~ Cotton Candy ~ Suga - BTS

Parte 46

El comienzo de un total colapso. Quería desmoronarme. A veces quería abandonar todo y huir. Terminar ese capítulo de mi vida llamado "Jung Do Yeon". ¿Pero yo qué haría sin ella? ¿Ella qué haría sin mí? Tal vez muchas cosas, pero no podía saberlo. No aún.

Más adelante, cuando abandoné temprano el estudio, decidí buscar a mi novia, no sé, para pasar algo de tiempo juntos. Creí que al menos eso necesitábamos los dos. Pero no esperé encontrarme con otro desastre.
Cuando llegué a ese estudio de danza, el horario de Doyeon había finalizado por lo que me quedé en el vestíbulo esperando por ella. Veía rostros pasar a mis costados. Pequeñas bailarinas y maestras afectuosas, me pregunté por un segundo el por qué Doyeon odiaba ese lugar. Luego recordé un cierto detalle.

Comencé a escuchar gritos y abucheos de niñas. Algo sucedía en los vestidores. Lo más extraño fue que reconocí un grito agudo bastante peculiar. Reconocible si has estado acostumbrado a ello. Doyeon. Corrí a ese lugar por instinto. Quité a quien sea de mi camino, entré a ese vestidor y me encontré con la rara escena de mi novia recibiendo una paliza en el suelo de dicho sitio. Ni siquiera pensé en nada, me asusté un poco. Le quité de encima a la otra chica y tan pronto se levantó para protegerse en mis brazos. Sucedió tan rápido. ¿Cuándo podrías creer que sucedería este tipo de situación? Sobre todo si se trata de una chica frágil como Doyeon.
Fue dañada físicamente, ¿cómo no sentirme molesto con esta tontería? Aún no me explicaba cómo.

-Vamos.-

Ella lloró todo el camino a casa, al edificio de su hermano. Tenía escalofríos y se mantuvo cabizbaja. No tenía idea de qué decirle. Supuse que no hablaría de esa chica y menos de la razón por la cual sucedió esa pelea. Entonces solo callé, mantuvimos el silencio.
Estuvo muy apegada a mí, como un cachorro indefenso. Sé que buscaba mi consuelo pero yo no podía dárselo.

En el cuarto de baño, la vi mirando su triste reflejo.

"Debido a ti, me he arruinado..."

Luego lloró de nuevo, en mis brazos. Desahogándose la frustración. Aquel dolor físico y mental. Sobre todo mental.

-Deja de llorar.-

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-¿Quién es ella? Responde. ¿No vas a responderme?-

-Abrázame.-

-Suéltame.-

-No, Suga.-

-Jung Do Yeon.-

Es más que claro que no fui bueno manejando esta situación. Es más, ni siquiera tenía un propósito concreto. Solo quería saber quién fue esa perra que se atrevió a meterse con mi novia.

-¡Solo es Hwa In!-

La que ayudó a que esto fuera más complicado.

-Solo es Hwa In.- repetí. –Solo es Hwa In. ¿Es ella quien está detrás de ti? ¿Qué es lo que ella hace y por qué? ¿Por qué la escuchas? ¿Qué mierda es lo que...?-

-¡No lo sé!-

Y Doyeon dejó por su cuenta que esto siguiera así. Bien.

Está bien, fue más que entendible que ella no quería mi ayuda. ¿Pero una vez más tenía que dejarme estancado?

Hoseok llegó en el momento de su histeria. –Haces llorar a mi hermana menor. ¿Ahora es cuando te importa una mierda?-

-No tienes ni una puta idea. Yo no tengo la culpa.- en parte, creo.

Pero en fin. Creí que Doyeon le explicaría la situación a su hermano pero no lo hizo. Hoseok se desquitó conmigo y me echó noblemente la culpa de todo. Como debía ser, supongo. Todo un asco.

...

Fui cruel conmigo mismo al pensar que había sido un error ir a buscarla. Nunca resultó de manera positiva que yo la buscara. Hasta llegué a arrepentirme sobre haberla salvado de esa pelea. ¿Qué significaba nuestra relación ahora? ¿Quién de verdad le hacía daño?

Todo el mundo.

-¿Vas a quedarte esta tarde? ¿Capitán? Yoongi, ¿estás despierto?-

El piano ya no se encontraba en la esquina de la habitación. Su lugar completamente vacío me llegó de golpe y reaccioné arrojando mi mochila en dirección al estante de las vasijas antiguas de mamá. Ocasioné un caos debido a mi piano. Corrí hasta la habitación de mis padres y grité a todo pulmón preguntando por mi piano. Mamá se ocultó detrás de mi padre. Amaba ese maldito piano... porque mis padres no me amaban a mí. Nunca me sentí amado.

-Te traje café. ¿Estás bien? Hay mucho trabajo qué hacer. Requiero que estés concentrado, ¿sí?-

La falta de sueño y el tremendo cansancio no me hizo responderle de mala manera a Suran, al contrario, hice lo que pude por mantenerme atento. Bebí de ese café. Trabajamos por un corto rato hasta que algo realmente tedioso de verdad tuvo que venir a joderme la existencia.

-¡Suran! ¡Suran! ¡Cabeza verde!- un pequeño dolor de cabeza, menor del metro y medio y notablemente intoxicada. –No debería gustarte Yoongi, ¡no debería! ¡Él tiene novia!- irritable y ponzoñosa. -¡Te gusta Yoongi! ¡Y eso no me gusta a mí! Si vuelves acercarte a él te juro que... ¡Oye, respeta el uniforme! ¡Bájame!- un parásito que ya había tenido suficiente de mí. –Yoongi oppa... ¿a dónde vamos?-

-Cierra la boca.-

Para mí eso ya había sido la gota que derramó el vaso. Mira que interrumpir en mi lugar de trabajo y además de ebria, gritando cosas sin sentido. Fue suficiente para mí. Doyeon dejó de ser ella misma. Lo aborrecí. No me importaba si eso era una simple fase de niñata pero la complejidad de mis asuntos y los suyos no podían ya nunca coincidir. De verdad, ya no más.

-¿Sabes por qué Hoseok no tiene perforaciones? Porque dice que él es un hombre. Tú tienes más de dos perforaciones en cada oreja, Yoongi oppa, ¿eso te hace poco hombre?-

Maldita sea. ¿Cómo terminar con eso si su condición era la menos adecuada?

-Estoy harto de esto.-

-No respetas mis faldas, oppa, ¿cuántas personas miraron mi ropa interior?-

-Ninguna.-

-¿Tú la miraste?-

-Jung Do Yeon.- ¿por qué no romperle el corazón solo una vez? –No quiero verte más.-

-¿Eh?- al menos lo entendió un poco. -¿Ya no quieres verme?-

-Quiero verte... pero no así.- mierda, ni siquiera supe cómo terminar esto. ¿Cómo romperle el corazón sin terminar nuestra relación?

No quise terminar lo nuestro, solo quise darle una lección. Quería que tuviera un tiempo sin mí para que entendiera lo que había hecho. Quería que me diera tiempo a mí.
Yo quería... que volviera la chica dulce e inocente, no la idiota y estúpida. La niña torpe y encantadora, la adorablemente tolerable. Se volvió demasiado complicado para mí y no lo soporté. Así que hice esto.

-Sigo siendo esa chica.- ni siquiera ella se lo creía.

-Sé que tienes problemas, pero tú misma los has convertido en tragedias. Te hiciste esto tú misma, deja de culparme a mí, ¿quieres?- déjame primero resolver mis problemas. –Suéltame.-

-Suga...-

-No vuelvas a buscarme en mi lugar de trabajo, ni a mi departamento. Por un tiempo.-

-Pero...- vi ese corazón roto, no me sentí satisfecho con ello. –Pero... ¿sigo siendo novia de Min Yoon Gi?-

Debí decir que no. –Eres mi novia.- tal vez hubiese terminado todo allí. –Pero necesito pensar y tú necesitas entender.-

Tal vez hubiese sido más fácil desaparecer allí mismo. -¡Min Yoon Gi! Lo siento...-

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