Una historia más

¿Y si sale bien?

Cuando el sol entró por la ventana, acariciando sin miramientos su rostro y obligándola a despertar, lo primero que notó fue un terrible dolor de cabeza, intenso, como si esta fuese a quebrarse en mil pedazos en cualquier momento, por lo que un gemido ahogado escapó de sus labios, recordando de pronto el tequila y apuntando mentalmente que debía asesinar a Costia por haberla envenenado de esa manera.

En cuanto intentó incorporarse un poco más, se dio cuenta de que estaba completamente desnuda en la cama mientras el olor a café recién hecho se colaba en su habitación y los flashes de la noche anterior nacían en su mente provocando que su rostro se volviera escarlata en unos segundos.

Se había acostado con su ex, con Costia, con quien juró no volver a hablar en la vida, la mujer a la que más odiaba, estaba metida en un buen lio, uno gordo. Se encontraba analizando su situación y pensando cómo demonios enfrentarse a Costia, cuando la puerta de su habitación se abrió y la joven, con una sonrisa en el rostro, penetró en la estancia con una bandeja en las manos.

-Desayuno

-Mierda no ha sido un sueño... ¿Por qué sigues aquí? Lo de anoche no se repetirá me pillaste en un momento de debilidad

Con un suspiro, Costia dejó la bandeja con el desayuno sobre la mesita y se sentó en la cama donde Lexa intentaba cubrir su desnudez y alcanzar el zumo de naranja para apagar su sed.

-Lexa, lo de anoche no fue un error, míralo como una oportunidad de volver a empezar de cero tú y yo, sin la estupidez de la juventud puede salir bien, nos quisimos con locura ¿Por qué no volver a intentarlo?

Completamente muda y dispuesta a echar a Costia de su casa, su teléfono empezó a sonar estrepitosamente y al ver el nombre de Clarke en la pantalla sus mejillas se volvieron a teñir de rubor, dejando el aparato sobre la mesa sin responder a la llamada.

-¿No respondes?

-Más tarde

-¿Es ella? ¿La chica de internet?

-¿Qué sabes de ella?

-Lo que me contaste anoche, que la conociste en un foro, que no sabe quién eres y que te matan los celos porque sale con alguien

Lexa llevó sus manos a su cara, sin preocuparse más por cubrir su cuerpo, al fin y al cabo se había acostado con su ex le gustara o no, debía asumir las consecuencias de sus actos.

-Soy imbécil, completamente imbécil, sentir celos por alguien a quién no conozco... No sé qué me está pasando

Costia acarició sus cabellos con ternura, obligándola a mirarla. Lexa se fijó en ella, en sus rasgos más maduros y definidos, sus ojos color miel, tan profundos, su sonrisa aparentemente sincera y el claro afecto dibujado en su mirada, tragando saliva con dificultad.

-No eres imbécil Lexa, realmente visto desde fuera es bastante comprensible que te carcoman los celos, no creo que sea nada romántico sino el hecho de que por primera vez alguien demuestra interés en tu persona y no en tu fama, te gusta y es agradable por lo que tu mente se niega a compartirlo

-¿Y tú? ¿Acaso no estás aquí por la fama?

-Fama ya tengo y no es muy buena que digamos, yo sí que fui idiota siendo joven. No Lex, yo estoy aquí porque desde el momento en el que te perdí empecé a morir por dentro y a darme cuenta de que lo tenía todo, fui una estúpida, siempre buscando más en lugar de ver todo cuánto tú me dabas. Te quiero, siempre lo he hecho y dudo que deje de hacerlo en algún momento

-El problema es que no puedo creer absolutamente nada de lo que me dices y lo de anoche no debe repetirse, me emborraché y no pensé con claridad