La fiesta

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Con el sol acariciando su rostro, de forma insolente e indulgente, luchó con todas sus fuerzas pues no quería despertar. Había tenido un sueño demasiado hermoso en el que Lexa Woods pasaba junto a ella una velada memorable, por lo que una sonrisa adornó su rostro antes de que el olor a café recién hecho invadiera sus sentidos obligándola a abrir los ojos a gran velocidad.

Lo primero que notó nada más despertar fue su desnudez entre las sábanas y su mente aterrizó en la realidad, no había sido un sueño en absoluto, Lexa Woods era su novia, la misma que conoció en internet... Era tan extraño, tan increíble, surrealista y a la vez lo mejor que le había pasado en la vida, estaba enamorada y lo sabía, completamente atrapada por la personalidad arrolladora de la joven, por su dulzura, su humor... Vivía un sueño hecho realidad y no quería aterrizar, no quería dejar de flotar en esa burbuja donde todo era simplemente perfecto.

Se levantó perezosa, cubriendo su cuerpo con una camiseta ancha y enredando aun más sus rizos en un vano intento de colocarlos en su sitio, se dirigió a la cocina siguiendo el dulce aroma a café, sin saber muy bien cómo comportarse al tener en casa a su chica.

Cuando entró en la estancia y la vio, manejando la cafetera con diligencia, como si toda la vida hubiese preparado café en ella, una tímida sonrisa nació en su rostro y se dedicó a observarla con ahínco antes de anunciarse, antes de que la joven descubriera que se había despertado.

Lexa estaba vestida, no con el traje de gala de la noche anterior sino que llevaba un pantalón vaquero algo gastado y una camisa ancha que le caía por los hombros de forma bastante elegante, color café, su cabello estaba perfecto, sin un solo mechón descolocado y su rostro, libre de maquillaje, le pareció el rostro de un ángel.

Se preguntó de dónde demonios había sacado su atuendo ya que la noche anterior llegó a su apartamento con lo puesto. Metida en sus propias meditaciones y haciendo gala de su torpeza natural, tropezó consigo misma provocando un pequeño escándalo y delatando su presencia en la cocina. Lexa alzó la mirada y le sonrió sin pronunciar palabra, se acercó a ella como si amanecer en su casa y prepararle el café fuese lo más natural del mundo y besó sus labios con cariño, obligándola a cerrar la boca ya que se había quedado como una idiota.

-Buenos días

-Cu...Cuánto llevas despierta

-Unas horas, no quise despertarte, estabas muy bonita dormida

-¿De dónde sacaste la ropa? Ese conjunto no estaba en mi armario, eso seguro

La risa cristalina de la joven provocó que Clarke se relajara y empezara a comportarse de forma normal ya que aun le costaba asimilar que su actriz favorita fuese su chica.

-Cuando me desperté me di cuenta de que necesitaba mis cosas, las dejé en el hotel antes de ir a la premiere y no puedo vivir robándote las camisetas anchas

-También podías quedarte desnuda, a mi no me importa en absoluto

-Obsesa... El caso es que llamé a Costia al despertarme y ella me ha traído la maleta y el coche de alquiler, así puedo moverme de un lado a otro

-¿Costia? ¿Tú ex Costia?

-Mi ex, si,  y antes de que te pongas histérica la llamé a ella porque es la única que sabe dónde estoy y no tengo ganas de que me encuentre mi agente, irme del cine antes de que terminara la película nos ha metido en un buen lio, pero no me importa yo quería estar contigo

-Yo no me pongo histérica, tú estás conmigo, eres mi chica, me elegiste a mí

Lexa le tendió una taza de café y rápidamente dio un sorbo, deleitándose con su sabor y sonriendo, mientras atraía hacia sí a la joven actriz y la envolvía en un cálido abrazo mientras ambas mantenían el silencio.

Una historia másWhere stories live. Discover now