Parte 16

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Ese día no entré a ninguna de mis clases, aunque ya había recibido varias advertencias sobre ello. Ya tenía una decena de amenazas y advertencias sobre mis asistencias y sobre que eso no me ayudaría para graduarme. Gran cosa. Me escondí en la biblioteca, traté de leer un libro, el que sea, pero me quedé dormido. Me sentía tan cansado, todo el jodido cuerpo me dolía. En fin, al final me largué de ahí cuando se dio el último timbre de salida.
No era nada nuevo que todos se quedaran mirándome por mis notables heridas de guerra, me pregunté qué podrían decir al respecto, con cuáles rumores saldrían esta vez.

Salí de entre la manada y me puse mis auriculares, era hora de caminar a casa a pesar de todo el dolor en mis piernas. En serio, solo quería llegar y recostarme. Dormir o tal vez morir, si no era mucho pedirlo. Ok, aquí agrego un suspiro de cansancio.

Tal vez Jung Do Yeon sea pequeña y ligera en cuanto a peso, pero era más que evidente que estaba siguiéndome. Escuché aquellos pequeños pasitos y rápidamente supe que era ella. Sus zapatos tenían un adorno de metal en forma de flor cada uno que le hacían sonar como cascabel al momento de caminar.
No volteé ni una sola vez, sabía que era ella, pero poco después de pasar por mi barrio me detuve. Llegó más lejos de lo que pensé que haría. No era seguro para ella.

-¿Por qué me has seguido?-

-Min Yoon Gi...-

-Vete a casa.-

-Pero... no sé cómo volver.-

Y aquí agrego otro suspiro de cansancio y frustración. Bien, me siguió y ahora estaba perdida.
No me dio la gana de indicarle el camino de vuelta o llevarla, estaba tan adolorido que no soportaría otro minuto más caminando. Así que continué, me siguiera o no. Y sí lo hizo.

No supe qué pretendía al seguirme a mi casa. No sé qué pretendía yo al dejarla saber dónde yo vivía.

-¿Alguien te lastimó, Min Yoon Gi?- y aquí iba el interrogatorio. -¿Una persona mala?- no creo que una monja me haya dado la paliza de mi vida. -Hm, tu lindo rostro fue lastimado, me siento mal por eso.-

-Deja de preocuparte.-

En cuestión de minutos llegué al edificio y subí por las escaleras de emergencia. Lo normal solo que con un detalle fuera.

-Min Yoon Gi...- llegué arriba y me di cuenta que ella no había subido. -¡Min Yoon Gi!-

¿Qué quería una invitación?

No me importó de todos modos. La escuché subir de prisa rato después. Yo entré a mi espacio y dejé la puerta abierta intencionalmente. Ya estaba ella ahí, no podría haberle dejado afuera, ¿verdad?

No sentí pena, me dio igual que ella supiera mi manera de vivir. Yo era un chico huérfano y pobre y a ese entonces ella lo sabía más que nadie.

-¿Vives aquí... solo?-

Jung Do Yeon observó cada detalle de mi cuarto. No era nada más que un pequeño cuarto construido sobre una azotea de una vieja casa. Eso decía mucho de mí.
Ella se quitó los zapatos después de que yo lo hice y entró un poco apenada.

-Solo.- respondí.

Comencé a despojarme de mi uniforme comenzando por la corbata, la asfixiante corbata, el saco lo arrojé por ahí, mientras, no le quité los ojos de encima. Ella ya se encontraba curioseando sobre mi desorden de partituras en mi teclado.

-Escribes mucho, ¿verdad?-

-Eso no te importa.-

Yo siendo grosero con la chica que me gusta, ese era yo.

~ Cotton Candy ~ Suga - BTSWhere stories live. Discover now