El fin de la velada

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Cuando poco a poco los efectos del alcohol fueron pasando, Lexa se preguntó cuánto iba a durar esa velada, al fin y al cabo no estaba acostumbrada a algo así, una fiesta tan íntima entre amigas que se conocen de toda la vida, no sabía exactamente qué solían hacer, qué tenían planeado, aunque el hecho de que la acogieran como si fuese una más y contaran con ella para todo sin dejarla de lado la enterneció en extremo.

Sentadas en el suelo, charlando de sus vidas, de su día a día, riendo de anécdotas pasadas, de situaciones divertidas en las que una u otra se había visto envuelta, casi todas perfectamente narradas entre risas por Anto ya que esta parecía ser la cuenta cuentos del grupo, siempre con su mano entrelazada en los dedos de Regina, buscando su contacto en todo momento, ya fuese visual o físico. Observándolas Lexa entendió a que se refería Clarke cuando decía que tras tres años juntas parecía que seguía siendo el primer día, sus ojos al mirarse se iluminaban así como sus sonrisas, era muy dulce verlas interactuar de forma muda e inconsciente, ver la química que tenían, el magnetismo que desprendían.

Octavia, más tranquila tras el incidente del chupito, después de un par de horas repitiendo como histérica que había tomado tequila de sus pechos, finalmente y gracias a la reducción de alcohol en sangre, consiguió calmarse y reposaba entre los brazos de Raven, riendo a carcajadas mientras Anto relataba con lujo de detalles aquella vez que Raven y Clarke se quedaron atrapadas dentro de un armario en el instituto. Raven acariciaba el dorso de la mano de su chica distraídamente, de vez en cuando se detenía a dejar un beso sobre su cabeza y la estrechaba más entre sus brazos, fotógrafa y artista, enamoradas nada más verse, un flechazo contundente que mantenía vivo el fuego en ambas casi cuatro años después.

Se sentía bien, apoyada en el pecho de Clarke notaba como este subía cada vez que la joven respiraba, notaba contra su espalda los latidos pausados de su corazón y sus fuertes brazos rodeando su cintura, así como su cálido aliento cosquilleando en su nuca. Se estremecía cada vez que, de forma deliberada o inconsciente, Clarke depositaba un tierno beso en su cuello, podía acostumbrarse a esto, a vivir así, rodeada de la familiaridad y la cotidianidad que sentía en ese salón, con aquellas a quienes Clarke consideraba familia, no quería que terminase nunca, no quería volver a California... Solo de pensarlo sentía como su estómago se contraía, ¿Cómo podría vivir tan lejos de Clarke?

Mientras todas reían con historias pasadas, el timbre sonó estrepitosamente y Raven se levantó para abrir, con un quejido ya que dejaba la comodidad de su sillón y calor de Octavia entre sus brazos, quejido que la joven morena apagó con un beso en sus labios.

Raven: -Será Nyhla, ya me dio que llegaría tarde, en seguida vuelvo

Cuando la joven desapareció en dirección a la puerta, Clarke notó como Lexa se tensaba y la abrazó con ternura, susurrándole al oído aprovechando que el resto de las chicas estaban abstraídas en otros asuntos.

-¿Qué ocurre amor? ¿Estás incómoda?

-¿Nyhla? ¿Viene tu ex a la fiesta?

-Técnicamente no es mi ex ya que nunca estuvimos juntas, es una amiga ¿Te molesta que venga?

-No...Pero que no se te acerque

-¿Por qué?

-Porque no controlo los celos Clarke

La rubia soltó una carcajada sonora que quedó apagada por las risas de sus amigas, mientras abrazaba a su chica con fuerza

-Adoro que te pongas celosa, estás tan bonita...

-No estoy celosa en absoluto, aún...

-Claro que no, celosona

En el momento en el que Lexa dibujó una sonrisa divertida en su rostro, Raven volvió acompañada de dos mujeres, una de ellas debía ser Nyhla y la otra ni idea ya que Clarke jamás le había hablado de más personas que las ahí presentes.

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora