Celos

5.4K 449 23
                                    

Clarke se quedó una milésima de segundo observando su teléfono, dudando en si volver a llamar o dejarlo pasar, quizás Alex había colgado por error y debía volver a intentarlo o quizás no estaba preparada para hablar con ella al igual que no lo estaba para enviar una fotografía.

En sus gestos se leía la desilusión más absoluta ya que llevaba todo el día con una sensación de bienestar en el estómago solo de pensar en escuchar la voz de su amiga, le hacía ilusión sin saber por qué.

Pérdida en sus divagaciones sobre si llamar una vez más o enviarle un mensaje para preguntarle el por qué de su rechazo, su teléfono empezó a sonar estrepitosamente en su mano avisándole de que tenía una llamada entrante, no había pasado ni un minuto desde que Alex le había colgado pero para ella hacía una eternidad. Miró su teléfono y una sonrisa de alivio y completa felicidad surcó su rostro al ver en su pantalla el nombre de su amiga en la llamada entrante.

Rápidamente descolgó, notando como su corazón se disparaba y los nervios se apoderaban de ella de forma estrepitosa, mientras la voz de Alex llegaba nítida al otro lado del teléfono, una voz dulce y completamente hermosa.

-Hola

-Hey, ¿Me has colgado?

-¿Sabes cuánto cuesta llamar a California desde Boston?

-No... Nunca he llamado fuera de Boston

-Pues cuesta mucho, te lo digo yo

-¿Por eso me has colgado? ¿Para asumir el coste de la llamada?

-Efectivamente, de algo tiene que servir tener una tarifa super cara, me permite llamar a Boston sin problemas, habrá que aprovecharla

-Entonces ¿Siempre que te llame colgarás?

-Deliberadamente, sí ¿Cómo ha ido el día? ¿Conseguiste despertarte en historia del teatro?

-Lo que conseguí fue una llamada de atención, mi método no es tan infalible y me pillaron hablando contigo

-Delincuente, deberías probar a seguir las reglas de vez en cuando, a lo mejor así dejarás de ir por la vida secuestrando jovencitas

Como venía siendo normal cada vez que hablaban, las carcajadas no tardaron en aparecer mientras la conversación iba fluyendo tranquila. Sin darse cuenta, Clarke hizo la mitad del camino a su casa a gran velocidad, distraída con la voz atrapante de su amiga y las tonterías que decían, mezcladas con algo de seriedad.

-¿vas andando a casa? ¿No coges el metro?

-¿A las tres de la mañana? Prefiero arriesgarme por las calles, además no está lejos y es un camino que hago todos los días

-A mí no me sacas de casa ni a punta de pistola pasadas las doce

-¿Eres como Cenicienta?

-No, simplemente sería incapaz de perderme un solo capítulo de Pasiones Prohibidas... José Víctor Fernando está a punto de decirle a Luisa Dolores de los Ángeles que está enamorado de ella aunque se acostó con su hermana, es muy interesante

-No sabía que mirabas novelas

-Y no las miro, es más dudo que esa exista, me lo acabo de inventar

-Idiota ¿Por qué sigo creyendo todo lo que me dices?

Con una sonrisa estúpida en su rostro, llegó a su portal y empezó a buscar las llaves sujetando aun el teléfono en su oído, escuchando la suave risa de Alex un sonido que le pareció el más bello del mundo. Tras abrir la puerta y subir los tres pisos por la escalera pues se negaba a quedarse sin señal en el ascensor, por fin llegó a su casa, dejando su bolsa sin cuidado, quitándose los zapatos y encendiendo el ordenador.

Una historia másWhere stories live. Discover now