Parte 20

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-Si no podemos terminar, Yoongi, ¿qué haremos?- me preguntó.

-¿Te gustan los secretos?-

-¡Me gustan!-

Ahora se suponía que nuestra relación sería un secreto. Estaría bien que ella le hiciese creer a su hermano y a todo el mundo que lo nuestro no existía, simplemente por cuidarse del anterior susodicho.
Me daba igual, pero... ¿cuándo ella y yo podríamos tener nuestro tiempo a solas?
Empezamos primero por mensajes de texto. Todo el jodido día, todos los días de toda la puta semana me envió mensajes como, no lo sé, ¿cada cinco minutos? Y preguntando estupideces.
Se supone que a ella ya no se le permitía salir en las tardes por lo que ahora me tocaba a mí invadir su territorio.

Fue un viernes, el de la misma semana. Creo. Estaba recostado en la cama escuchando la melodía grabada del teclado cuando de pronto me llegó un mensaje. Obviamente sabía de quién provenía.

"Jung Do Yeon:
Oppa saldrá hoy!! ¿Puedes venir a verme? :3"

Nunca pensé que ella fuese de esas chicas que les gustaba romper las reglas, pero si esto era con el plan de joder al hermano, por mí, mejor. Nuestro plan inicial para ese viernes era solo mensajear, pero bueno, ¿por qué no aprovechar la oportunidad cuando se presenta?

Salí de casa y caminé todo el rumbo hacia el vecindario de mi novia. No podía acercarme lo suficiente porque aún tenía que esperar hasta que me dieran la señal de que el imbécil ya se había largado. Para eso, la amiga de cabello castaño de Doyeon sirvió de centinela.
Se encontró conmigo un poco antes de llegar y me dijo que esperara al menos 15 minutos.

-Cruza al jardín trasero y toca la puerta corrediza, cuida que los vecinos no te vean.- me dijo antes de irse.

Ok, entonces... esperé.

Yo Romeo haciendo lo posible para ver a la enana Julieta. Todo a su tiempo y color.

En fin. Hice lo indicado. Llegué a la casa y crucé, sin cuidado, a la mierda si un vecino me delataba o qué sé yo.
El jardín trasero: césped, una casa en el árbol vieja, nada de lo cual había porqué preocuparse.
Me acerqué a la puerta corrediza y golpeé cuidadosamente el vidrio. Esperé y finalmente ella abrió para luego lanzarse a mí y besarme con toda la emoción del mundo.

-¡Estás aquí!-

-¿Creíste que no vendría?-

No era una oportunidad que podía tirar a la mierda simplemente, digo, solos en su casa, juntos...

-Oppa salió y volverá más tarde. ¿Tienes hambre? ¿Qué quieres hacer?- ella sin duda estaba más emocionada que yo. Bueno, yo no me emocionaba por nada pero está bien.

-Lo que quieras hacer.-

-¿Quieres ver mi habitación?-

Hubiese respondido de una manera tan perversa si ella no fuera tan inocente. Sabía que no lo decía con esa intención inapropiada.

-¿Invitas a cualquier chico a tu habitación?-

Ella tomó mi mano y comenzó a conducirme a la planta alta, después de subir por las escaleras.

-Esta es la habitación de Oppa.- señaló la primera puerta cruzando el pasillo. –Y esta es la mía.-

Una puerta blanca con flores en ella, entendí la referencia. –En serio.-

-Creo que te gustará.-

Doyeon solía decirme que mi hogar decía mucho de mí, que era muy "a mi estilo", y bueno, si de cuarto hablamos...

-Mucha felpa.- demonios, tanto rosa, tanto blanco y animales de felpa por todos lados mirándote.

Cachorros de felpa.

-Se llama Holly.- no tengo nada más que decir con eso.

-¿Y?-

-Dijiste que te gustaban los cachorros, ¿recuerdas? Lo compré pensando en ti. Se llama Holly.-

Me obsequió un cachorro de felpa. A mí. ¿Qué iba a hacer yo con uno de esos?

-Quédatelo.-

-Debes aceptar un obsequio, más si es de tu novia, Min Yoon Gi.-

Lecciones de vida de una niña eterna, ¿por qué no?

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Había total tranquilidad en su habitación. Ella hablaba de cualquier cosa, me mostraba sus cosas y se acercaba a mí de vez en cuando para molestarme tocándome la cara. Me senté a la orilla de su cama y lo único que hice fue mirarla. De pies a cabeza. Todo de ella. Después ella se acercó a mí mientras me contaba una anécdota sobre su niñez. No la escuché pero la miré como si lo hiciera.
Se paró frente a mí, entre mis piernas, jugó con mi cabello y con cada facción de mi cara. Manos suaves que acariciaban mis mejillas, yo tenía que alzar el mentón para mirarla correctamente a los ojos.
Me gustaba estar ahí, solo ella y yo. Comencé a preguntarme cuánto eso duraría. Mentiría si dijera que algo no me preocupaba.

-¿Quién se molestará más, tus padres o tu hermano?-

Ella no respondió continuando con su inspección a mis perforaciones. Entonces tuve que llamar su atención. Rodeé su cadera con mi brazo y la atraje hacia mí, sentándola en mi regazo. Ella abrazó mi cuello y su mano libre la dejó colgando del cuello de mi playera. Pasó su dedo índice por mi clavícula, hizo lo que sea con tal de no mirarme. Sé que no le gustó que preguntara aquello y no la culpé, lo que estaba haciendo, aquella travesura le carcomía con algo de ansiedad.

Pensé en tantas cosas al estar ahí. ¿Qué pasaría si era descubierto? No solo me ponía en problemas a mí sino a ella.

-Salgamos de aquí.-

-¿Por qué?-

-Es aburrido.- mentí.

-No puedo salir. Oppa volverá pronto.-

-Voy a irme entonces, ¿de acuerdo?-

-Pero... ¿por qué? ¿Vas a dejarme sola?-

Aquí ya ha quedado claro que era débil a su tono de voz bajo.

-Yo... nunca te dejaría sola.-

Ahora que conozco el futuro sé que eso fue una mentira, pero no era mi intención en ese momento.

-A vece quisiera responder tus preguntas correctamente.-

Aunque ella me gustara no podía evitar ser un hijo de puta con ella. Pero así era yo.

-¿Eh? Lo haces, bueno, en su mayoría.- me sonrió.

-Hay muchas cosas que no sabes de mí.-

-Y esas cosas tú tampoco las sabes, Yoongi.-

-¿Por qué me preguntas cosas estúpidas cuando hay más que...?-

-Porque no me lo dirías.-

-Lo intento.-

A veces me sentía atacado cuando me preguntaba ciertas cosas, sobre mi pasado o de lo que sea, por eso siempre estuve a la defensiva.
Tal vez tenía miedo de que supiera tanto de mí y se decepcionara.

Miedo.

"No puedo atraparte..."

Pero sé que era imposible.

...

~ Cotton Candy ~ Suga - BTSWhere stories live. Discover now