~ Cotton Candy ~ Suga - BTS

Parte 76

Ese momento de la noche se convirtió en perfección. Ella había vuelto a sonreírme con sinceridad. Me miró como antes.

Estuve más que seguro que algo pasó a mis espaldas. En ese corto tiempo mientras yo me lamentaba tal vez ella había hablado con alguien, o tal vez razonó por su cuenta, nunca lo supe, pero no me molesté en averiguarlo para nada. Disfruté de esa noche como nunca, abrazándola sin soltarla ni un segundo, besando sus labios como tal lo había extrañado.

Perdí la noción del tiempo. En cualquier momento, entre nuestras juguetonas sonrisas, Hoseok hizo presencia en la entrada del balcón, haciendo un ademán con la cabeza a Doyeon que ya debían irse.
Ella volvió a mí para sonreírme de nuevo y despedirse.

-¿Nos vemos mañana entonces?-

-Claro.- asentí levemente.

-Entonces... adiós, Min Yoon Gi.-

Dejó un beso en mi mejilla y lo último que hice antes de que se fuera fue sostener su mano hasta que la distancia hizo de las suyas.
Hoseok se encogió de hombros al momento de cederle la salida a Doyeon, lo cual me indicó que el cambio repentino de su hermana también lo había sorprendido.

Quedé solo en el balcón. Sonreí como idiota. Bien, ya no quise tirarme de ahí.
Dios, mi corazón latía como loco. Nunca había sentido eso. Nunca. Nunca había tenido reacciones así al romance, pero esta vez fue diferente. Desde el sudor en las manos y la sonrisa estúpida hasta una taquicardia de amor. Eso, al fin, fueron reacciones de amor los cuales pensé que nunca experimentaría.
Y sí, me sentí totalmente estúpido, pero feliz.

Feliz, maldita sea. Por dentro, claro, porque por fuera tuve que esconder todo eso.

-¿Qué haces aquí?- Seokjin llegó conmigo. -¿Todavía no te vas?-

-¿Hm? Sí, pero creo que estoy un poco ebrio y tendré que irme en taxi.-

-Que yo sepa solo bebiste una copa.-

Sonreí por lo bajo. -Sí, solo una copa.-

El que yo sonriera así le pareció extraño, me miró suspicaz. -De acuerdo, eh, ¿y esa copa tenía labial de alguien más o...?-

-¿Qué?-

-Brillo de labios.- dio un toque a mis labios. -Como los que usa Doyeon.-

-Me atrapaste.-

Negó, totalmente divertido. -Claro que te atrapé, los vi hace media hora. ¿Qué sucedió? ¿Te perdonó?-

Vi cómo este chico sacaba un cigarrillo y su encendedor de los bolsillos de su chaqueta. Seokjin rara vez fumaba, pero nunca me tocó que lo hiciera frente a mí, hasta esa día. -¿Tu esposa te deja fumar?- pregunté sin interés.

-No, pero sabe que lo hago a sus espaldas.- sonrió. -¿No te molesta?-

Solo a mis pulmones tan frágiles como una pluma. -Para nada.-

-Entonces dime, ¿te perdonó? ¿Todo está arreglado?-

-Hm, bueno, no lo sé.- pensé un poco. -No hemos vuelto, eso es claro, pero ya que tendremos una cita mañana... tal vez algo suceda. Tal vez pueda hacer que me diga Suga de nuevo.-

Eso le hizo reír. -Me alegro por ti, Min Yoon Gi.-

Soltó una bocanada de humo que vino a mi cara, tosí un par de veces, pero lo ignoré. -No habló contigo, ¿o sí?-

-¿Conmigo? No. Bailamos, pero no hablamos de ti. ¿Por qué preguntas? ¿Crees que alguien la convenció de perdonarte?-

No lo creo. -No, bueno... no lo sé. ¿Eso sería malo?-

-No lo sabría.- dijo para sí. -Pero ya te dio la oportunidad al fin, Min Yoon Gi, no te conviene preocuparte por eso.-

-Tienes razón.- sucedió lo que quería, ¿por qué retroceder?

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¿Cómo sería la primera cita de un antiguo romance que buscaba nacer otra vez? ¿Qué esperaba Doyeon de mí para esa cita? No me dijo nada al respecto, solo aceptó. No hicimos planes, maldita sea.

Me citó en la plaza, donde fue nuestra primera cita.
Me vestí con mi típico juego de negro, pero me dio igual lo que usé, solo pude pensar en lo que ella usaría. Tal vez un vestido, a pesar del clima frío, y tal vez un gran suéter del doble de su talla. Lo que solía usar para verse tan jodidamente adorable.

Me alegra decir que no me equivoqué.

Llegué a la plaza con un ligero retraso de tiempo. Busqué por ella entre las personas y ahí la vi a ella, tirando un par de monedas en la fuente de agua, sin una señal de buen humor hasta que me vio llegar a ella. No fue la sonrisa que esperaba, pero no lo tomé en cuenta.

-Llegaste.- dijo y asentí.

-¿Qué quieres hacer?-

-Uhm, ¿sabes? No lo pensé.- rió un poco. -Creí que hablaríamos nada más.-

-¿Hablar?-

-Sí, hablar mientras comemos o algo.-

-De acuerdo, ¿y qué quieres?-

-¿Oh? No lo sé, ya comí pero...-

Eso fue extraño.

-Entonces haremos otra cosa.-

-¿Cómo qué?-

No le respondí. Extendí mi mano señalándola que la tomara. ¿Por qué lo dudo por un momento?
Caminamos juntos, yo guiando el camino, nos compartimos un par de sonrisas ligeras y no hablamos nada en lo que caminábamos. Me sentí un poco extraño, debo admitirlo, no se sentía como la noche anterior donde el amor fluía con solo mirarnos a los ojos. Su mente era un enigma. Algo quería decirme pero lo ocultaba.

-Aquí tuvimos nuestra segunda cita.- ella dijo cuando llegamos al sitio.

Me quité la chaqueta y la tendí en el césped para que ella se sentara en ella, no replicó ni dijo nada por ello.

-¿Y bien? ¿Qué es esto?- pregunté.

-¿Esto qué?-

-¿Es una cita, en serio?-

-Lo es, Min Yoon Gi.- sonrió.

-Es una cita extraña. Solo estaremos aquí y conversaremos, ¿no?-

-Uhm, eso me gustaría.- ahora podía mirarme a los ojos sin sentir pena, bien, supongo.

Yo para nada podía dejar de mirarla. -Bueno, ¿por donde quieres empezar?-

-Eh, antes de comenzar con mis preguntas, Min Yoon Gi, quiero decirte que lo de anoche... no quiere decir que hayamos vuelto.-

-Lo sé.-

-Solo fueron besos.-

-Solo fueron besos. Lo sé, Doyeon, pero para mí fueron las respuestas que yo quería.-

-No te amo, Min Yoon Gi.-

-Claro que sí.-

...