Cap. 5: La curiosidad mató al Félix

200 30 193
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No soy alguien que se meta en problemas con facilidad; normalmente los esquivo, me resbalan como jabón, mantequilla y aceite; siempre que querían acercarse, mágicamente desaparecían

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No soy alguien que se meta en problemas con facilidad; normalmente los esquivo, me resbalan como jabón, mantequilla y aceite; siempre que querían acercarse, mágicamente desaparecían.

Ojalá se creyera tan fácil, pero desde hacía cuatro años mi pacifica vida se había ido a la mierda. Todo porque alguien movía el karma hacia mí, cuando no era momento de mi turno de pagar por algo.

Esa era una más de las razones porque no me relacionaba con las personas o tenían amistades: terminaba metiéndome a ellos y a mío en un embrollo.

Y, aunque tenga cierta culpa en haber entrado al instituto, sin permiso y de noche; no tenía porque el universo complicármela encerrándome en ella.

"¡Por favor! No vine a robar, solo recuperaba mi cuaderno".

—Muy bien, calmémonos... —murmuré girando mi cuerpo hacia el responsable de mi reciente desgracia—. Félix, serias tan amable de contarme: ¿por qué estás aquí?

—Eh, yo lo pregunté primero.

Me crucé de brazos, mostrando firmeza para tapar mis crecientes nervios. No podía explicárselo de sonar como una gran tontería.

—¿Es por ese cuaderno? —Maldije apretando mis labios—. Te vi tomándolo del suelo.

—No es lo único que me has visto hacer hoy, ¿verdad? —Se quedó de piedra—. Estabas en esa cadena de comida rápida, ¿verdad? Tú eres el que llegó corriendo después que tomé el bus, ¿verdad?

Por eso Henri estaba tan nervioso cuando me preguntó por él, debió verlo de lejos y lo malinterpretó. Estaba segura de que Félix no mataba ni una mosca, pero si miras a alguien siguiéndote cualquiera pensaría otra cosa.

—Yo... —Su cara se puso roja—. Perdón, yo no quería...

—Olvídalo, no me interesa ahora y debemos encontrar una forma de salir de aquí. Ha habido muchos robos últimamente por esta zona, sería malo si nos viéramos involucrados.

—Para empezar, ¿por qué te metiste aquí? —Volvió a mirar mi cuaderno y lo quité de su lugar antes de que pudiera cogerlo.

—No te pedí que entraras también...

Distancia al mundo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora