El mundo es grande, inmenso, lleno de tantas maravillas y misterios, más de los que él podría contar y aspiraba a conocer.
Él, un chico aniñado, risueño y con una gran actitud positiva, que ni en sus más locos sueños pensó en un encuentro con ella;...
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Mi relación con Henri no siempre fue la misma, hubo un tiempo en que no nos soportábamos, ese en que nuestros padres eran amigos y la familia se juntaba los fines de semana. Yo era una niña un poco, bastante, odiosa; y él, a pesar de sus intentos, no tenía ni la paciencia ni la capacidad para soportarme.
Las cosas cambiaron un poco cuando mi familia se disolvió y quedé a cargo de Indiana, entonces empezamos a empatizar por el simple hecho de que yo no me sentía bien ni para pelear con mi propia sombra y él empezó a comprenderme mejor. Tiempo más tarde, ya no existía muros entre nosotros y él era mi único amigo.
Un gran periodo de paz, justo antes de que llegaran ellos: Los Blue's.
—¿Por qué sonríes tanto? —pregunté al notar que llevaba rato hablando sola con la pared.
—Perdón... —Se disculpó, guardando su teléfono para prestarme atención. Afinqué la mirada sobre Henri y él abrió la suya—. ¿Qué?
—¿Me dirás quién es? —inquirí con media sonrisa, tenía una vaga idea de lo que pasaba.
—¿Quién? Nadie, yo no sé nada —Sonreí cuando se puso nervioso.
—Ajá. Salúdame a Ely, por favor.
La mirada de sorpresa y vergüenza que tuvo esa vez no tiene comparación. Henri había encontrado a alguien que lo hizo fuerte, pero no por él, sino por ella: una chica tan insegura de ella misma como de aquel futuro que había dejado por mucho tiempo en manos de terceros, los cuales no tomaban en cuenta ni sus deseos, ni sus sentimientos, ni sus sueños; era lo que ellos querían o nada.
Es una historia muy larga que tuvo un final muy triste, ninguno estaba listo para una relación. Mientras uno estaba seguro de lo que quería, pero no tenía los medios para hacerlo; la otra tenía todo lo que necesitaba, pero no tenía ni idea de lo que quería y dependía de la opinión de otros. Al final, sin salidas, Henri terminó con ella y ninguno se volvió a ver.
No tengo idea que pasó con ella después —yo pasaba por mis propios problemas también y nos distanciamos—, sin embargo, Henri no pasó por mucho cuando empezó a mejorar: salió con otras personas y continuó con su vida; pero en lo más profundo de su ser seguía sintiéndose poco e insuficiente. Aquella historia lo dejó marcado de por vida y eso me lastimaba, porque sabía y observaba que toda su supuesta evolución solo era una vía de escape, incluyéndome.
