Conociendo Internet

6.4K 491 23
                                    

Resopló por enésima vez, sus pies se movían con vida propia sentada en ese sillón de piel oscuro mientras el sol entraba por el gran ventanal con visas al mar, el lugar que más le gustaba de su enorme morada, enorme y solitaria, enormemente aburrida.

Sus ojos esmeralda clavados en su agente, desafiándolo, buscando un poco de entretenimiento pues si no estaba rodando no sabía en qué ocupar su tiempo. Tayler la miraba en silencio, necesitaba dar una respuesta sobre el próximo proyecto de la actriz pero esta parecía no escucharle, tenía prisa por marcharse y no podía hacerlo sin que Lexa aceptase uno de los guiones que le había proporcionado, guiones que la joven se había negado a leer deliberadamente, sacándolo de sus casillas.

Sin dejarse intimidar ya que conocía a Lexa desde que esta era una niña, permaneció sentado frente a ella, dispuesto a salir victorioso en ese juego que la actriz había iniciado. Sin dejar que su sonrisa irónica le afectara, la contempló maravillándose una vez más por sus rasgos perfectos, su belleza sublime, sus ojos verdes como la esmeralda, hermosos, al igual que sus cabellos, con el corte último modelo que miles de jovencitas imitaban intentando parecerse a su diosa, sus labios, rojos como la sangre, su sonrisa blanca sello de su identidad, por la que era reconocida y altamente valorada. Contemplándola se lamento una vez más que la joven actriz caminase por la otra acera, Lexa se sentía orgullosa de ello, a pesar de que aceptaba buenos papeles los que la llevaron a la fama fueron siempre en películas de temática homosexual donde se sentía en su salsa tras haber salido del armario con tan solo quince años. Un desperdicio, pensó su agente que de buen grado le habría gustado tener una aventura con la muchacha.

Lexa estaba aburrida, se notaba en el tedio en sus facciones, la vida que mostraban las revistas estaba lejos de ser real, la verdad era que su fama a temprana edad la obligó a ser una chica solitaria, no tuvo una infancia normal ni tiempo para hacer amigos, los pocos que tenía buscaban aprovecharse de su inmensa fortuna y de su fama por lo que la joven se sentía hastiada. No se le conocía relación alguna pues tras su máscara de insolencia y de ser dura como una roca, en el fondo Lexa era una romántica empedernida, deseaba ardientemente que la amasen, simplemente a ella y no a su carrera y su talonario.

Cansado de seguir en ese estúpido juego, el hombre resopló pasando la mano por sus cabellos y rompió el silencio, provocando en la actriz una sonrisa de victoria.

-¿Cuál de ellos escoges Lexa? Tengo que dar hoy una respuesta

-¿Jugamos al parchís? Debo tener uno en alguna parte

-Lexa, en una hora tengo una reunión con los productores y tengo que darles una respuesta

-Pues elige tú, a mi me da igual

-Ni siquiera los has leído

-Será más basura adolescente, sinceramente no me importa, mientras pueda trabajar, me muero de asco aquí sin hacer nada

-¿Por qué no socializas? Seguro que habrá docenas de personas felices de la vida si sales con ellos a tomar un café

-Claro que sí, porque saldrán en las revistas y se hinchará su orgullo... Paso de esa gente, quiero socializar con alguien normal

-Lo tienes difícil, eres famosa te guste o no. Entonces ¿Cuál me llevo?

-Ya te he dicho que elijas tú

-Si luego no te gusta no quiero cambios de último momento, si firmo el contrato con la productora estará hecho y tendrás que rodar esa película te guste o no

-Como quieras... Vete ya, me aburres

Cogiendo las copias de los guiones, Tyler se despidió de Lexa sin que esta se dignara a levantarse del sofá, con la mirada verde perdida más allá del ventanal, su rostro reflejaba tristeza y soledad. Resoplando se fue a la puerta, sabía qué guión escoger, el que más dinero había ofrecido, Villian. Una aventura de ciencia ficción que tendría muy buena acogida dado el tirón de Star Wars que había asolado el país ese último año.

Una historia másWhere stories live. Discover now