Parte 14

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No sé qué tenía de especial ese lugar pero me gustó porque era tranquilo, sin nadie alrededor, como el árbol que nombré mío en el instituto. O bueno, no era tan tranquilo ya que mi molesta compañía no podía quedarse callada ni por tres segundos.
Ella me hizo muchas preguntas sobre mi amnesia y yo, por cortesía, respondí a todo, hasta que tuve que callarla.

Jung Do Yeon no veía mi amnesia como una especie de enfermedad terminal como los demás lo hacían, no me veía con lástima y eso era lo que más me gustaba de ella. Había muchas cosas que me agradaban de su persona, cosas que apenas comenzaba a descubrir en cada momento que se acercaba a mí, y esa cita no era la excepción. Comencé a conocerla y a tolerar más sus tonterías. Ella era muy curiosa, como un cachorro en su primer paseo, o como una pequeña ave en su primer vuelo y yo era la tortuga que tenía miedo de salir y anhelaba tener alas para volar como ella, como si fuese mi sueño. Así era esto al principio.
Lo que hicimos en esa cita no fue más que hablar, escuchar las palabras del otro, me obligó a comer y ver las nubes. Lo último fue lo más estúpido, lo sé, pero la manera en que a ella le emocionaba... hubiese preferido mirarla solo a ella, supongo.

Creo que el tema más interesante del que hablamos en ese "día de campo" inició con un: "Min Yoon Gi, ¿te gustan los chicos?"
Ahí pensé por un segundo que tal vez había rumores de mí en ese entonces sobre mi sexualidad y que ella intentaba descubrirlo.

Pero no.

-Me gusta una chica.-

"Me enamoré de la persona que menos esperaba en mi vida".

Porque realmente no esperaba a nadie.

-¿En serio? ¿Y tú le gustas a ella?-

Su acoso lo veía como una señal de amor, así que sí, yo sabía bien que Jung Do Yeon estaba enamorada de mí.

-Ella es tan obvia, supongo que sí.-

-Oh... ¿y por qué no están juntos?-

Me costó creer que ella fuese tan despistada. Aquella felicidad en su rostro se desvanecía poco a poco como íbamos en el tema. Me pareció gracioso que ella no captara las indirectas. Ella comenzó a creer en otra persona. Ilusa.

-Porque ella no lo sabe... o no lo nota.-

-¿La conozco? ¿Está en alguna de nuestras clases?- posiblemente querría que una de mis indirectas la golpeara como tren de carga pero tampoco podía darme la opción de ser tan obvio como ella. -¿Por qué no se lo dices? Deberías abrirle tu corazón y salir con ella en vez de conmigo.- fruncí el ceño por eso. –Ella te aceptará porque el sentimiento es mutuo como dices.-

¿Aceptarme? ¿Cómo, si lo único que haría es lastimarte?
Es obvio que mi vida no era como la de ella.

¿Qué es lo que normalmente hacen dos enamorados que no lo saben?

-Porque ella no merece a alguien como yo.-

Yo eso creía, de eso estaba seguro, y ahora que estoy contando esto... tal vez estoy más seguro de ello.

-¡Tonterías!- sonrió de nuevo, pero supe que era con falsedad. -¿Es más bonita que yo? ¿Has tenido citas con ella?-

Nadie era más bonita que ella.

A pesar de que ella veía el mundo con brillo y pureza, no podía absorberla en mi sombría y solitaria vida, pero ella se aferró en convertirlo todo. ¿Eso fue lo que la hizo especial?

-Min Yoon Gi.- llamó por mi nombre buscando mi atención pocos segundos después de haber arreglado todo e irnos, pero esta vez no tomó mi mano como esperé que lo haría. –En nuestra primera cita... yo te besé. Quería disculparme por eso.-

-¿Por qué?-

-Porque lo hice sin tu permiso. Fue inapropiado y lo siento.-

Acepté la disculpa sin habérselo dicho. ¿Desde cuándo hay que pedir permiso para un beso? Podría haber avisado, eso sí, ¿pero permiso? Jung Do Yeon no era una persona muy anticuada pero vaya que tenía indicios de eso.

-Sonríeme.- y no podía creer que un absurdo tema de conversación le robara la felicidad que tenía. Solo por eso comenzó a comportarse de una manera extraña, o bien, fuera de su normalidad.

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Recuerdo que tuvimos que correr debido a una lluvia que nos tomó sin precaución. Yo llevaba la cesta y tomaba la mano de ella mientras corríamos buscando un techo dónde refugiarnos. Me gustaban los días nublados pero nunca las lluvias, a diferencia de ella que estuvo riéndose todo el tiempo cuando brincaba en los charcos.

Encontramos un espacio en una parada de autobús, lugar perfecto para evitar mojarse y para deshacerme ya de ella.

-Gotas, gotas.-

El espacio cada vez era más pequeño debido a que más personas llegaban con el mismo objetivo contra la lluvia. Mi cabello en mi frente goteaba y Jung Do Yeon se divertía atrapando las gotas con sus manos. Al menos ella ya lo estaba pasando bien.

-¿Tomaremos el autobús?- preguntó.

Ella nombraba ese tipo de cercanía como "peligrosa", dónde a ella y yo no nos separaban nada más que uno o dos centímetros de distancia. Su baja estatura la obligaba a mirar hacia arriba cuando tenía que hablarme, y a mí a bajar el mentón para escucharla.

Creo que tuvimos una especie de discusión donde ella no quería tomar el autobús y quería que yo la llevase a casa. No me gustó verla de ese humor decaído así que yo tuve que decaer ante ella, invitándola un café, por gusto de ella, y luego accediendo a mi acompañamiento en el camino hacia su hogar. ¿Qué rayos estaba haciendo? Ni puta idea.

Fue tarde cuando volvimos a su casa. Después de otro interrogatorio de mis gustos y disgustos, de café americano y leche de fresa, era de esperarse que la cita terminara pronto.
Lo que sucedió esta vez... fue que yo la besé. Sin permiso y sin intención de disculparme.
Desde que ella me besó en la primera cita, yo quería saber realmente lo que era un beso. Hice lo primero que se me vino a la mente.
Ella iba irse sin haberse despedido, entonces reaccioné primero y jalé de su brazo para atraerla hacia mí otra vez. Me incliné y besé sus labios. No una miseria de presión de labios y listo, no, moví y mordí. Cerré los ojos porque la sensación era tan... no lo sé. Disfruté de ese beso, y supe que no me arrepentiría de ello cuando sentí que ella también movía sus labios.
Mi mano derecha subió tocando desde su cuello a sostener su mentón, las manos de ella, temblorosas, se aferraron a mi playera, ladeé la cabeza y profundicé con la intención de llegar a utilizar la lengua, pero rompí el beso creyendo que ya sería suficiente.
Vi su reacción, tan apenada ella apenas podía mirarme, noté sus mejillas rosadas, la vi sonreír por lo bajo y sin palabras en su boca, sin idea de qué decirme al respecto.

-Estamos a mano.- bromeé sin gracia y esperé por alguna respuesta de su parte.

Fue ahí cuando noté a su hermano detrás de ella en el porche de su casa. A su hermano cuyo nombre no sabía todavía, o no recordaba. Ella lo llamaba "Oppa", ¿y saben? Nunca pensé que él fuera a darme tantos problemas.

-Aléjate de ella.-

...

~ Cotton Candy ~ Suga - BTSWhere stories live. Discover now