Villian

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El silencio bailaba entre ellas, sin llegar a ser incómodo, era más bien un silencio en el que ambas intentaban poner en orden sus emociones y pensamientos tras tan profunda declaración.

El corazón de Lexa golpeaba su pecho con fuerza, había luchado contra sus sentimientos con uñas y dientes por miedo y cuando por fin decidió confesarlos se encontró con la agradable sorpresa de que Clarke sentía lo mismo, era extraño y hermoso, la rubia se había enamorado de ella sin haber visto su rostro, la quería por cómo era, por su forma de ser y para la actriz era demasiado bonito para ser cierto, por fin tenía a alguien que amara más allá de la fama y el dinero.

Por otro lado Clarke intentaba recuperarse del shok con una sonrisa boba en los labios, Alex había dejado a su novia porque estaba enamorada de ella, la mujer que amaba la correspondía y estaba eufórica, feliz y a la vez terriblemente asustada, jamás había sentido algo tan profundo por alguien a quien no conocía en persona, no sabía muy bien cómo actuar y el miedo a perderla bailaba en su mente como un aguijón venenoso.

Sintió la necesidad de hablar, de verbalizar todo cuanto estaba sintiendo y como un río las palabras salieron de sus labios provocando en Lexa una sonrisa.

-Si... Si estuviera aquí haría las cosas bien, de otra forma, supongo que te llevaría a cenar aunque pensándolo mejor si estuviese ahí sería más romántico, llevarte a la playa y decirte que te quiero, ya sabes esas cosas que salen en las pelis

-Clarke, así es perfecto, créeme, saber que me correspondes es lo mejor que me ha pasado

-¿Entonces ahora eres mi chica?

-Supongo que sí, podemos decir que sí, y tú la mía

-¿Cómo vamos a hacerlo? Quiero decir yo nunca había estado en una situación similar, estamos tan lejos...

-Lo sé, pero aprenderemos con el tiempo... Ahora no quiero pensar en eso estoy demasiado feliz para preocuparme

-Tienes razón, yo también estoy demasiado feliz ahora mismo

Una vez más el silencio bailó entre ellas, con una sonrisa que no se esfumaba, disfrutando de ese momento y haciéndose a una idea de que su relación había cambiado para siempre, ya no eran simples amigas que se conocieron en un foro de internet, eran mucho más...

El resto de la noche se la pasaron al teléfono, hablando de demasiadas cosas, de todo y de nada, sin ganas de cortar la comunicación una vez verbalizados sus sentimientos. Su felicidad se teñía con un deje de dolor, estaban lejos, ocupadas en sus propios asuntos de tal manera que ninguna de las dos se podía desplazar de inmediato, tenían que esperar aunque tampoco les importaba, eran felices en su burbuja, acogiendo esa nueva relación que acababa de nacer en una simple llamada de teléfono.

Cuando por fin colgaron ya había amanecido, Lexa suspiró con una sonrisa en el rostro, mas debía pensar con claridad, Clarke no sabía quién era ella en realidad y no quería tardar mucho en decírselo, tenía que verla en persona, tenía que enseñarle que nada era distinto por mucho que ella fuese famosa, era la misma mujer de la que Clarke se había enamorado, tenía que salir bien, era su oportunidad para ser feliz de una vez por todas.

Miró el calendario ideando en su cabeza cuando se dio cuenta de que quedaba un mes exacto para el cumpleaños de Clarke y, con una sonrisa en el rostro, la solución llegó a ella como un rayo. Sin duda estaba segura de que Clarke pasaría el mejor cumpleaños de su vida, pensaba encargarse personalmente de ello.

Se levantó de la cama aunque no había dormido, no estaba cansada, todo lo contrario, se vistió y se marchó al set de rodaje, llamando a Tyler por el camino, una de las ventajas de ser la estrella de la película era que podía modificar las cosas a su antojo, tenía la sartén por el mango.

Una historia másWhere stories live. Discover now