El mundo es grande, inmenso, lleno de tantas maravillas y misterios, más de los que él podría contar y aspiraba a conocer.
Él, un chico aniñado, risueño y con una gran actitud positiva, que ni en sus más locos sueños pensó en un encuentro con ella;...
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Una vez sonado el timbre, el alumnado se desplazó como olas enormes hacia los salones. Yo, ya estando en el correspondiente, me relajé en mi puesto, repasando mis apuntes de la exposición del trabajo, con la incertidumbre de saber si Félix, con todo lo que habíamos pasado, lo recordaría.
Pude quedarme tranquila una vez lo vi ingresar, también estudiando de una hoja con bolígrafo resaltado en colores neón, una línea determinada de concentración en su entrecejo. Tras de él pasó el profesor, dejando sus cosas en el escritorio y empezando a hablar:
—Muy bien, todos siéntense. Es para hoy, sin segundas oportunidades. No quiero risas, ni quejas, ni peros, ni contratiempos; tuvieron tiempo para prepararse. Si alguien no piensa exponer que diga lo que yo no dije en la boda de mi ex después del «hable ahora o calle para siempre».
—¡Yo me opongo! —gritó uno de golpe y ya con su mochila de nuevo en el hombro.
—No, tú no. Tú te quedas —Lo sentó de vuelta su compañera de un solo tirón de oreja, provocando un mecedero de risas de la mayoría.
—Déjalo libre. Te irá mejor sin él —sugirió en broma el profesor, sacando sus hojas para la evaluación.
—¿A ella le fue mejor sin usted, profe? —Le picó el mismo chico de antes.
—Yo que sabré —Lo estudió de reojo—. Y ya que estás tan animado hoy, ¿te gustaría pasar primero?
—Comprendo, me callo.
De dos en dos, el grupo fue pasando al altar de Carobi, defendiendo el argumento final según el tema que les fue asignado; unos fueron buenos, otros malos y otros... Bueno, me hacían dudar si estábamos en el mismo nivel de curso.
—Los siguientes... Harrison y Larbi.
El signo de sorpresa se mezcló en las expresiones de mis compañeros. Voltearon hacia Félix, pendientes de a quien le daba la señal para pasar al frente. Como no pudo ser de otra manera, se giró también y movió la cabeza con una ligera inclinación hacia el frente de la clase, invitándome a cruzar el sendero de miradas curiosas.
