Una historia más

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Lexa recorrió con la mirada su salón, mientras se retorcía las manos entre nerviosa y completamente excitada, estaba todo listo, en cuanto llegaran las chicas, para su despedida de soltera. Clarke pasaría la noche con Anto y Raven, juntas las tres para despedir la soltería de su rubia a lo grande, aunque ese hecho la llenaba de pavor ya que eran un auténtico peligro y lo sabía.

Intentando apartar la imagen de su Clarke entre rejas por haber cometido alguna estupidez, el timbre la sacó de sus ensoñaciones y una sonrisa nació en sus labios, al día siguiente sería oficialmente la esposa de Clarke y esa noche quería disfrutarla.

Abrió la puerta con una sonrisa y automáticamente, Octavia, Regina y Harper entraron a su hogar, cargando paquetes y dibujando en su rostro una pícara sonrisa, iba a ser una noche divertida, estaba segura de ello.

Tras abrazar a sus amigas, Octavia le tomó del hombro con cariño. La morena había aprendido a leer en el rostro de Lexa sus preocupaciones y miedos, por lo que con una carcajada, decidió tranquilizarla pues había conseguido sonsacarle a Raven qué tenían planeado para esa noche.

Octavia: Tranquila Lana, nosotras lo pasaremos mejor que ellas

Lexa: ¿Cómo estás tan segura? Yo no me fio ni un pelo de dejar a Clarke sola con Raven y Anto, en la despedida de Raven por poco acaban en las Vegas

Octavia: Y con una resaca asesina... Por eso aprendieron la lección, van a quedarse en casa jugando a videojuegos, Raven llenó la nevera de golosinas y cerveza

Con una sonrisa de alivio, Lexa siguió a su amiga hasta el salón donde el resto de chicas ya estaban sentadas y se habían servido las bebidas, en el ambiente se respiraba familiaridad y confianza por lo que Lexa se relajó de inmediato, al fin y al cabo la idea de la despedida fue de Octavia y Clarke la obligó a aceptarla, no podía casarse sin la fiesta previa, no podía faltar ninguno de los pasos. A regañadientes se comprometió con su amiga sabiendo que Clarke se moría por tener su propia fiesta, la expectativa de pasar toda la noche sin saber nada de ella hasta la mañana siguiente en el ayuntamiento le pareció devastadora aunque intentó disfrutar del intento de sus amigas por hacerla reír despreocupadamente.

Cuando ya se habían tomado un par de copas, comentando banalidades de la boda, empezaron a abrir los paquetes de regalo sacando una cantidad de juguetitos y conjuntos eróticos que consiguieron cubrir el rostro de Lexa del rojo más intenso posible mientras reía a carcajadas sin dejar de imaginar qué uso iba a darles, tiñéndose de escarlata una vez más y bebiendo de su copa para apagar el ardor de su vientre y la vergüenza.

La música sonaba, ellas bebían y bailaban, pasó por la mente de Octavia contratar a una streeper pero sabía que Lexa la mataría si lo hacía por lo que se conformaron con ser ellas sin más, disfrutando de esa noche y acompañando a su amiga que al día siguiente se daría el sí quiero.

La fiesta se alargó varias horas, el alcohol corría por sus venas al igual que las mil anécdotas que contar, cómo se conocieron, el incidente del chupito que Octavia había tomado de sus pechos, como con el tiempo habían forjado los lazos de una fuerte amistad... Mas llegó el momento en el que la música se volvió lejana, sonaba de forma tenue dándole un toque suave al ambiente, Octavia se había dormido en el sillón y Harper dormitaba sobre el sofá, Lexa estaba sentada en el suelo apoyada contra la pared, mirando sin ver el desastre de papeles y vasos que había en su salón, pensando en Clarke con una sonrisa, cuando de pronto volvió a la realidad al notar como Regina se sentaba a su lado. Se sonrieron unos instantes antes de que la muchacha rompiera el silencio.

Regina: ¿Estás muy borracha?

Lexa: Hace un rato si lo estaba, este matarratas sube mucho pero ahora se me ha pasado, estoy bien ¿Y tú?

Una historia másWhere stories live. Discover now