba todo eso. Ella no podía ser así conmigo solo porque sí.

Ni siquiera tuve que decir que sí para que ella se diera cuenta de mi absurda y agresiva conformidad. Se alegró demasiado. Tomó mi mano sin pena y trató de hacerme correr junto con ella.

Tomó mi mano como si fuese lo más normal del mundo.

Ella me veía de una forma que yo no entendía, y quería saber por qué.

-Eres tan escandalosa.-

-Y tú tan insípido, ¡vamos!-

Los demás nos miraban y eso a ella no le importaba.
En la cafetería ese día fuimos como el centro del habla y el punto ideal para la fabricación de más rumores.
Verla tan ansiosa de compartir su almuerzo conmigo era como... algo inusual desde mi punto de vista, y tal vez el de los demás.

-¿Por qué nunca te veo comer aquí? O más bien, ¿no comes?-

-Odio comer.-

"No puedo comer".

-¿Odias com... qué? Si es tan necesario como respirar.-

-Odio respirar.-

-¿Odias todo, no?-

"Inclusive a ti si sigues de esa forma".

-Tal vez esto no lo odies, está hecho con mucho amor. Y mayonesa. Abre.-

Amor.

Ella estaba enamorada de mí o sentía lástima por mí. Qué detestable.

-¿Te das cuenta de que todos nos están mirando?- absolutamente todos y nada discretos.

Tuve que verla de cerca, intentar intimidarla o algo, no lo sé, ¿qué tanta mierda tenía conmigo?

Me puse de pie frente a ella y me incliné a centímetros de su rostro. Vi sus ojos con firmeza, le di una leve advertencia, un indicio que decía que me dejara en paz, pero entonces ella soltó sonriendo:

-Me agradas, Min Yoon Gi.-

No podía ser tan estúpida como me lo planteaba. De verdad que no. Ella tenía como una especie de inocencia algo... inquietante.
Para mí comenzó a ser como la pequeña estudiante que tenía pegada como goma de mascar en mi zapato.

-¡Min Yoon Gi!- golpearla no era una opción. -¿Puedo preguntarte una cosa?- ni siquiera empujarla. No podía ser tan cruel con ella y eso lo odiaba. -¿Yo te agrado?-

-Te tolero, que es otra cosa.-

Nunca había tolerado tanto a alguien. Lo normal era golpearlo y se acababa todo.

-Pero entre todos, yo soy a quien únicamente toleras, ¿verdad?-

"La única con la carencia de inteligencia suficiente para creer que me agradas, sí".

-Puede ser.-

-¿Y sabes mi nombre? Soy Jung Do Yeon, estamos juntos en historia.-

-Lo sé, lo sé.- casi dos semestres juntos, tampoco era estúpido.

"Deja de seguirme".

-¡Sí lo sabes! Ayer te vi en el patio saliendo de clases, quise saludarte pero me ignoraste.-

-Eso es lo que hago ahora.-

-Eres tan malo. ¿A dónde vas?-

-Déjame en paz, niña.-

-Bueno. ¡Nos vemos el lunes!-

 "Te veo incluso cuando respiro, el amor que florece como árboles de cerezo..."  

...

~ Cotton Candy ~ Suga - BTSWhere stories live. Discover now